9.- Viento del amanecer

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Hola.

Llegamos al noveno relato que mi querida Carmilla94 sugirió basado en Arturo y Sir Lancelot, los nervios me embargan pues es la primera vez que realizo algo basado en el ciclo Artúrico :3

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" Mi rey, sé que quizá no soy aquel caballero que ciegamente ama a su señor, pero déjeme decirle que entre todas mis fallas están creer que mi corazón puede ser un arma fatal"

" El humano es frágil, mi alma lo es desde el momento en que decidí obedecer a esa llama que se propaga cual voraz incendio. Tú la conoces porque la sentiste cuando ella vino ante ti..."

Amar bajo disfraces.

Soy el caballero mas fiel de mi señor cuyos ojos del firmamento al atardecer destilan bondad y fiereza cuando de batallas se trata, por lo tanto decidí usar un nombre que sea recordado por la posteridad porque sé que las generaciones futuras buscarán mi nombre aunque jamás sabrán cuanto quise a mi rey.

Dirán que mis sentimientos fueron para otra persona, que a él lo traicioné por una pasión que debía decir que era verídica cuando no es así...

Sisifo es mi nombre y juro por mi valor ese que corre por mis venas que lo que contaré es la verdad.

Todo comenzó cuando entre las brumas de la magia y misterios, una dama a la que llegué por mano de un mago de nombre Merlín, me supo educar en el arte de la espada, costumbres y valores dignas de un caballero hasta que viendo que era lo suficientemente apto para luchar por alguien,  me condujo hasta una corte donde un joven cuya tez blanquecina competía con la piel de las estatuas me recibió, su nombre quedó marcado a fuego en mi corazón...

Juré serle leal mientras empecé a luchar contra mi mismo corazón, a veces en las noches bajo los efectos de mis anhelos febriles despertaba con la garganta seca cansada de pronunciar su nombre en mi imaginación.

—Te he probado más que mi fidelidad Majestad—dije una vez cuando él me convocó mostrándome una ligera sonrisa que armonizaba su rostro—¿ Qué deseas entonces?

Lo siguiente me provocó desazón, no solo porque era una petición que jamas imaginé, sucedería, si no porque era otra muralla más para mi...

Debía buscar a su futura esposa la cual aguardaba ser recogida por alguien de suma confianza. Lo miré largamente y sin proponérmelo posé una mano sobre las suyas disfrutando su tacto que me era tanto como el de un hermano y como el de esa estrella que quería alcanzar.

—Claro— lo reverencié y a paso seguro y sin soltar mi espada me dispuse a emprender el camino, más me detuvo no sin antes despedir a los demás del salón del trono.

Mi garganta se secó cuando su rostro varonil entró a mi campo de visión opacando la decoración del salón, entrecerré los ojos y esperé que me dijera que se había equivocado, que no deseaba tomar esposa.

Oí el chirrido de una espada, supuse que era Excalibur, la cual se hizo acreedora luego de sacarla de una roca frente a varios incrédulos que se negaban a aceptarlo como rey legítimo tal como dictaminaba la leyenda. Su hoja fría fue una caricia, esa que esperaba mi señor me otorgara a hurtadillas.

—Confió en ti—me dejó como un soñador y aventurero a punto de desenterrar su tesoro.

Cid con motivo de su compromiso con aquella princesa recibió de obsequio una mesa redonda que él usaría y en la que podían sentarse más de cien caballeros. Entre esos yo, quién llevaba el título de mejor amigo.

Si amigo...

No era normal lo que sentía por mi señor dirían muchos, pero el tiempo hizo que tuviera que fingir pasión por su reina, tan hermosa como una rosa que podía ser deificada en ese instante, ella se enamoró de mi pero yo solo quería ser mucho más fiel a él y cerrar mis oídos a la voz sedosa de ella que si bien respetó a su esposo, buscó la forma de hacerme caer en sus encantos de sirena mitológica.

Relatos [Sagicornio] Finalizada  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora