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Los siguientes días, Kaname los pasó en cama, lamentablemente Takuma no podía estar con él todo el tiempo, su negocio estaba dándole problemas, el rubio era tan blando con sus trabajadores que estos hacían lo que querían y descuidan sus actividades, por lo que tenía que estar en la cafetería.

Juri iba diariamente a ver a su hijo, la mujer ya sabia que Kaname había firmado el divorcio y que sufría por ello. Quería llevarlo con ella a casa, pero no quería que su esposo se dedicara a mortificar aún más al jovencito.

- Lamento que tenga que venir después de su trabajo en la panadería - dice Takuma al momento que entraba en su propio departamento - Pero las cosas en la cafetera no van muy bien y debo ir a poner orden -

- Esta bien, yo agradezco todo lo que hace por mi hijo -

- Lo hago encantado, él lo merece todo -

- ¿Estas enamorado de él? - preguntó directo a quemarropa la mujer

- Somos... Somos amigos -

- Lo sé. Kaname te ve de esa manera, pero tú ¿Cómo ves a mi hijo? -

Takuma no podía responder, se puso muy nervioso. No podía decirle que sí, pero tampoco que no. El hombre quería ser lo más honesto posible, pero ese no era el momento.

- No lo pregunto por ser entrometida, pero mi hijo ya ha sufrido bastante por culpa de Zero, él merece ser feliz -

- Lo sé y estoy de acuerdo con usted -

- Por el momento quiero confiar en ti y en que lo cuidarás bien -

- Por supuesto lo proteger de todo y de todos -

- Gracias, hijo -

La mujer se despidió y volvió a su hogar donde su esposo la esperaba.

- ¿Dónde demonios estabas? -

- Con Kaname -

- ¿Y dónde está ese? -

- No te lo diré, ya supe lo que le hiciste con lo del anillo -

- Cállate, lo que pasa es que eres una mujer simplona, una mujer sin aspiraciones -

- Te equivocas, soy una mujer de trabajo, una mujer que ha sacado adelante a un hijo y a un marido alcohólico y desobligado -

- ¡No soy alcohólico! -

- ¿No lo eres? -

- Puedo dejar de beber cuando quiera -

- Eso no es verdad, bebes sin control, también sé de tus otros vicios. Pero no te aprovecharás de Kaname, no vivirás a expensas suya. No dejaré que mi hijo pase por lo que yo paso a diario contigo -

- ¡Cállate, perra! -

Haruka mandó al suelo a Yuri de un solo golpe. Una hora después los vecinos llamarían a la policía para salvar a la mujer de las garras de su esposo.

A la mañana siguiente Kaname recibió una llamada de los vecinos de sus padres, el chico se vistió a toda prisa para ir a ver a su madre, que estaba ya de regreso en casa, Takuma fue con él.

- Mamá - lloraba el joven lleno de impotencia al ver el rostro hinchado y morado de su madre - Papá te va a matar, deberíamos irnos juntos de aquí -

- No, está es mi casa. Yo pago el alquiler, es mi esfuerzo todo lo que ves aquí, no es la gran cosa, pero es mío. Tu padre me ha robado más de media vida no dejaré que me quite todo -

- Pero, mami, podemos empezar de nuevo los tres juntos -

- No, tú tienes que pensar en ti y en tu bebé, no en mí. Yo ya soy una mujer vieja, sabre cuidarme -

- Disculpe que me entrometa en temas familiares, pero creo que su hijo tiene razón, no puede quedarse aquí, es peligroso. Además en mi departamento ambos estarán bien cuidados -

- Ves, mamá -

- Se lo agradezco mucho, jovencito. Pero con que usted cuide de mi hijo y mi nieto ya es mucho. Además no estoy sola mis vecinas me ayudarán y no dejaré que Haruka vuelva a entrar a casa. Así que vayan tranquilos -

Kaname le rogó a su madre que fuera con ellos, pero la mujer lo rechazó con mucha cortesía. No quería ser una molestia, además que tenía la esperanza que si los dos jóvenes estaban a solas pudiera surgir algo especial entre ellos.

Una semana después Juri estaba ya más repuesta y Haruka habia recuperado su libertad, pero no volvió a casa, tenía cosas más interesantes que hacer.

Kaname ya estaba en su sexto mes de embarazo, estaba de regreso en la cafetería, mucho más repuesto y contento cerraban el lugar y ya no quedaban trabajadores cuando Takuma se acercó al castaño y lo besó en los labios, Kaname se tensó, aquella muestra de afecto le tomó por sorpresa.

- Lo siento, no debí... -

- Exacto. No debiste hacerlo. Somos amigos y los amigos no se besan en los labios - dice Kaname nervioso

- Pero sabes lo que yo siento por ti -

- Pero fui claro desde un comienzo, yo no te veo de esa manera. Te quiero y mucho, mas sólo como amigo -

- No estoy interesado en tu amistad, lo sabes -

- Es lo único que te puedo ofrecer - dice el castaño

- Eres egoísta, a Zero si le has dado tu corazón y él ha sido solo un patán contigo en cambio yo, he hecho todo por ti y tu hijo. ¿Acaso no merezco un poco de tu amor? -

- Tienes mi amor de amigos -

- Tengo migajas, mientras él tiene el pastel - dice el chef

- ¿Quieres que mienta? ¡Qué diga que te amo, que no pienso aún en Zero todas las noches! -

- No entiendo ¿Acaso te gusta sufrir? -

- No. A nadie cuerdo le gusta el sufrimiento -

- Entonces tú estás completamente desquiciado -

Takuma se fue del salón y se metió en la cocina. Había pasado lo que más temía Kaname, Takuma se había enamorado locamente de él.

Kaname tomó su chaquetón y se abrigó, afuera hacia mucho frío y se marchó del lugar. Cogió un taxi y se fue a casa de su mamá, quien al verlo llegar supo inmediatamente que algo había pasado.

- Mamá ¿Por qué tengo que amarlo a él y no a Takuma? - lloraba Kaname abrazado a su madre

- Por que se ama con el corazón no con la razón, hijo - luego besó su frente y lo acurrucó en su regazo, tal como lo hacía cuando era un bebé.

Casado sin AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora