Sirius

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Casi no recordaba mas que un intenso dolor de cabeza y algo que se desprendía de mi. También un intenso olor a chocolate que me recordaba a dos personas, Remus y Rose. Si pudiera haber reído ante la ironía de que las dos personas que mas quería tenían la misma inicial y ambas siempre tenían ese particular aroma a chocolate pues lo comían a cualquier hora, pero no me sentía con fuerzas, apenas y podía intentar se consciente de lo que sucedía a mi alrededor. Parecía que perdía la consciencia a ratos, pues había un silencio ensordecedor que me aturdía en mi propia soledad.

- Joder mira quien va y viene. Debes decidirte Canuto, no puedes pasarte la vida en un lado y otro.

Esa voz, la reconocía tan facilmente. James.

- ¿Estoy muerto?

- Casi, compañero. ¿Que carajos te pasa? Tienes una oportunidad de oro y la dejas ir.

- No pertenezco mas a esa vida James, se equivocaron al enviarme a mi. Debiste ser tu- suspiré cansado.

- ¿Yo? En serio, dime. ¿Por que debería salir de mi largo retiro para estar vivo?

¿En serio James me preguntaba eso? ¿Que carajos le pasaba?

- Ah, no lo se. Quizás debas pensar en que Harry estaría feliz de verte, de al fin poder pasar tiempo contigo. ¡Es tu hijo!

- Lo se pero, el es feliz, Sirius. Tiene su familia, tiene personas que lo aman y de alguna forma no tenemos cabida en su vida. Lily y yo le dimos todo el amor que teníamos mientras vivíamos y nos habría gustado verlo crecer, pero ese fue nuestro sacrificio, darle la oportunidad de una vida y la ha tenido. Ha crecido para ser el hombre que me habría gustado ser y me siento orgulloso de él - la voz de James sonaba llena de orgullo y yo solo podía verlo - ¿Por qué quieres volver a estar muerto? Harry realmente parecía feliz de tenerte, fuiste lo mas cercano a un padre que tuvo, te preocupaste por él, nunca pude haber escogido mejor padrino que tu.

- Ese es el maldito problema Charlus, yo no soy el hombre que conoció. Volví como un maldito adolescente. ¡De unos malditos dieciseis años!

- Ah, mierda. ¿Cuantas pajas te has hecho ya? Supongo que luego de Azkaban no se te paraba mucho.

- ¡Por Merlín, James! - reñí y el solo se carcajeó - No es una broma.

- Solo quería picarte un poco compañero. No entiendo porque estas tan amargado. Tienes la mejor de las oportunidades, ¿es por la pequeña Rose?

- Odio que los muertos podamos ver todo.

- No todo, pero estoy unido a ti así como a Harry. Puedo ver lo que hay en tu corazón. Rose es una buena chica, la persona que te mereces, Canuto.

- Ella es perfecta pero yo...no podría...

- ¿Que es lo que no podrías? ¿Amarla? Oh Canu, Canu. Eres el que mas fácil de todos se le daba amar. Solo que siempre lo ocultas tras esa fachada de tipo regio. Amabas a Lunático, lo adorabas porque siempre tenía una palabra de aliento para todos. Incluso amabas a Peter y se cuanto te dolió su traición hacia nosotros, incluso no pudiste dejar de amar a Lily tanto como yo la amaba, porque pudiste ver su bondad y lo hermosa que era no solo por fuera. Amar a Rose se te hace sencillo y es porque es la persona indicada para ti. ¿Quien mas podría aguantarte de sabelotodo cuando realmente tienes las respuestas?

- Rose es una chiquilla, James.

- Tu tambien, bueno, ahora. Siempre lo has sido. Mi buen amigo, el velo te ha dado una oportunidad de oro. Canuto a todos nos tocó crecer rapido pero, de cierta forma, dejamos una pequeña huella. Lily y yo vivimos una vida corta y feliz al lado de Harry, Remus y Nymphadora también, ¿pero que hay de ti compañero? Se que al ver a Harry en la cuna todas las noches, no solo te preguntabas si estaría bien. Se que anhelabas algo así para ti, a mi no puedes engañarme Sirius. Rose es una buena chica y tu no solo la quieres, te has enamorado de ella. Por eso tu alma va y viene.

- No entiendo.

- Ah, es que es complicado. La magia es complicada, Canu. La hermosa Rose tiene parte de tu alma, porque tu se la has dejado, al amarla. La única forma en que puedas dejar de ir y venir es que renuncies a amarla y esa parte de ti, volverá por completo.

Ver a James sonreír triunfante me dieron ganas de partirle su fantasmal cara y él lo sabía. Era imposible que renunciara a amar a Rose, ¿cuanto no lo había intentado?

- Deja de ser tan testarudo y vive lo que no viviste. Te esmeraste tanto en cuidar de nosotros que olvidaste salir con chicas, te quedabas a cuidar a Harry todas las noches, matabas tantos mortífagos tuvieras en el camino. ¿Que hay de ti? ¿Que te retribuyó la guerra?

- Ver a Harry sano y bien.

- Pues yo creo que no fue suficiente. Te mereces una familia, tener buenos amigos. Se que Albus te quiere tanto como yo lo hice y está preocupado por ti. Harry esta preocupado por ti. Rose, por su parte no ha soltado tu mano.

Suspiré y de pronto la imagen de James desapareció, sentí como si algo me arrastrara hacia otro lugar y como el aire se cortaba de mis pulmones una y otra vez.

- Por favor, Sirius. Regresa, te lo pido.

La voz de Rose se escuchaba clara y sentí su delicada mano tomando la mía. Deseaba responderle y por primera vez, sentí un quejido salir de mis labios.

- ¡Cecil! ¡Cecil! - gritó mi hermosa pelirroja casi dejándome sordo. De pronto me soltó y unas manos frías comenzaron a recorrer mi rostro.

- Esta despertando. Creo que debemos enviar una lechuza al señor Potter - siseó rapidamente - Corre Rose, avisa a tus primos, Sirius estará bien.

Yo realmente no entendía mucho, pero las palabras de James aún resonaban en mi cabeza. ¿Rose realmente tenía parte de mi alma? Tenía sentido. Ahora todo tenía sentido.

Desde el Velo - Marauder's StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora