Capítulo 3

5.6K 280 37
                                    

Mí móvil empieza a sonar me quejó, me duele la cabeza un montón alargó el brazo para coger el móvil de la mesilla pero me acuerdo que no esta hay con mucha pereza me levanto de la cama y me voy al salón donde tengo el vestido y el bolso, buscó el bolso que está en el suelo y saco el móvil no miro quien es.

- Hola, ¿quien? - bostezo me tengo que tomar una pastilla me da pinchazos en la cabeza.

- Como que quien ¿ya llevas un día fuera de casa y ya no sabes quien es tu segunda madre? - mí tía me regaña a veces es muy exagerada ruedo los ojos aunque no me este viendo y sonrió.

- Lo siento tía, ayer me acosté tarde ya que salí a celebrar el cumpleaños con Cloe y sus amigos - me doy cuenta hablando con mí tía que la puerta del balcón está abierta me extraña un poco ya que anoche estaba cerrada.
Me acercó al balcón y salgo me tapó un momento la cara por la luz cuando ya me acostumbro miro alrededor y no veo nada, decido entrar y cerrar la puerta y correr las cortinas bien ya que estaban movidas por el poco aire.

- Espero que te lo pasarás bien y dime que tal va todo por allí - si ella supiera que me pase con las copas me mataría la cuento que encontré un trabajo el cual empezaría justo hoy, es cuando me acuerdo que tengo que ir a trabajar miro la hora y en 20 minutos tengo que estar allí.

- Oye tía lo siento mucho pero me tengo que ir a trabajar y no me duche todavía hablamos más tarde ¿si? - la digo lo más rápido que puedo ella se despide rápido.

Corro rápidamente al baño y me quito mi ropa interior y me meto en la ducha, me ducho lo más rápido posible salgo me visto con algo formal unos pantalones vaqueros largos y una camiseta larga me bebo un zumo de naranja rápido cojo las cosas rápido y salgo de casa y me dirijo al trabajo casi corriendo, ni la pastilla para el dolor de cabeza me dio tiempo tomar.
Llegó justo a tiempo entró al local y se ve tranquilo solo está la chica de la barra esperándome.

- Vienes justo a tiempo, ven acompañame te voy a enseñar donde está las cosas - la sigo detrás de la barra y me lleva a lo que es como un almacén donde tiene guardado las bebidas y demás cosas.

Después de un rato que me explicase algunas cosas estoy limpiando y ordenando la estantería en el almacén cojo una silla para subirme a lo más alto y poder trabajar mejor escucho la puerta principal del local abrirse y alguien andar sigo con lo mío cuando escucho una voz.

- Oye Martina tienes lo mío preparado - entra un chico al almacén es musculoso y está lleno de tatuajes lleva de la mano unos cascos y está vestido de motorista nuestras miradas se cruzan.

- Perdona pensaba que eras Martina, ¿donde está? - habla frío serio me bajo y le digo que está en el despacho no se despide ni si quiera se da la vuelta y se va cuando se aleja veo que su chaleco tiene una calavera mi mundo se detiene.

Mi cuerpo empieza a temblar no puede ser, mil imágenes de ese día vienen a mi cabeza y me empiezo a marear me agarro a la estantería pero me falta el aire me cuesta respirar saco como puedo fuerzas y grito.

- Asesino eres un hijo de puta - lo grito lo suficiente alto para que el me escuche.

Pensé que no me había escuchado cuando de repente el entra de nuevo y se dirige a mi por un momento tengo miedo trago saliva y mi corazón va a mil.

- ¿Que has dicho? ¿Me lo decías a mi, no? - le tengo muy cerca nuestras respiraciones chocan le miro a los ojos y son verdes como aquel hombre que participo en quitar la vida a mis padres estoy segura que es el me mira con rabia.

- Fu... fuiste tú - me costaba hablar al principio pero cogí valor para decirlo tenía enfrente mía a el asesino de mis padres.
Me mira fijamente no me quita la vista la vena de su cuello está hinchada me empuja contra la estantería me quejó del dolor me arde la espalda.

Secuestro Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora