Parte 33

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Fue difícil para mí dormir siquiera un poco. No dejaba de pensar que en la casa había un tipo que fue parte del enemigo de estos chicos. Ellos confían en él, como dije, pero ahora pienso que tal vez podría ser una trampa y podría matarnos a todos mientras dormimos. Paranoia se llama lo que tengo.

Desperté, tomé una no relajante ducha y al volver a la habitación me di cuenta de cierto detalle molesto en mi mochila donde tenía mis cosas. Cabe mencionar que cuando Namjoon y Yoongi me secuestraron no estaba consiente de cuánto tiempo iba a ser exactamente. Me quedé sin cambios.
¿Qué iba a hacer? Paso número uno: adornar mi mente y mi boca con todo el repertorio de groserías y maldiciones que conozco.

Paso dos: quejarme con el responsable de mi pesadilla actual. Y así, salí de la habitación con nada más que una toalla de un ridículo tono rosado y mi cabello mojado goteando, dejando rastros de pequeñas gotitas en todo el pasillo.
Golpeé sin cuidado la puerta de Namjoon y él respondió rápido. Creo que acababa de levantarse.

Por supuesto que lo primero que hizo fue escanearme completita y soltar una estúpida sonrisa boba. -¿Así es como nos reciben en el cielo?-

Omití el insultarlo. -Necesito más ropa.-

-¿Qué hay de tu ropa, Jass?-

-Es que no pensé que mi estadía en la casa de la risa duraría más de una semana.-

-Hay una lavadora y secadora en el sótano, diviértete.- estuvo a punto de cerrar la puerta cuando puse la mano rápidamente.

-Bueno, préstame una playera.- dije.

-¿Qué?-

-Que me quede grande, de preferencia de un tono oscuro. No me gustan mucho los colores vivos.-

Fue un poco graciosa la manera en que me miró, pero al menos cedió ante mi petición. Me di cuenta que las cosas fluyen más rápido cuando no me pongo a insultar, bien, supongo, anotado.

Se tomó unos segundos mientras yo esperé en la puerta, mirando a ambos lados para ver si algún otro chico no se cruzaba por el pasillo y me viera así. Grandioso, me arrojó a la cara una playera negra talla grande.

-Puedes buscar en la ropa de Adora, no creo que le moleste.- dijo antes de cerrar.

-Es un par de tallas más pequeña.- quejé. -¿Crees que no se me ocurrió?- realmente no se me ocurrió, pero en sí es cierto que sus pantalones no me quedarían por ser tan pequeña.

Di vuelta para volver a mi habitación, en ese tramo me encontré con Min Yoon Gi saliendo de la suya. Él también me miró de pies a cabeza. Solo le sonreí.

-Buenos días.-

Puedo jurar que su mirada se mantuvo directa en mí hasta que desaparecí al cerrar mi puerta.

En fin, lavandería. Odio lavar ropa. Normalmente Taehyung me ayudaba con las maquinas en su piso.
Bajé al sótano, bastante cómoda porque no usaba nada más que la playera de Namjoon, eso está bien ya que los chicos nunca rondan la casa. No me preocupé para nada.

Metí toda mi ropa en la lavadora. Jabón, jabón, jabón, ni siquiera sé cuánto había que aplicar, ni me esforcé en calcular, hice todo rápido para subir rápido. Era un sótano, los sótanos son escalofriantes.

En cuanto crucé la puerta, me sorprendió este chico que apareció de la nada sin haber hecho algún ruido. Yeosang. Mi susto fue bastante obvio, eso le dio la confianza de sonreír en un tono de burla.

-No quise decir nada ayer, pero... te conozco, ¿no?- hoy parecía tener otro tipo de aura, algo que no me daba confianza.

-No lo sé.- dije esto sin haberlo pensado, aún estaba alerta por cómo apareció.

-Eres la chica que se supone es novia de Kim Nam Joon, ¿cierto?-

-No soy su novia.- aclaré. ¿Fue buena idea decirlo?

-¿De Min Yoon Gi?-

-Eh, no.-

Oh, vamos, ahí su mirada desde mis pies hasta mis ojos, nada discreto. -¿Amante?- aquí no respondí. El chico entrecerraba un poco sus ojos, como si de verdad deducir mi papel en el grupo se tratara de algo importante. -Ah, eres la entrometida que...-

Supongo que la entrometida que ayudó a Min Yoon Gi la noche en la que él y su compañero trataron de asesinarlo, no lo sé, no terminó la frase, Namjoon apareció.

-¿Todo bien?-

No realmente, Yeosang me pone la piel de gallina y quiero que se vaya. O mejor aún, yo me quiero ir. -Sí.-

-Ustedes se ven bien juntos.- dijo este tipo teñido antes de irse y dejarnos a mí y Namjoon en un raro silencio.

-¿Quién rayos se cree que es?- dije, no especialmente a Namjoon.

-Es nuestro amigo, Jass.- me dio una ligera palmada en el hombro y se fue también.

Hoseok me dijo lo mismo. Amigo. ¿Qué tan amigo?

Un par de horas más tarde bajé de nuevo al sótano por mi ropa. Seca y lista para usarse, me alegré el no haberla arruinado. Me cambié ahí mismo en el sombrío lugar y subí cargando mi pequeño bulto de ropa.

Volví a bajar para buscar qué hacer, estoy comenzado a odiar las escaleras. Subir y bajar tanto. ¿Es posible que mi condición física se haya deteriorado tanto en este corto tiempo que llevo aquí? Algo tenía que poder hacer; el sexo ya estaba más que descartado. Qué bien, Jass, ¿por qué decirlo ahora?

Adora y Hoseok estaban en la orilla del lago, sentados, charlando. Ellos también se aburren aquí. Hey, pero al menos ellos tienen sus celulares... Ah, no quiero empezar con eso otra vez. Es un infierno estar aquí.

Me quedé a mitad del camino, el sol del medio día me dio directo en la cara y con ella una brisa refrescante. Lo odié. Mejor volví adentro.

Me encontré con que Kidoh, Yeosang y Namjoon iban de salida hacia el auto de este último. Por supuesto tuve que seguirlos.

-¿A dónde van?-

-Tenemos cosas que hacer.- Yeosang respondió. Qué bien que me respondió, pero mi pregunta iba directamente a Namjoon.

-Volveremos en unas horas.-

-¿Así nada más?- quejé. -¿No se supone que tienen que estar ocultos?-

-Jass.- Namjoon dijo mi nombre con algo de cansancio. -Vuelve adentro, ¿sí?- y al fin entró al auto.

Los vi irse, maldita sea. ¿A dónde rayos van? Yeosang aún tenía la cara hecha mierda por la golpiza de ayer, parecía que iban a que se las destruyeran también. Qué fastidio.

Ouh, aún quedan dos autos frente a la casa: el de Adora y el de Kidoh.

Una idea tonta acaba de cruzarse por mi cabeza.

...

~ Two Of You ~ Suga (Agust D) - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora