Capitulo 17

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Con la correa de Susano, en una mano, la mochila de Tenchi, las manos de Hinata, no pudieron actuar con rapidez y antes de poder alcanzarlo, Tenchi, corrió hacia los brazos de Madara, que de inmediato, lo levantó desde el suelo. No necesitaba que Tenchi, fuera familia, para quererlo, pero saber que el niño también llevaba su sangre, le despertó aún mas el lado paternal, sobre el adorable chico.

—TENCHI—lo llamó la ojiperla, con frustración y a la vez tristeza al verlo correr hacia Madara. Su hijo lo quería, se podía decir, que lo quería mas que a Neji y eso le causó aun mas enojo, por desaparecer durante tanto tiempo, sin importarle lo que su hijo se apegó a el.

Ver el rostro feliz de Tenchi, mientras era sostenido por Madara, la dejó sin armas para poder arrebatárselo, incluso Susano, se apresuró para ser mimado por el azabache.

La única que no se acercó, fue ella, que permaneció con los brazos cruzados, frente a ellos.

Madara era un chantajista. El sabía perfectamente, que la debilidad de Hinata era su pequeño, asi que sin esfuerzo terminó ablandando el corazón de la dura mujer frente a el.

—¿Quieres dangos campeón?—la morena, cerró los ojos molesta, sabiendo dónde terminarían las cosas.

—No creo que Tenchi tenga—ella no terminó de argumentar, para negarse, cuando su propio hijo la silencio.

—Mmm...dado—el niño sonrió feliz, mirando hacia su madre.

—¿Vamos?—le preguntó con súplica y los ojos de la Hyuga, lo miraron detenidamente, enfocándose en los duros golpes que había recibido. Se odio a si misma, por sentirse preocupada por el, al punto de no querer que le pasara nada malo ¿quien lo golpearía de esa manera? ¿Se estaría curando adecuadamente? Se preguntó, al mismo tiempo que las imágenes de la única noche que compartieron juntos llegaron a su memoria.

—¡Hinata!—el azabache la llamó de nuevo, al notar, que ella no se movía, ni tampoco respondió nada.

—Espere un momento, dejaré a Susano, con Chiyo—le respondió seca, pero aunque así fuera, Madara, estuvo complacido, que le permitiera acercarse.

...

Los tres, llegaron a un restaurante, donde vendían los mejores postres, de la cuidad, según lo describió la ojiperla y Madara, no dudó en ir hasta ahí, en cuanto recordó, lo dicho por ella, en el tiempo que permanecieron juntos.

Pidieron dos cafés, para ellos y un vaso de leche para Tenchi.

Madara se encargó de ordenar, todo lo que sabía, era del gusto de las personas frente a el.
Hinata, por su parte, evitó hablar, con el azabache, en toda la tarde. Las únicas frases, fueron dirigidas al niño, en ningún momento, miró a Madara, de lo contrario terminaría por pedirle explicaciones y definitivamente, prefería morderse la lengua, antes que hacer algo así.

El mesero les entregó las órdenes y se fue. Tenchi, se entretuvo, comiendo los dangos y coloreando un libro, que le trajeron. Hinata continuo sin encarar al Uchiha y Madara, la veía sin saber, cómo pudo estar lejos de ella por tanto tiempo.

—¡Hinata..!—la morena levantó el rostro y lo miró, indicando que continuara—¿Porque no me dijiste, quien era el padre de Tenchi? ¿Porque no me contaste, todo lo que mi familia te hizo?—le preguntó con voz suave, sin mostrar acusaciones, solo, solidaridad hacia ella.

—Ahora entiendo el motivo de querer hablar conmigo—soltó la Hyuga, con ironía—¿No cree que es un poco tarde para buscar explicaciones?—cuestionó con sarcasmo y enojo.

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