↬Jeon Jung Kook, es un ex-jugador profesional del béisbol de Los Yankees de Nueva York que sufrió una fuerte lesión en su columna vertebral, ésta termina dejándolo parapléjico y con un claro propósito en la vida, darle un nieto a su padre antes de q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Celos incontrolables.
|↬❀↫|
Y. Han Soora
Despertar al lado de Jung Kook era lo que más me gustaba, sentir sus brazos apegandome a su cuerpo, aferrándose al mío como si no quisiera dejarme ir nunca. Sentir su respiración tan tranquila y calmada, se sentía cada vez más increíble e incluso ésta mañana se sentía superior a otros días, estábamos desnudos y era un claro motivo de mi felicidad, Jung Kook me había hecho el amor.
Me sentía saciada, querida y diferente, junto a una extraña molestia allá abajo, pero había de suponer que era normal para una mujer que había perdido su virginidad.
—Buenos días, Señor Jeon —hablé acariciando una de sus manos, seguido de su brazo ese que se encargaba de mantenerme junto a él.
A veces se nos complicaba mantener ésta posición para dormir por las noches, pero no me importaba tener que ayudarlo, era difícil y sin embargo, no era imposible. La diferencia entre su gran, fornido y duro cuerpo con el mío, tan delicado, débil y poco fuerte, no era un impedimento para ayudarlo a sentarse en su su silla de ruedas, también era suficientemente capaz de hacerle los masajes correspondientes en sus piernas.
Era nuestra rutina luego de salir de la cama.
—Buenos días, señora Jeon, ¿Cómo amanece? —su voz ronca era muy sexy por las mañanas— ¿Te duele allí abajo? —acarició mi cadera con ternura por encima de las sábanas blancas.
—Tengo una pequeña molestia, pero nada que no pudiera soportar el resto del día —le aseguré besando su duro pectoral— ¿Crees que haya quedado embarazada? —me levanté un poco de la posición anterior, quería ver sus hermosos ojos almendrados.
—Nunca me había corrido de tal manera, así que no lo dudo, cielo —aseguró con una sonrisa en su rostro.
Él estaba orgulloso de su masculinidad.
—¿Con cuántas lo habías hecho antes? —pregunté de repente, no era algo que quisiera saber, pero sabía que tenía cierta competencia con otras chicas.
—¿Es necesario que sepas esa información? —alzó una ceja sin despegar nuestras miradas.
Asentí sin dudar.
—Sí, soy tu esposa. Creo que merezco saber esa información —alcé una ceja de vuelta, analizando sus ojos y lo que había detrás de esa mirada sorprendida.
—Solo te diré que serás la última y la única a la que realmente amo —confesó con una sonrisa en sus labios.
—Te estás convirtiendo en todo un romántico, Jeon Jung Kook —quedé paralizada al repasar sus palabras con detenimiento— ¿Me amas? —pregunté con una sonrisa en mi rostro.