2.- Fascinación.

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Muchos de estos relatos no siguen  una línea de tiempo específica.

Segundo personaje, basado en Enrique II de Francia, cuyo amor prohibido fue una dama llamada Diana de Poitiers que por cierto le ganaba en edad por mucho, como he dicho amoldo el relato para que sea más acorde.

De antemano muchas gracias a sus lecturas, votos y comentarios en el primer relato, son un amor.

El rey es Cid y el noble es Sisifo.

Créditos de la imagen a su respectivo autor.

Espero sea de su completo agrado :D

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Anciano o joven fue su gran amor. La ventana de su alcoba lucía sombría y destrozada como su alma...

Sisifo, su cabellos casi rubio, su rostro atractivo y sus ojos digno de estar en una pintura renacentista miraba con el corazón en la mano y sangrante algo que el jamás pensó...

Cid... el que fue un niño-joven víctima de los rencores de otros estaba por  irse, para jamás regresar...

Amor y fascinación entre un noble y su señor.

Él solo quería estar solo con él y decirle cuanto lo extrañaba cuando se hallaba recibiendo a nobles y en compañía de aquella esposa que no amaba pero que era necesaria...

¿ De qué le valía ser el rey?

Sisifo parecía un astro en su vida, muy a pesar de que le ganaba en años, pero su atractivo era inconmensurable tanto así que buscaba la manera de que su mirada del cielo fuera suya, pero el muy infeliz siempre le decía que debía buscar a su esposa para que concibieran a los herederos del trono y claro él le obedecía porque al rato iría donde él para charlar y perderse en su enigmática presencia.

—¿porqué dejas sola a la reina?

Frunció el ceño, ese gesto agravaba su rostro, el cual no inmutaba a Sisifo que agitó sus cabellos castaños claros para reírse y acercarse para rozar su boca.

—cállate, es tu culpa por obligarme a yacer con una mujer que no amo—reprochó molesto.

—sabes bien que no podemos demostrar lo que sentimos en este palacio... eres el rey y yo tu súbdito, un súbdito que te gana en edad...

—pero en el fondo odias que duerma con ella.

—soy respetuoso nada más, querido—sostuvo su nuca para besarlo cosa que correspondió.

Saboreó cada rincón de esa cálida cavidad, reconociendo el sabor de esos besos que eran necesarios, porque si fuera por él renunciaba a todo, más no había un heredero directo así que debía soportar amar en silencio a Sisifo que siempre estaba cerca suyo ya sea en banquetes o en los habituales juegos de mesa con los demás nobles.

Cuando sintió que el aliento estaba por fallarle mordió su labio, ¡ Cuánto lo amaba que aún recordaba cuando él fue le único que se le acercó ese aciago día en que rehén fue llevado a otro territorio!

Un maldito acuerdo que restregaba la derrota de su padre en el campo de batalla, acuerdo que lo convertía a él y a su hermano en rehenes del rey rival, la indiferencia hacia sus sentimientos de dolor era grande, la nobleza nada, pero él... fue capaz de acercársele y consolarle con un beso discreto y juró que apenas regresaría de su cautiverio lo colmaría de honores y si era posible buscaría su amor y compañía.

Las cortinas de aquella estancia los ocultaban de los indiscretos, él no podía negar que sentía también una fascinación por ese hombre mayor cuyos modales y educación le hacían rodearse de intelectuales, artistas y nobles que celebraban su presencia en la corte donde la reina era mero adorno.

Relatos [Sagicornio] Finalizada  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora