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Kaname miraba esa casa, que más que casa parecía un hotel, viajaba en un automóvil que costaba una fortuna, vestido con un hermoso y carísimo traje blanco, pero a pesar de todo no podía decir que estaba feliz.

El automóvil se detuvo y su acompañante salio rápidamente, Kaname salió inmediatamente y corrió a la cajuela a sacar su maleta, una media destartalada, más de dos décadas tenía aquella valija, varios parches ayudaban a que las pertenencias del castaño no quedaran repartidas por todos lados, el chófer le ayudo con el equipaje. Cuando finalmente llegó junto a Zero, quien lo esperaba en el ascensor, este tomó la maleta y de un solo jalón la metió en la cabina.

- Gracias - dijo Kaname al chófer, quien se despidió de él con mucho protocolo y vio como Zero presionaba el número dos en la teclera.

Al abrirse las puertas Kaname quedó maravillado con lo que veía, esa casa era increíble, él nunca había llegado a la segunda planta, solo conocía el primer piso y solo había llegado hasta el recibidor, la vez que le llevó a Zero unos documentos desde la empresa.

Zero camino a paso firme hasta la habitación principal, Kaname le siguió cual cachorro a su amo y lo vio sacarse la ropa, y ver como el hombre la arrojaba con furia al basurero que había en el vestidor.

- ¡No quiero ver nunca más está porquería! -  grita furioso al momento que arrojaba su traje de bodas.

Luego se perdió en el baño. Kaname permaneció en silencio, no quería molestar a su ahora esposo, el joven castaño solo esperaba no ser una molestia en esa casa. Cuando Zero salió del baño completamente desnudo se ruborizó, si bien entre ellos habían pasado algunas cosas, el castaño no tenía muchos recuerdos de ese único encuentro sexual que habían tenido, por lo que ver a Zero sin ropa era como verlo por primera vez.

Kaname pensó que quizás su esposo estaba preparándose para su primera noche de casados, pero no era así, Zero se vistió y sin siquiera dirigirle la palabra salió dejándolo completamente solo.

Las horas pasaron una tras otra y a eso de las tres de la madrugada el peliplateado volvió a su casa, encontrando a Kaname dormido sobre la cama, el hombre no se había quitado ni los zapatos, por lo que Zero se los quitó y lo metió bajo las cobijas.

- ¿En que momento te convertiste en la basura que eres ahora? - decía Zero mirando el rostro dormido de Kaname

Trece años atrás.

Zero acababa de salir del baño de la escuela cuando encontró a un pequeñito llorando a todo pulmón en la puerta de uno de los salones.

- Niño ¿Por qué lloras? -

- Mi bolso, está allá arriba. Papá me va a regañar por no volver con el a casa -

Zero miró a donde el niño apuntaba con su dedo índice, sobre las vigas se veía una maltratada mochila.

- Yo iré por tu bolso, pero debes dejar de llorar -

El niño limpió su nariz e indico que si dejaría de llorar. Zero se subió sobre una mesa y sacó la mochila del niño, la cual estaba llena de yogurt.

- Vaya que está sucia - dice Zero - Pequeño y tus cuadernos ¿Dónde están? -

- En la ventana, se están secando -

Zero se acercó a verlos, y eran una verdadera sopa, sin duda al podré chico le habían jugado una broma, pero una muy malvada.

- Ya tus padres te comparan otros. Vamos a limpiar tu bolso -

Zero tenia catorce años cuando conoció a Kaname, de siete. Esa tarde sus compañeros de clases le habían escondido su mochila y habían arrojado sus cuadernos y libros al estanque. Días atrás le habían encerrado en un salón con llave.

Kaname era de naturaleza amable y confiaba en la gente, por ello era el blanco de las bromas de sus compañeros de clases y siempre caía una y otra vez.

- Gracias - le sonrió el niño cuando su mochila ya estaba limpia y seca

- No agradezcas nada, pero ten más cuidado y no llores más, eres demasiado lindo para arruinar tu carita con esas lágrimas -

El niño lo miró a los ojos. En la escuela todos decían que era feo.

- Yo soy feo - dice el niño - Todos en la escuela dicen eso, papá dice que aunque sea feo y tonto tengo que conseguir esposo - cuenta el niño

- Los niños de la escuela son los tontos y feos - y tomándolo en sus brazos - Tú eres muy lindo - Y uniendo su frente al del niño - Si no encuentras novio me avisas y yo me casare contigo - luego lo dejo nuevamente en el piso y se despidió de él

A la mañana siguiente cuando Kaname despertó se encontró recortado bajo las cobijas, no recordaba haberse metido dentro de la cama, pero no le dio mayor importancia, se levantó, se metió al baño para asearse correctamente y busco en su vieja maleta ropa limpia. Minutos después un ligero golpe en la puerta le indicó que alguien llamaba, al abrir la puerta se encontró con Seiren.

- Buenos días y bienvenido - dice la mujer con una impecable reverencia

- Buenos días - respondió Kaname

- ¿Le traigo el desayuno a la habitación o yo tomara en el comedor? -

- Prefiero en la cocina - dice Kaname dejando a la mujer sorprendida - ¿Qué pasa?¿Esta mal? -

- ¡No! Solo que me sorprendió. Normalmente el la cocina solo desayunamos los del servicio doméstico -

- Si les molesto, entonces lo tomare donde usted lo diga -

Seiren le sonrió, ese chico no era un estirado como la novia anterior de Zero.

- Lo esperamos en la cocina, señor -

Kaname término de acomodar su ropa y dejó ordenada la cama antes de ir a la cocina. Allí Seiren y tres mujeres más estaban esperándole.

- Ellas son; Sasha nuestra cocinera, Annie y Crista las mucamas - las presenta Seiren

- Encantado de conocerlas - les saluda amablemente Kaname

- El gusto es nuestro - responden las jóvenes

Después del desayuno Sacha se dio a la tarea de comenzar a cocinar, mientras Crista y Annie fueron a limpias las habitaciones, mientras Seiren comenzó a hacer la lista de lo que faltaba del mercado.

- Disculpe, señor - dice Seiren a Kaname que estaba mirando las flores desde la terraza

- No me digas señor, llámame Kaname -

- Está bien, Kaname. El señor Kiryu le dejó este sobre antes de partir en la mañana -

- Gracias -

Al abrirlo Kaname se quedó blanco el día anterior se había casado y Zero le acababa de dejar los términos del divorcio para que lo firmara ya.



Casado sin AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora