Adicto. |Henray|

Capítulo 1.

Su cuerpo se balanceó de un lado a otro. Su pierna derecha, fuerte y torneada, agarró el tubo en la parte trasera de su rodilla, y con la izquierda, elevó su cuerpo, haciéndolo flotar en el aire, alrededor de tan magnifica herramienta. Suspiró, pero no exhausto, más bien, extasiado. Siempre le había gustado sentirse tan irreal frente a un escenario.

Sus manos sostuvieron el tubo, y volvió a trepar, ayudándose con la fuerza de trabajo de sus brazos, y empujando su cuerpo hacia arriba, haciendo que sus pies se enredaran en la parte superior del instrumento, ayudándolo a sostener, mientras enredaba su torso cual serpiente en la anchura del tubo.

Volvió a doblarse, sosteniéndose con sus piernas, en una posición difícil e imposible para cualquiera que no tuviera años de entrenamiento arduo. Levantó su torso, y se acercó hasta sus tobillos, tomando el tubo desde ahí, y girando alrededor de este, mientras desenvolvía sus piernas y las enredaba al tiempo.

Abrió las piernas, dejando ver su entrepierna marcada por el encaje, e hizo un movimiento casi felino, accediendo al público para que viera sus atributos, que, si bien no eran los de una fémina, lograban excitar al mundo.

Se bajó, después de que la suave música se detuvo, y sus piernas volvieron a tocar el suelo, bajo el aplauso de la gente. Algo que amaba de su trabajo era que solo tendría que calentar, no cocinar. Se dedicaba a excitar para que los comensales llegaran a los que sí se encargaban de tener relaciones. Él no, podría ser un gigolo, pero no se acostaba con nadie.

Bajó del escenario, yendo a la parte trasera, para tomar una botella de agua del staff y atragantarse con ella. Le daba bastante sed hacer tales movimientos, pero vaya que le encantaba ser de utilidad de alguna forma.

Siempre quiso ser bailarín profesional, pero, como todo artista, tenía que venderse con anterioridad de alguna forma, o jamás saldría de las sombras.

"Buen trabajo, Jace" Habló Katty, una chica pelirroja y delgada, la cual era parte del staff. Aunque no lo pareciera, ese club no era de fácil acceso, mucho menos era mediocre. La mayoría que trabajaban allí tenía, por lo menos, un curso en actuación o artes. Eso vendía. Los hombres enloquecían por sujetos como él.

"¿Sabes si tengo otro turno?" Ella negó.

"Deberías dar un poco de ambiente. Los hombres se quedan para mirarte, pero luego se aburren. Eres el mejor en cuanto al pole dance" Se ruborizó, porque ese nombre solo le hacía recordar que trabajaba por prender.

Al final asintió, acomodándose un poco su cabello en uno de los espejos. Una máscara de encaje negro cubría parte de su rostro, en forma de una mariposa, con lunas en las alas. Su atuendo costaba de una malla, lo suficientemente contorneada para permitirle moverse, y dejando libre su pecho, pálido y con algunos tatuajes en la parte baja del tórax. Se colocó unos tenis negros, combinando con su vestimenta, y salió.

El lugar estaba lleno, bastantes hombres, iban de un lado a otro entregando bebidas. Katty también había salido, cubierta con una máscara, para recibir el pago de hombres adinerados que buscaban acostarse con chicos. Ellos también iban cubiertos, todo bajo el estricto lema de una identidad desconocida. Admiraba como esas personas desembolsaban grandes cantidades sin un poco de dolor. Él tendría que trabajar al menos seis meses para pagar al más barato de los gigolos de ese lugar.

Caminó de un lado a otro, bajo miradas de hombre (y algunas mujeres, claro). No le importó, se había acostumbrado a ello. Unos tipos preguntaron a alguien del Staff si él estaba disponible, Jace solo sonrió, sintiéndose poderoso al saber que solo podrían verlo, pero no tocarlo.

Se acercó a la barra, y pidió un wiski. El club pagaba las bebidas que los artistas quisieran, así que pedía lo más caro, aprovechando que afuera no podría costearse tal cosa.