Domingo

1.5K 104 27
                                    

Pov Lucy

Abrí los ojos ¿Qué me había pasado?

Me incorporé y me senté en el lugar donde estaba, sentí cómo una sábana caía sobre mi regazo, alguien ¿Me había arropado? Esta es mi habitación  ¿Cómo he llegado aquí?

Giré mi cabeza de izquierda a derecha para después sentir un pequeño peso sobre mis piernas. Un extraño escalofrío recorrió mi espalda lo que me alarmó.

Miré hacia abajo encontrándome con ... Natsu el estaba sentado en una silla al lado de mi cama con su cabeza apoyada sobre sus ante brazos los cuales estaban cruzados sobre la cama.

Sus ojos están cerrados y sus cejas arqueadas, parecía preocupado y bastante incómodo. Lo miré con ternura, me alegra que el haya sido mi mate y no otro.

Coloqué mi mano sobre la cabeza de Natsu acariciando levemente su cabeza sintiendo sus mechones de cabello entre mis dedos. Que suave. Nunca me había fijado en eso.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, quizás Natsu tenga razón y debería... confiar ... será difícil, pero lo intentaré. Sólo necesitaré un poco de tu ayuda Natsu.

Escuché a Natsu soltar un leve gruñido removiendose en su lugar, intenté retirar mi mano de su cabeza pero en el momento en el cual mi mano dejo de tocar su cabello él levantó su mano y sujetó mi muñeca con ella sin llegar a hacerme daño.

Abrí mis ojos de par en par entre abriendo mi boca parpadeando varias veces. Él poco a poco alzó su cabeza dejándome ver sus ojos un poco lloroso y una sonrisa en sus labios.

- Luce - susurró. Una sonrisa de alivió se dibujaba en su rostro. Apoyó sus manos sobre las sabanas de la cama acercándose a mí.

Rodeó mis hombros con sus brazos abrazándome con fuerza haciendo que soltara un leve suspiro de sorpresa abriendo mis ojos de par en par - ¿Natsu? - dije con duda y un leve tono de sorpresa.

- Me alegra que estés bien Luce, me tenías preocupada- afirmó el apretándome con fuerza entre su brazos. No pude evitar sonreír para después colocar mis manos en su espalda.

Correspondi el abrazo mientras cerraba mis ojos con una leve sonrisa en mis labios. Se siente tan cálido entre sus brazos.

- No te preocupes, yo estoy bien, una pastillita no me matará- afirmé con mis ojos entre cerrados. Él colocó sus manos a los dos lados de mis caderas con nuestros rostros muy cerca el uno del otro.

- No puedo no preocuparme, siempre me preocupo de mis seres queridos- dijo el acercando nuestros rostros hasta el punto en el cual nuestras narices se rozaban.

Levanté mi mano izquierda y lo coloqué sobre su brazo. El hizo lo mismo y yo no pude evitar cerrar mis ojos.

 El hizo lo mismo y yo no pude evitar cerrar mis ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una Omega diferente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora