Capítulo XIX

135 22 4
                                    

16 de junio de 1924

Es tarde y mi madre aún no ha regresado, pero no estamos preocupados hemos aprovechado el tiempo y ambos hemos podido volver a sentirnos, jugar y por sobre todo hemos podido volver a ser nosotros mismo. Mientras hemos estado solos, además de aprovechar nuestro tiempo en nosotros mismos hemos ordenado algo la casa, preparamos la cena y estamos esperando que Madre llegue, mientras esperamos Emma está parada junto a la ventana observando la lluvia caer, estoy a punto de acercarme a ella para acariciarla, pero se mueve rápidamente y abre la puerta en el momento preciso en el que alguien comenzó a golpear.

Un niño flacucho de unos 10 años estaba parado afuera y bastó de que Emma le sonriera para que el pequeño escupiera todo lo que tenía que decir - ¡Buenas tardes, vengo de parte de la Señora Hiddleston ...! me mandó a buscar al Padre Thomas, lo necesitan urgente en la casa del patrón! -

- ¡Pero...! - Intenté hablar, pero Emma me interrumpió.

- ¡Claro pequeño, pasa! - Emma le hace un ademán para que entre y el pequeño la sigue gustoso, le indica al niño que se siente y mientras eso sucede me toma desde el brazo para llevarme a la habitación - El Padre se colocará su abrigo e ira contigo a la casa del Patrón -

Ya en la habitación - ¿Pero que estás haciendo Emma? hemos arrancado de esto por cuanto tiempo ¿y ahora? -

Coloca sus dedos sobre mis labios para callarme - ¡Es nuestra oportunidad de poder volver todo a la calma, aunque sea por un tiempo mientras que Phillip se aburra de todo esto y nos deje tranquilos! - Me da un pequeño beso, busca mi abrigo y me ayuda a colocarlo. - ¡Vamos, el niño y tu madre te esperan! -

- ¿Estas segura? - Le pregunto mientras que acaricio su rostro.

Me mira a los ojos con decisión - ¡Tanto como el día que robé esa bicicleta para encontrarme contigo al otro lado del puente! - Nos damos un pequeño beso y tomo una pequeña maleta donde aún guardaba mi estola y mi antiguo sayal, nunca pensé que volvería a usarlos pero creo que mi mujer tiene la razón.

Salgo y el niño me está esperando, aún sentado en el lugar que le había indicado Emma - ¡Vamos pequeño, creo que nos necesitan urgente! -

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Han pasado cerca de 45 minutos que Thomas se ha marchado con el niño. Yo he limpiado la habitación, porque de verdad habíamos dejado un desmadre. De repente escuchó la puerta abrirse, me asomó feliz por la puerta para recibirlos hasta que veo que es su madre y viene con cara de muy pocos amigos.

- ¡EMMA, puedes venir por favor! ¡Necesito hablar contigo! - me grita desde la sala, entro a la misma y veo como acomoda su abrigo en el perchero, saca la tetera al fuego y se sirve una taza de té. Tranquilamente se sienta y espera a que yo haga lo mismo en la silla que está frente a ella.

- ¡Dígame, señora Hiddleston! - Me siento.

¡Se acomoda y dispara todo lo que se había guardado - ¡Quiero que tomes tus cosas, te marches de aquí y dejes a mi hijo en paz! -

- ¡ ...pe, pe, pero! -

- ¡Pero nada! Si necesitas dinero yo te lo daré. Pero quiero que dejes a mi hijo, él debe volver a ser el buen Padre que fue. - La señora golpea la mesa, pero para ese momento yo ya había salido de mi asombro ante tal propuesta.

- ¿Buen Padre? Si mal no recuerdo fue su esposo quien vendió a su hijo a los monjes. ¡Thomas, jamás quiso convertirse en uno! -

- ¡Cállate niña, que tú no sabes nada sobre nosotros! -

- Señora, solamente porque es la madre del hombre al que amo y por el que estoy dispuesta a dar mi vida me callaré y no le diré todo lo que Thomas alguna vez entre lágrimas me confidenció - me levanto y golpeo la mesa - ¡Además creo que no fue tan buena idea confiar en usted! ¿a dónde está Thomas ahora? -

- ¡No vuelvas a levantarme la voz! -

- ¡Y usted tampoco vuelva a tratarme como idiota! recuerde que frente a Dios hace más de dos años que somos marido y mujer, así que usted también debe respetarme a mí como la mujer de su hijo. -

- ¡Querrás decir la ramera de mi hijo! - sus ojos se transforman y casi se abalanza sobre mí, pero como buena dama de buenas costumbres no lo hace - ¿Por qué crees que Dios no te ha enviado hijos? Simple niña, porque esa unión no debe y nunca debió ser... y si siguen así sus almas se consumirán en el infierno por pecadores. -

- Dios es un Dios de amor y Thomas y yo nos amamos más que a nada en este mundo. Si no nos que querido enviar hijos... al fin de cuentas ha sido para mejor porque no podríamos estar con un bebé y en estas condiciones. - me apoyo sobre la mesa mis lágrimas están por brotar, no quiero seguir discutiendo con ella, pero necesito a Thomas junto a mí, dándome su apoyo. - ¡Con permiso Señora Hiddleston, pero me retirare a la habitación, con permiso! - me levanto y trato de caminar lo más tranquilamente hacia la habitación. Llegando ahí cierro la puerta y me apoyo tras ella.

No quiero que me escuche llorar, pero de verdad me ha dolido lo que dijo, no tanto las palabras sobre Thomas sino de que estamos siendo castigados. ¿Y si eso fuera verdad? ¿Si ella tuviera la razón y en todos estos años no hemos logrado concebir un bebé como un castigo de Dios por el pecado que hemos cometido?

Pecado (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora