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Takuma le dedicó una mirada llena de reproches a su amigo.

- ¿No me digas que ya te convenció? - dice Zero

- Él trato de ser amable contigo. No era necesario que tíraras la comida -

- No quiero nada de él -

Zero estaba molesto, pero no sabía si con Kaname, con Takuma o consigo mismo.

A la mañana siguiente Kaname no salió de la cama, no se sentía muy bien, le dolían las piernas, sentía náuseas y para peor tenía un dolor de cabeza que no le dejaba ni abrir sus ojos. Seiren le llevaba una bandeja con el desayuno cuando Takuma la interceptó en la puerta de la habitación.

- Yo puedo llevársela -

- Pero ya estoy casi lista - responde la mujer

- Sí, pero así de paso puedo conocer mejor al esposo de mi amigo -

- No lo sé, Kaname no se siente bien como para... -

- Para que alguien lo incomode o de plantón lo agreda - dice Takuma

- Nunca he dicho que lo vayas a agredir, pero es evidente que no te gusto saber que Zero se casó con alguien que no es Yuuki -

- Solo quiero conocerlo. Nada más -

- Está bien - dice entregándole la bandeja - Pero no lo hagas llorar, ya bastante tiene con su esposo, como para que tu también le hagas la vida un infierno -

Takuma se quedó mirando a Seiren, acaso Zero era tan malvado con el chico embarazado, bueno tampoco se le podía culpar al peliplateado, si consideraba que Kaname se había metido en su vida a la fuerza. Golpeó la puerta, pero nadie respondió por lo que simplemente entró. Pero de Kaname no se veía ni un cabello, dejó la bandeja en la mesita de la esquina de la habitación y luego escucho las arcadas que provenían del baño.

- ¿Estás bien? - Pregunta Takuma al ver a Kaname abrazado al inodoro

- Sí, es sólo un poco de náuseas - dice Kaname intentando contener el vómito

- Eso no se ve muy bien - dice el rubio acercándose una toalla a Kaname para que se limpiará la comisura de los labios - Quizás deberíamos ir al hospital -

- No, estoy bien -

Finalmente después de casi quince minutos Kaname se puso de pie con dificultad, lavó sus dientes y volvió a la cama con ayuda de Takuma. Del desayuno solo tomo té, no podía pasar bocado al poco rato se volvió a quedar dormido.

Dos días le bastaron a Takuma para darse cuenta que Kaname no era lo que Zero le había contado, al contrario, Kaname era un chico de nobles sentimientos, un jovencito que no buscaba hacer daño y mucho menos obtener algún beneficio para él.

- Ya te convenció - dice Zero molesto ante los reclamos de su amigo - ¿Te acostaste con él? -

- ¡Claro que no! Es tu esposo - dice Takuma indignado ante el comentario de su amigo

- Es hábil engañando a hombres estúpidos como yo - dice Zero lleno de rabia

- No lo creo, Kaname es un chico de buenos sentimientos, es una buena persona -

- Si fuera buena persona no se habría metido por las malas a mi cama -

- Hablas como si tú fueras una víctima - responde molesto Takuma - Te recuerdo que para hacer un bebé se necesitan dos -

- ¡Yo estaba pasado de copas! -

- ¿Y eso te exime de toda responsabilidad? -

- Yo no sabía lo que hacía -

- Muy conveniente. Le cuelas toda la responsabilidad a él, siendo que tú fuiste el que traicionó a mi hermana, eras tú el que estaba con una relación, no él -

Zero salió de la sala dando un gran portazo, camino rojo de enfado cuando se encontró con Kaname en uno de los pasillos del primer piso de su casa.

- ¡Sal de mi camino! Maldita mosca muerta -

- No soy lo que me dices -

- En realidad tienes razón - y soltando el aire que tenían sus pulmones - Eres una vulgar ramera -

Kaname se quedó mirándolo a los ojos. Sentía rabia y dolor. ¿Por qué la vida era tan injusta con él?

Zero se sintió mal al ver esos ojos a punto de llorar, pero antes de decir o hacer algo amable los recuerdos del día de su boda vinieron a su mente.

Tres meses atrás.

Zero entraba en la habitación donde Kaname esperaba sentado en una silla, que le avisarán que podía bajar a la pequeña recepción donde se celebraría su matrimonio.

- ¿Estás listo? - pregunta Zero

- ¿Estás seguro de esto? Si te casas conmigo tendrás problemas con ella. Yo...yo no quiero ser el causante de problemas -

- Todo estará bien. Lo hacemos por ese bebé - dice apuntando al plano abdomen de su futuro esposo

- Mi bebé - dice Kaname tocando su barriguita

- ¿Qué pasa? - pregunta Zero arrodillándose frente a él

- No sé si esto está bien. Yo pienso que nos estamos precipitando -

- Kaname, te conozco desde que eras un pequeñito de siete años, sé que no me equivoco contigo. También soy consciente que está no era la manera ideal de convertirte en padre, pero las cosas ya están hechas, trataremos de llevarnos bien -

- La vas a extrañar -

- Puede ser, pero es lo correcto. Tú me darás un hijo - Kaname bajo la mirada - Ahora me retiro, te estaré esperando para la ceremonia -

Kaname esbozó una leve sonrisa, Zero cerro la puerta tras de él y suspiró, lamentaba todo lo que había pasado, pero Kaname era un chico amable, dulce y hasta guapo. Solo esperaba que Yuuki no lo odiara toda la vida por haberla traicionado. A lo lejos divisó a su papá, un hombre joven rubio y de gafas, que no estaba muy contento con la boda de su hijo, habían discutido hacía muy poco por lo mismo, por lo que Zero se escondió de Kaien sin darse cuenta que la habitación a la que había entrado no estaba vacía.

- Ya te dije que te pagaré todo - dice Haruka el padre de Kaname a otra persona al teléfono - No. No asalten un banco, es más simple Kaname se ha sacado la lotería. No te estoy mintiendo, es verdad. Kaname ha hecho el mejor negocio de su vida, se preñó de un hombre multimillonario, se casa ahora. Mi hijo supo hacer la mejor jugada de su maldita vida, con este matrimonio seré rico - Zero miraba con que descaro ese hombre hablaba de Kaname como si fuera una herramienta - Es lo que le enseñé desde niño, si Dios lo hizo tan hermoso tenía que sacarle provecho. Aunque no voy a negarte que pase mucho susto, ya veía que este chiquillo se terminaría casando con un repartidor de pizza, pero no al fin lo hizo bien -

Zero salió lo más rápido posible de la habitación, gracias al cielo Haruka no se dio cuenta de su presencia.

- Maldito Kaname, como pudiste usarme para obtener dinero - decía Zero para si mismo lleno de rabia.

Casado sin AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora