16. Falta de confianza.

1K 109 16
                                    

— ¿No crees que ese es un asunto entre ella y yo? ¿Además cómo estás tan segura? —me cruzo de brazos.

—Primero: porque Blair es muy obvia. Segundo: porque sé reconocer cuando una mujer tiene sexo. ¡Es muy obvio!

— ¿Me estás armando una escena de celos?

No puedo creerlo, ¿Quién se cree? No tiene el derecho. Ni siquiera sé por qué está aquí, tratando de recuperar algo que perdió. No me importa si perdió la memoria, sigue pensando que hay oportunidad entre nosotros y no puede estar más equivocada. No quiero estar cerca de ella, no entiendo por qué le cuesta tanto entenderlo. El hecho de que esté aquí tratando de recuperar algo que ya se perdió solo empeora las cosas.

Melanie desvía la mirada con incomodidad, avergonzada de su repentino impulso.

—No, es solo que no puedo creerlo—murmura—. Blair es... como decirlo, bastante sosa para esas cosas.

— ¿Por qué no dejas ya de hablar mal de Blair? ¿No se supone que es tu amiga? ¿O acaso eres una de esas personas que la hizo infeliz durante su vida en el instituto?

—Por favor, ni porque tú supieras algo de la adolescencia de Blair o de la mía—abro la boca para hablar, pero me interrumpe—. Mejor vámonos, hay trabajo que hacer.

Melanie se marcha hacia la oficina con aire molesto. Suspiro con pesadez. Debería irse, aquí no es bienvenida. Pero ella es la prueba que me faltaba para darme cuenta de que por fin la he superado, y esa es la mejor noticia del mundo.

El resto de la mañana me concentro en mi trabajo y afortunadamente logro adelantar bastante. Cuando salga ruego para no encontrarme a Melanie, sé que va a hacer lo mismo de siempre: va a esperarme para que almuerce con ella. Es increíble cómo han cambiado las cosas. Salgo y ahí está, mirándome con nerviosismo pero lo suficientemente alejada como para que parezca una coincidencia. Fue demasiado optimista pensar que podría librarme de ella.

— ¿Vas a almorzar? —pregunta.

—Sí. Con mi novia, si no te importa.

Comienzo a caminar, pero ella me sigue. ¿Acaso no entiende la indirecta?

—Ah, qué bien. Creo que podríamos hablar del tema de Daniel mientras almorzamos.

Freno en seco. ¿Cómo dijo?

— ¿Qué?

—Blair dijo que quería encontrar a Daniel, ¿recuerdas? —menciona—. Tú dijiste que la ayudarías. Pues puedo hablar con ambos a la vez entonces.

Se me había olvidado ese tema por completo. No quiero que Blair busque a ese tipo, sea quien sea no es una buena persona, no después de lo que hizo para hacerla caer en una trampa. ¿Por qué quiere hablar con él? Que el tipo tenga respuestas no quiere decir que se las vaya a dar. Sé que está asustada por lo que pueda pasar, yo también lo estoy, pero ese hombre podría traer más problemas que soluciones.

No lo quiero cerca de ella.

Suspiro con pesadez, tratando de no soltar una grosería.

—No creo que ese tipo vaya a ayudarla. Quería hacerle daño en primer lugar—refuto—. ¿Acaso no te preocupas por ella?

— ¡Claro que lo hago! Por eso la ayudo. Créeme, conozco a Daniel. No sería capaz de hacer algo malo contra ella. Tal vez solo hubo un malentendido.

Sin ofender, pero su palabra no es la mas fiable del mundo ahora mismo.

—Ni siquiera sabes lo que pasó, ¿no? No me importa si tu confías en él, yo no —declaro con voz severa—. Encontraremos otro modo.

Corazón de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora