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Bueno, no era tan malo, ¿Verdad? digo, solo era el funeral de aquel hombre que llamábamos padre, no hay problema. Lo que me preocupaba era que se volviera a reunir la familia. Después de la publicación del libro de Vanya "Extra Ordinaria", el cual dejaba al descubierto muchos secretos familiares, los demás no estaban muy felices que digamos, siendo sincera, la odiaban, en especial Diego. Para mi está bien, necesitaba descargar todo lo que guardó siendo tratada como ordinaria por nuestro padre. A pesar de haber nacido el mismo día que todos nosotros ella no presentaba poderes aparentes, papá la solía excluir por eso, al igual que los demás porque no era como nosotros. No creo en eso, ella es especial a su manera, es muy talentosa con el violín y muy valiente al escribir ese libro.

Me adentré perdiendo de vista a Klaus, lo más posible es que fuera a desvalijar la licorera de papá.

-Señorita Camille, que gusto verla-Me giro y veo al primate. Pogo, como se llama, era el ayudante Reginald y nuestro cuidador. Hace mucho que no lo veía, traía un bastón para apoyarse y su pelaje tenía notorios cabellos blancos.

-Pogo, tanto tiempo- le dije mientras me acercaba a abrazarlo. Gustoso me devolvió el abrazo. Lo había extrañado mucho.-¿Cómo has estado?¿Cómo está mamá?¿Ha llegado alguien más?

-Tranquila señorita Camille-habló pausadamente- su madre se encuentra en la cocina, ya sabe como es, quería preparar galletas para cuando llegaran-Sonreí, mamá siempre nos consentía con galletas de chispas de chocolate cuando padre no estaba. Nos gustaban pero eran las favoritas de Diego, el siempre fue su favorito- usted y el joven Klaus son los primeros en llegar.

-Gracias Pogo, iré a vigilarlo para que no termine intoxicado nuevamente- le sonreí y subí las escaleras.

Todo se encontraba como la última vez que estuve aquí. Los dibujos de ataque seguían pegadas en la pared, eran las mismas pinturas, las mismas decoraciones, todo seguía igual de limpio. Me acerqué a mi habitación, seguía exactamente igual como la dejé. Los cojines peludos y las fotografías con mis hermanos en la pared. Incluso mis uniformes antiguos estaban impecables en el armario. Me recosté en la cama mirando el techo recordando las tardes de lecturas que teníamos con Cinco en mi habitación. Suspiré, lo extrañaba demasiado.

Después de salir corriendo al enojarse con papá por no dejarlo viajar en el tiempo, nunca más volvió. Lo buscamos por meses pero no logramos encontrar nada. Pasaron los meses y los ánimos bajaron pero algo me dice que no ha muerto, que está perdido por algún lado.

-Sigues sin poder controlar tu cabello-reconocería esa voz en cualquier lado. Me siento en la cama y lo miro con una sonrisa.

-Tu y yo sabemos que te encantaba, tu juego favorito era tirarme semillas al cabello y que se me enredaran- Me levanté y nos dimos un abrazo corto- Hola Diego.

-Hola Camille.

-¿Han llegado los demás?- Pregunté saliendo del dormitorio con Diego a mi lado. Nosotros fuimos bastante unidos, aunque lo fui con todos mis hermanos. Dos me ayudaba con defensa personal, al ser tan escuálida con un solo empujón me mandaban a volar, gracias a él resistí los entrenamientos del viejo.

Bajamos juntos y nos encontramos a Allison y a Vanya, mis dos hermanas.

-Camille- Vanya me mira con una sonrisa cálida, rápidamente me acerco a ella para saludarla como corresponde.

-¡Vanya hermosa! ¡No sabes cuanto te echaba de menos!- si, quizás me gustan muchos los abrazos, y en secreto sé que a mis hermanos también les gustan.- Mira que guapa estas!- ella rió cohibida mientras me separaba del abrazo que me correspondió de inmediato.

-Pensé que no vendrías- Dijo Allison-

-¿Bromeas? ¿Y perderme una junta familia? primero muerta- reímos juntas.

LOVE ME TONIGHT- the umbrella academyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora