6.- Eterno.

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Hola :D

Sexto relato escrito en colaboración con @ AnabelleMichaelis quien me ayudo con la historia que trata sobre la trágica historia de amor de Popocatépetl e Iztaccíhuatl cuya historia de amor es una de las mas legendarias de México.

Existen varias versiones, tome varias y las adapte, hay partes que puse para enriquecer el relato. Estoy presta para correcciones :3

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Abajo era el verdor de la tierra, más allá donde el cielo casi rozaba con sus largos dedos y rostro limpio las sagradas montañas que por siglos han servido de inspiración para cantos tanto trágicos como heroicos, un anciano cuyos años se perdían en leyendas y mitos se dedicaba a narrar historias para deleite de oídos ávidos de conocer el origen de las cosas.

Al amanecer veía la capa blanca que parecía una cabellera canosa sobre las montañas que el gustaba admirar, suspiraba como un joven ansioso mientras su mente repasaba cada fragmento de la leyenda de un amor que por causas ajenas y egoístas se convirtió en mitológico.

Amaba el arrojo y valentía de sus ancestros, hombres y mujeres cuyo paso por el mundo fue glorioso, pero mas amaba aquella hermosa historia que su lúcida memoria guardaba como un valioso tesoro.

Una historia que estrujaba las entrañas por su desenlace...

Una pluma moteada de colores azules, rojos y negro vaciló en su mano, como un niño pequeño, Shura como su padre lo llamo, la balanceó despacio hasta que ella harta de ser manipulada por él decidió volar lejos.

Él se la había dado como muestra de que haría mil pruebas para tenerlo a su lado hasta el fin de sus días. Una prueba mas de amor de un guerrero valeroso hacia quien quería con devoción.

—pronto ellos partirán a una lucha sanguinaria—una voz rasposa y algo dura lo fastidio.

La envidia siempre desprendía su olor fétido, mas siempre procuraba no aspirarlo porque terminaría con el alma envenenada y eso era algo que no deseaba porque su amado era de un espíritu noble y sin rencores.

Si a menos su padre suavizara su corazón...

Pero Aioros era un guerrero al servicio de su padre que hacia méritos no solo para sobresalir entre los demás, si no para tener su mano y compañía siempre. 

Ni un ruiseñor no podía compararse con la risa del castaño que siempre se tomaba las cosas con calma, para el el mayor rival durante las escaramuzas era el miedo y la cobardía que hacia que muchos hombres perdieran su dignidad e incluso hasta la vida.

Y a través de esa pluma de vistosos colores, un beso de sus labios ansiosos por probar los suyos se posaba indirectamente. Una caricia de sus dedos venia a través de el viento que juguetón hacia los encargos del joven castaño que desde su sitio exhalando testosterona ascendía cada día; su valentía y fuerza eran como el interior de un volcán... en constante ebullición.

Shura guardo la pluma mientras sus ojos verdes se achicaban buscando a su alrededor a su suspiro, su armatoste como decían medio en broma los otros jóvenes que gastaban bromas por el físico de los guerreros del jefe de aquel sitio.

Mas existía alguien que renegaba de ese amor tan inocente, no creía a Aioros digno de hacer feliz a tan resplandeciente criatura, con obsequiarle plumas y miradas tontas no se conseguía nada, según él, Shura merecía que mas que boberias baratas.

El sentimiento mutuo era mas valioso que cualquier joya. El amor no es mezquino, es mas poderoso que el azote de una plaga. El amor es  un bello canto sin autor pero que conmueve hasta el alma mas dura. Siempre cura las brumas que cubren al mundo.

Relatos [Sagicornio] Finalizada  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora