Una Omega diferente

familia de locos.

Pov Lucy.

— Dios, eres demasiado adorable — dijo con cierta ternura grandine.

Ella estaba abrazada a mi, restregando su mejilla contra la mía mientras me abrazaba por la cintura aprovechando que ambas estábamos sentadas en el sofá.

Yo por mi lado me sentía un poco avergonzada por esta situación. En verdad no me gustaba nada el hecho que la tocaran, y resultaba algo incómodo pero cálido. Era una sensación extraña la verdad.

— Adorable no es la palabra que usaría — comenté algo avergonzada mientras se encoge de hombros avergonzada.

— ¡Eres adorable!— gritó de nuevo ella haciendo que mis mejillas se tornaran de un color rojo, dios. Si esto es lo que siente Aries todo los días siento compasión por ella.

— ¿Puedes dejar a mi novia en paz? — preguntó un poco molesto mi querido novio, por lo que noto él está celoso

Eso me hizo soltar una risita, hay dios, se ve extrañamente sexy y adorable cuando frunce su ceño y me mira con recelo. Hay dios.

— Tranquilo celosin — comenté entre risas.

Pero para mi desgracia sentí cómo Grandine me rodeaba la cabeza con sus brazos y me empujó hacia sus pechos cosa que me sorprendió. No me lo esperé. Dios, después me tengo que disculpar con Natsu por hacerlo tantas veces haciendo le costará respirar  por que al menos a mi me está costando.

— No te preocupes mi bebé, puedes quedarte aquí el tiempo que sea — dijo de manera cariñosa y algo cautelosa ella acariciando mi cabeza.

¿Mi bebé? ¿Por qué me llama así? Definitivamente, en la familia Dragneel absolutamente todos están mal de la cabeza.

Y te encanta la locura de nuestro novio en la cama.

Dijo mi loba y a juzgar por la cara que puso Natsu el lo escuchó ya que sonrió de manera algo pervertida mientras me miraba de reojo con sus hermosos ojos jadeos. Mierda, creo que me he excitado.

Joder. Además el cabron de Natsu sigue sonriendo con esa estupida y sensual sonrisa que hace que quiera ir a la cáma y dejarme dominar. Putos instintos de Omega. Instintivamente cerré mis piernas para tratar de aliviar la presión que había entre mis piernas.

— Muy bien Lucy ¡Bienvenida a la familia! — dijo con una gran sonrisa en sus labios Igneel mirandome con confianza y partenida me colocó la mano en el hombro y me apartó de los pechos de su esposa.

— ¡Bienvenida Lucy-san! — grito con alegría Wendy danso un pequeño salto al mismo tiempo que una gran sonrisa se dibujaba en sus labios. Dios. Tanta ternura me va a matar un día de estos.

Ella se acercó a mi y me abrazó con fuerza y con cariño. Yo de igual manera  correspondí, maldición, era demasiado adorable cómo para decir no.

— ¡Bienvenida a la familia! — y entonces Grandine volvió a abrazarme, esta vez junto a su hija.

Y cuanta fue mi sorpresa cuando los hombres de la familia también se unieron al abrazo. Era una familia muy cálida, yo no pude evitar sonreír levemente ante aquello. Decidí corresponder el abrazo.