Desde el Velo - Marauder's Story

Sirius

Mientras estabamos en el tren, decidí ir a caminar un rato por el pasillo ante la mirada sorprendida de Rose quien fue lo suficientemente amable como para no preguntar nada. Aún estaba resfriada y su palidez aunque me preocupaba, comenzaba a mejorar. ¿Por qué le dije aquello acerca de Frank?

Por que no eres tan mal tipo dijo esa maldita vocecita en mi cabeza Además, no puedes pensar en la hija de Ron como una conquista, ¿o si? No tienes 15 años Sirius.

No, en realidad tengo 17 años y realmente comenzaba a recordar lo que era sentirme de esa forma. Mis recuerdos no desaparecerían, pero había otros nuevos que comenzaban a hacerse camino poco a poco. Había pasado una noche diferente con Rose y era algo que no podía dejar de pensar, ella me recordaba algunas cosas de mi pasado pero sin ser doloroso, de hecho su presencia me refrescaba como si el solo verle hiciera un efecto curativo en mi.

Por supuesto que no tenía que ver nada con el beso, aún cuando eso permanecía intacto en mi cabeza, pero Rose tenía una inteligencia de la cual me sentía plenamente orgulloso y una belleza que me hacía observarle en secreto mientras se sentaba concentrada en sus libros.

Encontré un compartimiento vacío y al fin pude sentarme tranquilo a pensar en todas las cosas que traían mi mente hecha un revoltijo de ideas. Sabía muy bien como me sentía y a que se debía, aunque era un adolescente, podía ser lo suficientemente maduro ahora para reconocer aquel sentimiento que comenzaba a aparecer en todo mi cuerpo y que aunque intentara hacerlo desaparecer, no podía.

Entonces, te volveras a apartar, ¿no? Le dejaras la chica a otro porque piensas que no eres lo suficientemente bueno.

¡Maldita sea! Como desearía no escuchar nada de esa voz. ¿Como callarla? Dejar lo que sentía por Lily aquella vez, no fue cuestión de pensar que no era bueno. Amaba a James mas de lo que alguna vez podría querer a alguien, como un hermano. ¿Cuantas veces no deseó llevar el apellido Potter y poder sentirse orgulloso de ello?  No podría quitarle a su chica y sabía que ella tampoco lo vería de otra forma, para Lily siempre fue el arrogante e idiota Sirius Black.

Rose no piensa que seas un arrogante e idiota.

Si lo piensa, le dije a aquella voz para callarla.

Solo para hacerte molestar, pero sabes que le gusta pasar tiempo contigo, así como tu amas pasar tiempo con ella.

Aquello era cierto, mi tiempo con Rose era igual de bien invertido que con Albus quien tenía una manera particular de ver las cosas al igual que mi mejor amigo, sin embargo la pelirroja podía arrastrar cualquiera de mis ideas y doblegarla con todo su conocimiento, para luego observarme interesada mientras yo defendía mi punto de vista y me sonreía de aquella preciosa manera que tenía.

¿Por que Rose no pudo existir en mi época? ¿Sería egoísta pensar en atarle un giratiempos y dejarla en 1976? ¿Pero en que estaba pensando? Quería gritar, sentía que me faltaba un poco el aire y abrí la ventanilla sintiendo como la brisa removía mi cabello y mis pensamientos.

Aquella imagen de Rose sonriendome al despedirme de ella en la habitación de chicas, me atormentaba. Quizás el Sirius de 1976 la habría tomado entre sus brazos y besado sin pudor alguno sobre su cama, encerrados entre las cortinas, pero esta vez, yo solo simplemente quería seguir sintiendo sus brazos rodeandome y riendo cerca de mi pecho a alguno de mis comentarios, bailando  una y otra vez.

Me encontré contando las pecas en sus hombros y tentado a acariciarlas delicadamente, pero aquello era pasarme de la raya. Ella era una hermosa chica y se había emocionado con la mención de la infructuosa invitación de Frank Longbottom. ¿Le gustaba? Quizás debería preguntarselo discretamente.