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Jimin observó cómo Jin lanzaba una mirada asesina al pálido hombre antes de salir de la habitación, dejándolo solo con ese individuo. El desconocido lo miró por un momento, pero el misterio que envolvía la situación pronto lo aburrió, así que decidió romper el silencio.

—¿De qué quiere hablar conmigo? —preguntó Jimin, observando al hombre.

—Eres muy astuto. —respondió el hombre con una sonrisa.

—Solo dígame. —dijo Jimin, mirando sus juguetes con impaciencia. —Estoy ocupado.

—No lo estás. —replicó el hombre, con una expresión segura.

Al escuchar esas palabras, Jimin se giró para mirarlo. El hombre sonrió de nuevo, y Jimin, intrigado, se acercó a él. El hombre se sentó en el suelo, invitándolo a acercarse más.

—¿Has escuchado alguna vez una historia sobre ángeles y demonios? —preguntó el hombre. — Bueno, más bien es una leyenda.

—Supongo. —respondió Jimin, sintiendo curiosidad por lo que el hombre iba a decir a continuación.

—Ven. —dijo el hombre, señalando su regazo.

—¿Qué pretende? —Jimin alzó una ceja, desconfiado.

—No te haré nada malo. —suspiró el hombre. —Aún quiero vivir.

Con cierta duda, Jimin se acercó y se sentó junto al hombre. Este sonrió suavemente mientras acariciaba la mejilla del joven, que lo observaba con atención.

—Hay una vieja leyenda. —comenzó el hombre. —que dice que hubo un tiempo en el que los demonios buscaban almas inocentes y puras para saciar sus deseos más repulsivos y viles, deseos que ningún mortal podría imaginar. También se dice que tanto ángeles como demonios tienen prohibido enamorarse de un humano, pues es considerado algo infame. —Hizo una pausa, su voz más baja. —Pero, si desear algo tan puro e inocente es pecado, ¿Qué importa, si yo ya soy parte del infierno?

—Así no es. —interrumpió Jimin.

—Es la misma historia. —dijo el hombre. —solo que con diferentes versiones.

—Claro. —admitió Jimin. —Continúe.

—Eso es lo que un demonio pensaba... y aún piensa. —prosiguió el hombre. —A él le gustan las almas puras e inocentes, pero no cualquier alma, esa alma tiene algo particular, algo único que la hace deseada por el demonio.

—¿Y qué pasa cuando obtiene lo que desea? —preguntó Jimin, intrigado.

—Las mata muy lentamente y dolorosamente. —susurró el hombre. —para luego esperar a otra alma igual o mejor que la anterior.

—Es muy cruel. —murmuró Jimin.

—Lo es. —el hombre acarició suavemente uno de los cabellos de Jimin, quien bajó la mirada.

—No fue hasta que conoció a un lindo chico. —dijo el hombre con una risa.

—¿Qué es lo gracioso? —preguntó Jimin, levantando la mirada.

El hombre estaba a punto de responder cuando la puerta se abrió bruscamente, Jimin se levantó de inmediato al ver a Jin. El hombre misterioso también se levantó, le guiñó un ojo a Jimin y salió de la habitación. Jimin quiso seguirlo, pero Jin lo detuvo, negándo con la cabeza. Jimin lo vio irse, lleno de dudas que no podía resolver.

—¿Qué pasó con el chico? —susurró para sí mismo, sintiendo una inquietud creciente.

Más tarde, después de cenar, la madre de Jimin llegó agotada. De camino a casa, lo miró con ternura.

Demon [Y.M][#1][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora