19. Cayendo por ella.

858 101 40
                                    

Cancion en multimedia: Shawn Mendes - There's Nothing Holdin' Me Back

De nuevo estoy mirando mi celular. Alex no me ha llamado, tal vez no vio mis llamadas, o simplemente me está ignorando. Estoy distraída buena parte del tiempo por culpa de eso. Recibir a los investigadores sin él fue muy duro, por más que Harmony estuviera de apoyo. Revisaban el proceso de planeación del libro con cuidado, me hacían muchas preguntas y no dejaban de mirarme de manera prejuiciosa.

Volví a tener pesadillas. En algunas aparecía mi madre, culpándome por todos los inconvenientes que había traído. En otras había gente desconocida, gente que había muerto debido al mensaje del libro. Cada mañana cuando sale el sol tengo los ojos muy abiertos, dándome cuenta que la soledad está volviendo. Extraño a Alex. Aún tengo la llave de su apartamento. Creo que podría ir, al menos estar allí me haría sentir un poco mejor.

Agarro mis cosas y me dirijo al apartamento de Alex, aunque debo tomar el transporte público para llegar. Cuando estoy frente al edificio, me siento un poco más cerca de él. Subo los pisos y llego frente a su apartamento. Pongo la oreja contra la puerta con curiosidad. ¿Y si ya hubiera llegado? Escucho ruidos dentro.

¿Será posible que ya esté aquí?

Abro la puerta con impaciencia. ¡Alex por fin...!

—Hola Blair. Alex no está aquí.

Miro a Reed con tristeza. No era la persona a la que quería ver. Entonces es verdad, Alex sigue molesto conmigo.

—Lo sé—murmuro con tristeza—. ¿Qué haces aquí?

Me muestra el control de la consola y me invita a sentarme a su lado. Entre la voz que me grita que me vaya y la que grita que me queda no sé qué hacer. A lo mejor debería quedarme, me ayudaría a desestresarme.

—Luces fatal—se burla.

—Lo estoy—me río con desgano.

— ¿Ah sí? —pregunta, abriendo una lata de cerveza. Sí que se toma muchas confianzas.

— ¿Puedo tener una de esas? —le pregunto, señalando la lata.

Se ve sorprendido por mi pregunta, ¿así de inocente me ve? Ruedo los ojos y tomo una de las latas por mi cuenta. Wow, hace mucho que no me tomaba una cerveza. Sí, tal vez esto es lo que necesito para desconectarme.

— ¿Sabes jugar Mortal Kombat? —pregunta, señalando la pantalla.

Niego con la cabeza, avergonzada. Le doy un sorbo a mi cerveza. Saber jugar un juego tan conocido debería ser cultura general, pero sin duda me he perdido de muchas cosas en la vida.

Reed me explica rápidamente como se juega pero al poco tiempo se arrepiente. Los juegos de pelea se me dan muy bien, aunque no supiera jugar este. Al poco tiempo le estoy haciendo una fatality que recordará hasta el fin de sus días. Al cabo de un rato me enfrasco en el juego y ambos nos reímos. Es entonces que me doy cuenta de que extraño a mis amigos.

Debería preguntarle a Sabrina cuando iremos a acampar.

Pero aprovechando que Reed está aquí...

—Oye Reed... —muevo mis dedos con nerviosismo—. ¿Has sabido algo de Alex estos días?

Me mira como si no entendiera la pregunta.

—Pues... sí, hablé con él hace un par de días. ¿Por qué?

Trago grueso. Quiero llorar. Si habló con Reed pero no quiso contestar mis llamadas es que está realmente enfadado. ¿Y si realmente terminó conmigo? ¿Y si no quiere verme más? No lo soportaría, quiero hablar. Pero sé que si ya no siente nada por mí, solo me queda hacerme a un lado.

Corazón de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora