Adicto. |Henray|

Capítulo 12.

El choque de sus cuerpos era cada vez más vertiginoso. Jace estaba colgado de una baranda del techo, con las esposas en sus muñecas, y sus piernas débiles de tan fuertes estocadas. Si ya el sexo con ese semental era duro, esto lo derretía por dentro. ¿Cómo haría con sus ensayos? Ya había empezado las vacaciones, y su maestra decía que en dos semanas comenzarían los ensayos para la obra del teatro Dubrein. ¿Qué harían? Estaba seguro que era algo como un musical, obviamente.

Cooper, al verlo distraído, sin dejar de penetrarlo una y otra vez, lo tomó de la barbilla, para que lo mirara directamente a los ojos. Ambos se encontraron, y Jace sintió el picor en sus labios de juntarlos con el otro, por simple morbo ante la varonil barba picando en su piel. Lamió sus propios labios, pero tiró la cabeza hacía atrás cuando sintió que Cooper lo levantaba, casi sosteniendo su peso al completo, y bajaba el rostro a besarle el cuello.

Estaba seguro de que el mayor también quería besarlo, pero no lo hizo. ¿Por qué? Pensó que lo forzaría. Pero... Cooper era un caballero a pesar de todo. No incumplía alguna de las reglas, y fuera de ese cuarto, se comportaba como un humano casi normal; no lo trataba mal ni hablaba de su relación frente a otro que no fuera su hermana, Katrina.

Su corazón se sintió bien al darse cuenta de que Cooper no era tan malo... Tal vez.

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"¡¿Qué?!" Cooper casi tira su taza de café al escuchar el grito de Jace, quien estaba sentado en la sala, después de haberse dado un baño. Quería no embobarse con la imagen del chico tan natural, pero le fue imposible. Tomó mejor su taza y se aceró al menor, sentándose en un sofá frente a este.

"¿Pasa algo?"

"Mi hermana dice que va a venir en unos días" Suspiró, frustrado. "¿Por qué no me aviso desde antes?" No es como si estuviera ocupado. Bueno, sí lo estaba: Entre su trabajo en la cafetería y también el contrato con Barnes. Lo último era lo que más le preocupaba, lo que menos quería es que su entrometida hermana descubriera que se prostituía.

"¿Hay algún problema con eso?"

"Estoy muy ocupado" Por alguna razón, no sintió la necesidad de tirarle una pulla mal intencionada sobre su relación. ¿Por qué? No lo entendía. "Podría decirle a Jasper que esté con ella mientras estoy acá" Murmuró, más para sí, que para otros. Bien, su hermana podía estar con su amigo. Aunque, con lo sensible que era este, no aguantaría lo pesada que era Piper.

"¿Jasper?" Frunció el ceño, con una punzada en el pecho. Jace levantó su mirada hacia el contrario, para luego sonreír, tratando de tranquilizarlo. De nuevo, seguía sin saber por qué actuaba así.

"Es un compañero en la cafetería. Tal vez se lleven bien"

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"¿Estás loco? Yo no cuido niñas" Jasper estaba sentado en frente de él en la cafetería, aunque iban como comensales, pues ese día ninguno de los dos tenía turno. Su amigo había insistido en verlo para vencerlo de una vez por todas en el UNO. Se leyó todas las reglas.

"Es una adolescente" Tiró una carta. "Tiene dieciocho. Bueno, una adulta, aunque sea castrosa" Jasper parecía realmente empeñado en ganarle, lo que no sabía es que Jace era bueno en los juegos de mesa, porque, en su pueblo, se la pasaba apostando con su abuelo y los amigos de este.

"¿Y es linda?" Frunció el ceño.

"Es mi hermana"

"¿Y qué?" levantó su vista del juego de cartas. "Lo haré, pero, además de que tendrás que pagarme por hacer de niñero, tienes que decirme" jace también dejó las cartas.