Demon [Y.M][#1][✓]

80

Ambos estaban inmersos en una intensa pasión. Lo que comenzó con suaves caricias, rápidamente se transformó en una situación más atrevida, llevándolos sin darse cuenta al balcón. Jimin, sentado en el borde, se abandonaba al placer mientras era penetrado con fuerza. Su respiración entrecortada se mezclaba con los gemidos que salían de su boca, su cuerpo temblando ante cada embestida.

—¡Más! —gimió Jimin, su voz cargada de deseo.

El demonio que lo acompañaba esbozó una sonrisa satisfecha, sujetando firmemente su delgada cintura y acelerando las embestidas, haciéndolas más profundas y desesperadas. Jimin se encontraba sumergido en un torrente de sensaciones, su cuerpo estremecía de placer mientras las lágrimas escapaban de sus ojos. Se aferraba con fuerza al cabello oscuro del demonio, sus bocas encontrándose en un beso hambriento y urgente. Con unas pocas embestidas más, sintió el calor llenando su interior, ambos mirándose con una sonrisa cómplice.

—Feliz cumpleaños, pequeño. —dijo el demonio, dándole un beso suave.

—De todos... Este ha sido el mejor. —respondió Jimin con una sonrisa satisfecha.

Tras la intensa noche, ambos se dejaron caer en el sueño, agotados, pero satisfechos, con la certeza de que, a partir de ese momento, las cosas solo podían mejorar.

Al día siguiente, Jimin decidió salir a comprar algunas cosas que necesitaba. Caminaba tranquilamente por el supermercado, disfrutando del paseo, mientras sonreía al ver los productos que iba colocando en su cesta. Luego de pagar, salió del lugar, continuando su recorrido habitual. Todo parecía normal hasta que una camioneta se detuvo abruptamente frente a él. Instintivamente, retrocedió, y fue entonces cuando la ventanilla del vehículo bajó, revelando a una chica que lo observaba fijamente.

—Hola, Jimin. —dijo con una sonrisa.

—¿Quién eres? —preguntó Jimin, frunciendo el ceño.

—Eso no importa. —respondió la chica con indiferencia.

Antes de que pudiera reaccionar, tres hombres lo agarraron por sorpresa y lo metieron a la fuerza en la camioneta. Sintió una punzada en su cuello; algo le fue inyectado, y pronto la debilidad se apoderó de su cuerpo hasta que cerró los ojos, desvaneciéndose en la oscuridad.

Mientras tanto, en otro lugar, un demonio de cabellos oscuros, concentrado en la lectura de unos documentos, fue interrumpido cuando la puerta de su oficina se abrió de golpe. Otro demonio entró con una sonrisa en los labios.

—¿Qué quieres? —preguntó el demonio de cabello negro, serio y sin levantar la vista.

—Solo pasaba por aquí. ¿No puedo? —respondió el recién llegado, con una sonrisa traviesa.

—Estoy ocupado. —replicó el demonio, volviendo su atención a los papeles.

—Solo quería confirmar un rumor. —dijo el otro demonio mientras caminaba hacia el sofá.

—¿Qué rumor? —preguntó, frunciendo el ceño.

—Se dice por ahí que estás detrás de otro chico... —se hizo el pensativo. —tres años menor que Jimin, si no me equivoco.

—Eso es mentira. —contestó, mirándolo con dureza.

—No deberías confiarte tanto. —respondió el demonio, arqueando una ceja.

—Si solo viniste por eso, puedes irte. —señaló la puerta. —Estoy ocupado.

—Vamos, Yoongi, eres muy aburrido. —se quejó el intruso.

—Mi pregunta es ¿Quién te dejó entrar, Woojin? —dijo Yoongi, sin ocultar su molestia.

—La puerta. —respondió Woojin con una sonrisa burlona.