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Tres mese antes.

La sensación era increíble esa boca era suave y dulce, pero también era sensual y lujuriosa, sus lenguas se batieron a duelo, pero era un duelo que estaba dispuesto a perder. Su corazón palpitaba a mil por minuto sentía que se moriría de amor. Enredó sus dedos en esos cabellos ligeramente más largos que los propios, eran suaves y emanaban una delicada fragancia que lo hacía volar al cielo, jamás en su vida había sentido tanta necesidad de tocar otro cuerpo, era una experiencia suprema, una experiencia casi celestial. 

Compartir el lecho con esa persona era insuperable, se adentró en su interior y sintió que deshacía en aquella entrada al paraíso, esa cálida, era excitante, era lujuriosa, era el mismo cielo o el mismo infierno.

Calló desplomado tras el orgasmo más intenso de su vida, jamás se había sentido tan pleno con una persona, como se sentía ahora, era más que sexo, era sin duda amor.

Despertó cuando el sol estaba a tope en el cielo, seguramente era mediodía, aún sentía la fragancia que emanaba ese cuerpo que había compartido una noche espléndida, apenas se veía un pequeño bulto en la cama y una que otra hebra de esos cabellos castaños, pero... Porque eran tan cortos, Yuuki tenía una larga cabellera ¿Acaso la chica se había costado el cabello?  Zero sonrió, seguramente era parte de su flequillo por lo que la abrazó por sobre el cobertor de plumas de ganso, fue entonces cuando su acompañante aún dormido se movió. En ese momento todo se volvió un caos.

Zero levantó las cobijas y allí frente a sus ojos estaba Kaname completamente desnudo, el peliplateado saltó de la cama como si hubiera visto a un bicharraco. Sus piernas temblaban, pero su rostro estaba completamente descompuesto por el enfado, despertó a Kaname de un solo almohadazo en el rostro.

- ¡Qué demonios me hiciste maldito degenerado! - grita Zero a un Kaname que estaba más que descolocado con lo que pasaba - ¡Fuera de aquí! -

Kaname miraba asustado, no entendía que hacía allí, en la cama de Zero, tampoco entendía por que ambos estaban desnudos. Miró a Zero y este se cubrió sus partes íntimas con otra almohada.

- ¡Tienes tres minutos para desaparecer de mi vista o llamaré a la policía! -

Después de gritar eso se metió al baño. Kaname estaba aún más asustado y sorprendido que el mismo Zero, no entendía nada, además la manera poco amable en que Zero le había despertado lo dejaron en un estado de shock, pero el peliplateado había dicho tres minutos, por lo que se puso de pie, pero a los pocos segundos un dolor punzante en su baja espalda lo hizo perder la fuerza de sus piernas y caer de bruces al suelo. Como pudo se puso de pie y recogió su ropa, se vistió a toda prisa y salió de la habitación. Salió lo más rápido que podía de la casa de Zero y caminó varios metros fuera de esta.

La casa de la playa de Zero estaba apartada de las demás, Zero la había comprado porque así podría tener paz y tranquilidad, además que al peliplateado no le apetecía que sus vecinos le mirarán cuando entraba o salía, por ello esa casa estaba a cinco kilómetros de la carretera y solo se podía acceder en automóvil. Kaname recorrió el camino de la casa a la carretera llorando y a pasos pequeños, el sonido de un automóvil a toda velocidad lo alertó, se volteo y vio como el descapotable de Zero se acercaba a él a toda velocidad, si no fuera porque atinó a correr a la orilla del camino, el peliplata lo hubiera arrollado.

A los pocos minutos el automóvil de Akatsuki se detuvo frente al joven.

- Dios, pensé que te había arrollado - dice el rubio acercándose a un Kaname que estaba tirado en el suelo.

- Hubiera sido lo mejor - murmura al castaño

- No digas tonterías. Haya pasado lo que sea no debe ser para tanto - y tomando una de las manos del joven - Vamos, levántate. Te llevaré a tu casa -

- ¡No! A casa no -

- Está bien, pero aquí en medio de la nada no te quedarás -

Kaname subió al auto del ingeniero químico y se dejó llevar a donde fuera.


Zero no sabía qué hacer con sus sentimientos, amaba a Yuuki, pero también tenía muchos sentimientos encontrados con Kaname, aún recordaba su rostro lleno de confusión cuando despertaron juntos en esa cama, parecía en verdad confundido, pero Haruka había dicho que Kaname había dado un golpe con su embarazo, eso lo convertía en un cretino, pero si era un cretino, por que no firmaba ese maldito papel de divorcio, diez millones de dólares era una fortuna, con eso el castaño garantizaba una vida llena de comodidades y lujos, pero el chico se negaba, acaso no era todo por dinero o verdaderamente quería a su hijo. No. Eso era imposible. Sin saber que hacer o qué pensar Zero tomó sus pertenencias y salió del departamento de Yuuki, he hizo el viaje de regreso a su casa.

Al día siguiente cuando llegó de noche a su casa. Kaname dormía sentado frente a una mesita de la habitación, frente a él tenía el primer libro de su bebé.

Zero al verlo a punto de caer lo tomó en sus brazos y lo llevó a la cama, donde lo arropó, estaba haciendo mucho frío, el peliplateado no recordaba un invierno tan crudo como el de ese año. Ver a Kaname dormido calmaba el corazón de Zero.

Lo miró hasta el cansancio, fue entonces que le llamó a atención el libro que el castaño tenía sobre la mesita, se acercó y descubrió que era un libro para su bebé. La portada decía álbum de mi bebé y unos dibujos de conejitos aparecía por todos lados, en la primera hoja estaban los mismos conejos dispersos por toda la hoja flotando entre nubes, la siguiente hoja decía "Hola, soy tu mamá" Kaname había escrito con una impecable caligrafía, "Hola mi bebé, me llamo Kaname y soy tu mamá, quizás no llegues a conocerme nunca, pero quiero que sepas que te amo, que eres lo más importante en mi vida y que estos meses de espera han sido maravillosos gracias a ti. Espero que seas una persona de buenos sentimientos, amable, de dulce corazón, que ames y protegido a tu papá, se obediente y respetarlo mucho, por que estoy seguro que también te ama mucho. Espero algún día poder verte convertido o convertida en un persona de bien y que estés lleno o llena de amor. Te amaré por siempre Kaname".

La siguiente página estaba en blanco "Hola soy tu papá" y en la otra había una ecografía, sin duda la primera esa que Kaname le había comentado y que él poco o nada le había interesado.

Casado sin AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora