Parte 30

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Agarré un cubito de hielo de la nevera y lo solté por el hueco de mi blusa desde la nuca. Gracias al cielo nadie miró mi ridículo bailecito. Ya era más de media noche, no podía dormir y necesitaba de algo que me hiciera volver a la realidad. Un pellizco no había sido suficiente, al parecer.

No podía dormir porque había vuelto a recapitular de nuevo todo lo que había pasado estos días. Incluso llegué a reflexionar todo lo que había hecho de mi vida desde antes de llegar a Daegu, cuando vivía con mis padres.
Nunca hice gran cosa; nunca fui buena en la escuela y menos en mis decisiones de joven adulta. Estudié música porque no quise ser abogada como mamá. Soy la decepción de mis padres y nunca me ha importado. Soy Go Jae Sun y no sé qué escribir en mi libreta de letras.
Estoy en una casa con cuatro grandes artistas underground y eso me hacer ver tan mediocre. Diría que cinco si es que me creo lo de Min Yoon Gi. Ah, pero, en fin, estoy divagando nada más.

-¿Sin poder dormir?-

-Oh, me asustaste.-

El reflejo de la luna llena en el lago resultaba ser un paisaje tan acogedor por lo que me había acomodado en una de las mecedoras del porche trasero para deslumbrarme con semejante vista.
En cualquier momento alguien llegó en silencio. Min Yoon Gi. Se quedó recargado en el marco de la puerta. Hubiese querido que me acompañara en la otra mecedora junto a mí, pero me ahorré el comentario. No tenía ganas de fastidiar.

Volví a mirar el lago, el reflejo de la luna específicamente. Podía sentir que Yoongi miraba lo mismo.
Ah, y es que de verdad quería preguntárselo; si veía lo mismo que yo y si le gustaba tanto como a mí. Pero me guardé las palabras, hice lo posible por no hablar, porque posiblemente soltaría alguna otra cosa estúpida que estropearía el momento. Fui fuerte. No fue fácil, pero lo logré, maldita sea.

Sí sentí que fueron varios minutos los que estuvimos así los dos, no podría decir con exactitud cuánto tiempo fue, solo puedo decir que fue genial. Sin estupideces, sin malas caras. La primera vez que estuvimos juntos en un lugar sin esas malas vibras, y me importa porque es una maldito logro.
Quizá eso deba hacer nada más: bajar mi perfil. No puedo creer que Hoseok haya tenido razón.

...

Salí de mi habitación como al medio día, al primer lugar a donde me dirigí fui a la habitación de Namjoon. Toqué la puerta esperando que fuera él el que atendiera. Vaya, así fue. Me pregunto si aún seguiría viva si hubiese respondido Kidoh.

-Ya que no vas a darme mi teléfono, necesito que al menos traigas mis instrumentos.-

-¿Qué?-

-Mi equipo.- respondí. -Nadie tiene aquí ni siquiera una guitarra y necesito trabajar en mi música. Necesito hojas pautadas en blanco y lápices.-

Mi petición parecía ser tan ardua por cómo se rascó la cabeza. -¿Guitarra? ¿Papel pautado? Creí que te gustaba el rap.-

-No, me gusta la cultura del Hip Hop, sí, pero el rap no es lo mío. También quiero mi teclado y mis demás instrumentos.-

-Jass...-

-Eso o seguiré pataleando por mi teléfono.-

-¿Entonces por qué tanto drama por Agust D? Creí...-

-Mira, ¿notaste que estoy llevando esto con calma, verdad? ¿Quieres que no lo contenga más y que empiece a gritar e insultarte? Porque voy a golpearte también, ¿eh?-

-Ya, ¿y dónde están tus putos instrumentos?-

-¿Recuerdas el edificio de donde me secuestraron? Cuarto piso, puerta 42. Mi compañero, que apenas fue mi compañero un mísero día, se llama Jungkook, lo reconocerás por las fotos de mi galería que de seguro ya viste.-

Ya con eso no me dijo nada, solo se me quedó mirando. Cinco segundos después cerró la puerta. Eso es un sí a que miró mi galería.

