Desde el Velo - Marauder's Story

Albus

Sinceramente, no pude pegar un ojo en toda la noche. Ver a Sirius de aquella manera me atormentaba, ¿en serio se sentía tan desdichado? Deseaba que las palabras que le dije hubiesen surtido algún efecto al menos tranquilizador en él.

No podía evitar encariñarme con Sirius. Se que papá aún lo veía como su padrino, pero luego de conocerlo yo lo veía como un tipo algo arrogante y agradable que realmente me trataba como a cualquier otra persona y no como Albus el hijo de  Harry Potter. Era realmente extraño, pensé que como siempre la atención se la llevaría James, pero Sirius se las arreglaba para dividir su tiempo en una porción donde definitivamente yo era el mas beneficiado. Me hacía a la idea que era porque me parecía a mi padre, pero Sirius terminó por derrumbar aquel pensamiento, le recordaba a él, pero en sus propias palabras, Harry era Harry y yo era una persona diferente.

Al llegar al comedor Scorpius y yo buscamos a Rose y la descubrimos riendo con Sirius, algo que parecía sacado de otra dimensión. ¿Acaso esa era mi prima? ¿Donde estaba la Rose Weasley que mantenía sus apariencias? De igual manera me agradaba aquello, solo James podía hacerle reir así al igual que Fred y el tío George. ¿De que podrian estar hablando?

Miré a mi alrededor y me pareció que todos parecían estar algo sorprendidos de ver a Rose tan relajada, Scorpius sin embargo me dio una enorme sonrisa y una palmada en el hombro.

- Buenos días - saludé y Sirius me miró con lo que me pareció era una expresión de felicidad. ¿Había surtido efecto lo de anoche?

- Mira quien llegó aquí, definitivamente mi Potter favorito - soltó y al yo sentarme me revolvió el cabello, como si ya no fuese suficiente haber heredado los genes de papá.

- ¡Hey! - gruñó mi hermana a unos puestos - Sirius pensé que era tu favorita.

- Pequeñita, no hay discusión. Tu eres la única en mi corazón, asi que ni siquiera te puedes comparar con Albus - vi como le guiñó y ella se volvió nuevamente a su conversación con Alice.

Alice

Definitivamente Alice cada vez me parecía mas linda, pero, ¿realmente me gustaba? No lo sabía. Era la mejor amiga de Lily, quizás por eso sentía cierto sentido de protección hacia ella. Alice apartó un momento su mirada de mi hermana y me miró con sus ojos castaños, aunque no dijo ni una palabra sabía que intentaba saludarme pero la interminable cháchara de mi hermana ni siquiera me dejaba interrumpirle. Alcé la mano y le saludé para luego fijar mi vista en Rose que ahora escribía en su pergamino.

- ¿De que tanto te reías? - pregunté mientras llenaba mi plato sustanciosamente de huevos revueltos y pan de mantequilla.

- Oh, bueno... Sirius me estaba contando algo de mamá y papá. Antes de que fueran pareja. Papá siempre ha hecho molestar a mamá y me pareció muy divertido. No se como terminaron casados - dijo con una media sonrisa y volvió su vista a su tarea.

- No es nada extraño - Sirius tomó un poco de su jugo de calabaza y se encogió de hombros, lo miré confundido y el lo notó - bueno Al, tus abuelos se la pasaban peleando, ¿sabes? Bueno, en realidad Lily era quien reñía a James por cualquier cosa. Pero todos sabíamos que le gustaba, así que, ya ves.

- Pues entonces James y Margherite terminarán casados - soltó Scorpius con una risita - pelean como perros y gatos.

Sirius se giró hacia mi como buscando una aclaratoria.

- Bueno, creo que por ser el último año como que Marge ya se ha rendido, es aquella chica de allá - señalé y Sirius indiscretamente volteó. Lo vi sonreír, obviamente cualquiera lo haría. Margherite Compton era guapísima aunque James pasaba de alto por eso, solo le gustaba fastidiarla, su cabello negro era brillante y sus ojos azules parecían dos hermosos zafiros. Como siempre estaba rodeada de sus amigos los cuales eran un gran número.