El regreso a Hogwarts había sido diferente. Yo era diferente. No solo me sentía mas madura sino que algo dentro de mi parecía haber cambiado de una forma que no podía describir.
Frank y yo ahora estabamos saliendo y me sentía medianamente contenta de poder pasar tiempo con él. Era un buen chico pero era difícil admitir que no era a quien realmente quería.
Las cosas entre Sirius y yo parecían distantes y me encontré en la difícil situación de verle solo. Albus, aunque trataba de repartir su tiempo, ahora estaba con Nora y ella aunque se llevaba bien con Sirius, no compartía tanto como Scorpius, Albus o yo con él. Scorpius ahora era el mas cercano a Sirius y cada vez que los veía juntos me alegraba un poco, al menos se harían compañía.
Mi prima Lily tan perceptiva como era, se dio cuenta que Sirius y yo ya no pasabamos tiempo juntos o en la biblioteca y ciertamente, lo extrañaba.
Sirius me había mentido. Nadie podía pasar por la vida sin un corazón roto y yo tenía como probarlo. Si me quería, ¿por qué debía separarse de mi? Yo también le quería. Me había enamorado de él y no era culpa de ninguno, las cosas solo habían sucedido de esa manera.
Pasaron un par de meses así, hasta que ese terrible día comenzó de la peor manera. Sirius ahora se sentaba con Scorpius en la clase de Encantamientos, luego de casi un cuarto de hora vi como Scorpius se levantaba y pedía ayuda, desde mi asiento, Albus y yo vimos una de las peores imagenes hasta ese momento.
Sirius estaba sobre su asiento, pero su cabeza tocaba el escritorio con sus ojos abiertos miraba un punto inerte en el vacío. Escuchaba como parecía costarle respirar y un gran charco de sangre comenzaba a formarse de la que brotaba de su nariz.
Quedé estática. Solo vi cuando Albus apuntó hacia él con un hechizo y detuvo la sangre y luego lo elevó con un hechizo y salió junto con el profesor Flitwick en un abrir y cerrar de ojos.
En la enfermeria esa tarde eramos un gran número de personas. Albus estaba junto con Nora y vi que estaba pálido, no se despegaba del lado de Sirius. Scorpius estaba a su lado izquierdo y le miraba con cuidado. Lily, Hugo, Molly, James, Fred y Margaret estaban frente a la camilla y habían permanecido en el mismo lugar pese a la insistencia de la directora Minerva en que se fueran.
Mamá había llegado y lo primero que hizo fue abrazarme, aunque yo aún la culpaba de la decisión de Sirius, yo sentí un gran alivio de que estuviera allí. Papá también estaba, habia llegado con el tío Harry y la tía Ginny.
El rostro del tío Harry estaba lleno de angustia, parecía temeroso de perderle de nuevo. Sirius aún estaba pálido y su respiración, tan errática no era un buen augurio.
- ¿Que tiene Cecil? - pregunté a la enfermera cuando me acerqué a su escritorio. Los sanadores de San Mungo habian llegado por solicitud de mamá y del tío Harry. Cecil suspiró y me miró con dulzura.
- Escuché al sanador decir que aún no detectan bien que le pasa. Se supone que nadie sabe que pasa al volver del velo porque nadie lo había hecho nunca.
- ¿Crees que se ponga bien?
- No lo se. Espero que si. Perdió mucha sangre y es algo complejo... - ella bajó la mirada y suspiró - por un momento pensé que agonizaba. El hechizo que hizo el señor Potter detuvo la hemorragia, si no lo hubiese realizado, Sirius Black no estaría aquí.
Agradecía la agilidad de mi primo. Sería un excelente Medimago.
Frank llegó con su padre permanecieron escuchando lo que decían los sanadores al revisar a Sirius. Yo no quería saber que pasaría, tenía confianza en que mejoraría.
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Desde el Velo - Marauder's Story
FanfictionLa vida nos devuelve lo que perdimos, de la forma en que menos esperamos.