necesitamos hablar (2/5)

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Pov Mavis

- Ya hemos llegado - afirmó Zeref aparcando el coche. Su voz era seria, y escondía algo de miedo cosa que yo era capaz de sentir por la marca.

Salí de mis pensamientos y abrí notablemente mis ojos mis ojos. Me recoloque mi bolso y abrí la puerta del coche.

- tenemos que darnos prisa - afirmé quitándome el cinturón para después salir de del coche. Zeref hizo lo mismo y ambos cerramos a la vez la puerta del vehículo.

Caminé hasta quedar en frente del coche y Zeref apareció de al lado de el coche dándole al botón de la llave de manera que cerraba el coche. Guardó las llaves en su bolsillo y me miró con preocupación en sus ojos.

- Mavis ¿Que está pasando? - preguntó colocando su mano en mi hombro a manera de confortarme. Coloqué mi mano sobre la suya y ladee levemente mi cabeza.

- Te explicaré todo cuando llegue el momento - dije con melancolía mirando hacia otro lado mientras sentía las lágrimas amenazar con salir de mi ojos.

Zeref sonrió de manera tierna colocando su mano sobre mi mejilla. Acercaron nuestros rostros hasta el punto en el cual nuestros labios se juntaron. Ambos sonreíamos a pesar de que una pequeña lágrima cayendo por mi mejilla.

Nos separamos y el me sonrió, bajamos nuestras manos y las juntamos para después alzar nuestras vistas y dirigirla hacia la puerta de la casa

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Nos separamos y el me sonrió, bajamos nuestras manos y las juntamos para después alzar nuestras vistas y dirigirla hacia la puerta de la casa.

Zeref cogió su llave y la introdujo en la cerradura de la puerta desbloqueandola permitiéndonos abrir la puerta. Poco a poco la puerta se abrió hasta que pudimos ver lo que había en el interior.

Sentada en el sofá con una camisetas negra bastante grande se encontraba Lucy la cual echaba hormonas por su celo. Su cabello está un poco desordenado y en sus manos sujetaba una taza de la cual sale humo.

Seguramente será té, café o chocolate caliente. Sobre sus hombros lleva una manta la cual le daba calor para que no pasara frío. Pero lo que más llamaba la atención es que ella nos miraba con sorpresa e incredulidad.

Inmediatamente se colocó recta por la sorpresa haciendo que la manta se cayera levemente dejándome ver varias marcas. En concreto una mordedura en en espacio que había entre su cuello y su hombro.
Sus manos comenzaron a temblar y no exactamente por el frío, si no por el miedo.

- Mavis - dijo ella atónita mirándome directamente a los ojo.

Yo por mi lado me encontraba petrificada y ciertamente preocupada. Mis manos comenzaron a temblar. Mi respiración se volvió irregular y no mi labios comenzaba a temblar.

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