Ah, suspiro. No sé si logré algo, pero al menos lo intenté.
Tenía que hacerlo, no sabía qué tanto tiempo me quedaría en esa casa así que me fui por lo único que sé hacer además de molestar a los demás.

Bajé a la cocina, no había señales de nadie, ni una señal de Hoseok o de Adora.
Adora se levanta muy temprano y se va para regresar muy tarde. Tengo entendido que actualmente está trabajando con nuevo contenido para Agust D así que es la más ocupada.
Busqué en el refrigerador y gabinetes esperando encontrar algo que se me apeteciera comer.
De la nada di un vistazo por la pequeña ventana hacia el patio donde lago y noté que Yoongi estaba en la orilla de este. Supongo que de verdad le gusta ese maldito lago. Estaba descalzo bajo la sombra de un árbol, de pie y con sus manos en los bolsillos.

Tuve la idea de ir con él y hablarle, pero eso es lo que yo normalmente haría para molestar así que por eso no lo hice. Perfil bajo. Él es como un animalito del bosque, tienes que esperar a que él venga a ti. Si llegamos a la navidad, tal vez podamos intercambiar obsequios, quién sabe.

Y bueno, comí sola, y, como no tenía otra cosa que hacer, volví directamente a mi habitación... pero en el camino hice una parada. Rayos, la habitación de Yoongi. No había notado antes que su puerta estaba abierta.
El típico impulso de la loca Jass estaba jalándose hacia esa dirección. Como sea, perdí contra ella.
Empujé la puerta un poco más para tener una visión más amplia.
Una simple habitación blanca, una simple cama, un simple mueble de ropa y un simple escritorio. Era mi habitación, todas las habitaciones eran iguales, por lo que pude ver de la de Namjoon también. No sé, pensé que estarían personalizadas o algo así, de algún modo sentí decepción.
Me di la vuelta y me apresuré en volver a mi cueva. Y ya, hora de volver a mi libreta de garabatos.

Es como estar en un maldito internado, no hay nada más que hacer que esperar por las horas de la comida. Estos chicos no conviven ni hacen nada juntos. Se supone que son amigos. Hoseok decía que podíamos hacer lo que quisiéramos aquí, pero hasta ellos se sienten aprisionados. Y lo entiendo, es por protección nada más, pero no tendría por qué ser tan así.

Volví a salir al anochecer. Adora no había llegado todavía, ni Hoseok.
Cuando salía de mi habitación escuché el sonar de un teléfono a unos metros en el pasillo. De pronto, Namjoon salió de su habitación bastante rápido, muy alarmado. Corrió hacia las escaleras y bajó muy deprisa luchando con ponerse su chaqueta. Logré ver que corrió hacia la entrada y Yoongi estaba ahí.

-Cierra todo y apaga todo, que no haya señales de vida en esta casa. Si no vuelvo trataré de contactarte.-

¿"Si no vuelvo"? ¿Algo tan malo pasó para que esté tan agitado?
Salió de la casa, escuché su auto irse. Yoongi cerró la puerta con el cerrojo, la cadena. Apagó las luces de afuera y todo el piso de abajo. Tomó su tiempo y yo me quedé ahí en las escaleras. Luego lo veo venir hacia arriba. Me dio un ligero vistazo y me pasó de largo.

-A tu habitación, apaga las luces.-

-¿Qué, estaremos a oscuras? ¿Toda la casa?-

-Ya oíste.-

Lo seguí en el pasillo. -¿Qué pasó?-

Apenas noté que Kidoh tampoco estaba. Vaya, solo Yoongi y yo.

-Problemas menores.- respondió.

-¿Menores? ¿Qué son menores si tenemos que hacer todo esto?-

-¡Ya cierra la boca y haz lo que te pido! Van a matarme si me encuentran.-

...

~ Two Of You ~ Suga (Agust D) - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora