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Jimin parecía convencido de su decisión. Yoongi se acercó lentamente, tan cerca que casi rozaban sus labios. Solo con mirarlo, podía sentir el calor que irradiaba su cuerpo, una calidez abrumadora que contrastaba con la frialdad de la situación.

—Mientes. —susurró Yoongi, apenas audible, pero lo suficientemente claro para que Jimin lo escuchara.

—No lo hago. —respondió Jimin, desviando la mirada hacia la ventana, evitando su confrontación.

—Mírame y dime que no lo es. —insistió Yoongi, buscando su mirada con una intensidad feroz.

—Yo... —empezó a decir Jimin, pero las palabras parecían atrapadas en su garganta.

—Sí. —Yoongi susurró mientras acariciaba suavemente el cuello de Jimin, en un gesto que parecía tanto una amenaza como una súplica.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas. Su cuerpo temblaba mientras apretaba los puños con fuerza, conteniendo algo que parecía estar a punto de estallar.

—¿Por qué debo responder? —preguntó Jimin, su voz quebrándose ligeramente.

—Porque te lo ordeno. —respondió Yoongi, con una firmeza que no dejaba lugar a la duda.

—Yo... sí quiero casarme. —Jimin lo miró, la tensión en su rostro palpable y finalmente, soltó.

El aire en la habitación se tornó pesado. Yoongi sintió como una ráfaga de rabia atravesaba su pecho, y sus palabras surgieron como un latigazo.

—¿Quieres crear una unión tan absurda que solo te llevará al arrepentimiento? —reclamó, con desdén en su voz.

—¿Y qué? —respondió Jimin, levantando la cabeza, con una expresión desafiante. —Es mi vida.

—Tu vida es mía. —Yoongi lo tomó del cuello, con un agarre firme, posesivo. —Esa bruja te ha llenado la cabeza de ideas absurdas.

—No lo ha hecho. —respondió Jimin, apartando la mano de Yoongi con fuerza. —Soy realista.

—¿Realista? —Yoongi rio, una risa amarga y oscura. —Jimin, te dejas follar por un demonio.

Sin decir más, Jimin abrió la puerta y salió de la habitación. Yoongi se quedó solo, sentado en la cama, cerrando los ojos mientras intentaba calmar su creciente frustración. Tendría que conocer a esa novia antes de permitir que aquella "cosa", como lo llamaba, sucediera.

—Sunmi... —susurró Yoongi para sí mismo. —Ya veremos.

Su cuerpo se desvaneció en humo mientras descendía por las escaleras, invisible para la mayoría, excepto para Jimin, quien siempre podía percibirlo. Sin embargo, esta vez, Yoongi jugaría con otras reglas.

Al llegar al salón, la voz de una chica resonó, alegre y ligera.

—Cuando supe que vendrías, me puse muy feliz. —decía Sunmi con una sonrisa en los labios.

—Lo sé. —respondió Jimin, su tono más suave de lo habitual.

—Sun Hee, me dijo que viniste con alguien. —Sunmi añadió con curiosidad, y Yoongi sonrió en las sombras.

—Un amigo. —respondió Jimin, y el ceño de Yoongi se frunció ante la respuesta.

—¿Un amigo, eh? —río Sunmi, ligeramente incrédula.

—Tranquila. —le dio un beso, y el gesto hizo que Yoongi apretara los dientes.

—¿Estás seguro de que quieres hacerlo? —Sunmi lo miró con un brillo de preocupación en los ojos.

Demon [Y.M][#1][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora