Parte 2: Sonic

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Todo estaba saliendo de maravilla hasta esa noticia, nadie lo sabía, pero Sonic The Hedgehog estaba nervioso desde entonces... ¿Y si escapaba?... ¿Y si recuperaba sus poderes?... Y... ¿Y si vuelve por mi?... Esas preguntas no dejaban tranquilo al erizo azul quitándole el sueño de cada noche, además de que, no podía contarle a nadie.

Ya era de noche, pero la mente del cobalto estaba dando y dando vueltas, tanto, que hasta su subconsciente lo sintió, atrallendo pesadillas a los que antes eran sus calmados sueños.

" ¿dónde estoy? - se preguntaba mientras caminaba por unas instalaciones parecidas a las de un laboratorio, solo que no había máquinas cerca, sólo un largo e interminable pasillo metálico.

Comenzó a correr sin pensarlo, encontrándose cara a cara con tres diferentes caminos, fue por el primero situado en la derecha, pero se encontró frente a un muro el cual le restringia el paso.

- Probare la de en medio, siempre es la de en medio - se sugirió a sí mismo, así que caminó por el pasillo de en medio, sin embargo, al igual que en el primero, no había nada.

- la tercera es la vencida - pensó mientras el miedo se apoderaba de su cuerpo complicandole avanzar, al hacerlo, vio algo inimaginable, estaba topando cara a cara con un espejo, en el cual, al acercarse a él vio el rostro de esa chica, la cual, hace un año intento usarlo para destruir el mundo."

- ¡¡Aghh!! - despertó de golpe gritando y sudando - ¿¡Que mierda!? - se cuestionó tocando su cabeza la cual le dolía horriblemente.

Después de eso el erizo no volvió a conciliar el sueño... ¿Debía decirle a sus amigos?, se cuestionó mentalmente. - "No, creerán que estoy loco" - se limitó a decír.

Esperaba que no significará nada, valla que lo esperaba...

- Hummmmm Agghhh - gritaba desesperada la chica mientras esperaba que esa tortura se terminara

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- Hummmmm Agghhh - gritaba desesperada la chica mientras esperaba que esa tortura se terminara.

- No se ha podido extraer la energía de la paciente 231, lo mejor es parar y continuar la próxima semana - sugirió una pequeña eriza de cabellos castaños y ojos grices.

- ¿Detenernos? - cuestiono el león anciano a su lado - Por favor, sabes que eso no va conmigo, ¡¡Aumenten el nivel!! - ordenó a sus ayudantes mientras la eriza solo observaba gritar y gemir a la gata, cubriendo sus pequeñas orejas, ya que no lo soportaba.

Hacia mucho que el doctor Harry Derk no se encontraba con un caso extraordinario para atender, entonces, llegó Anelisse, desde entonces se obsesióno con ella y sus singulares poderes, además de que, claro, aunque era un ser creado, tenía sus características humanas, eso era lo que más le gustaba...

¿Qué cómo llegaron a eso?

Pues...

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Dos días después del accidente con la energía negra.

- Muy bien, ¿Qué haremos contigo? - cuestionaba Mighty mientras observaba a Anelisse.

- Tienes suerte de que hallamos decidido curarte - le reprochó Knuckles.

- De todos modos es lo que hacemos - defendió Amy - no ibamos a dejarla morir, no podríamos.

- Rose tiene razón, aunque no lo merezca - respaldó Shadow mientras miraba con repugnancia a la gata.

- Por favor... - murmuró ella al borde del llanto con ambas manos acurrucadas en su pecho - yo solo... Cumplía con mi propósito.

- Yo también fui un invento con el propósito de eliminar el mundo - habló Shadow nuevamente - Pero no lo hice, cambie, tu también pudiste hacerlo.

- La llevaremos a Moss Jail - finalizó Tails - ahí podremos asegurarnos de que nunca más pueda volver a hacer algo malo - añadió el joven, a lo cuál nadie refutó.

Ella no quería estar encerrada en una jaula, pero no había de otra, además de que no suplicaría, eso no era lo que Anelisse hacia, así que decidió mantenerse callada; el primer día en esa prisión fue bastante normal, recibía alimentos, ropa cómoda, incluso tenía permitido ducharse cada que quisiera, con supervicion por su puesto, pero algo cambió al día siguiente, fue despertada a las 6 a.m. Y llevada a un extraño laboratorio, ahí la recostaron en una camilla y ataron sus manos y piernas, había un enorme rayo apuntandole directamente al pecho amenazante con disparar, entonces observó a dos figuras más entrar con ella a la habitación.

- Muy bien, Anelisse The Cat, me presento, soy el doctor Harry Derk, especialista en anomalías como tú, ella es mi asistente Clarissa The Hedgehog - dijo señalando a una eriza de lado suyo.

- ¿Qué me van a hacer? - cuestionó.

- Ah pues... Experimentaremos contigo, eres una máquina de guerra, así que supongo que no te importara, además de que, por petición del chico armadillo, retiraremos todos tus poderes, después ya no serás una amenaza para nadie.

- No pueden hacer eso - advirtió mientras jalaba su brazo intentando romper la soga, pero algo la detuvo, una descarga eléctrica en el centro de su espalda la hizo retorcerse y quitar esa idea de su cabeza.

- Si, si podemos, y lo haremos - añadió dejando a un lado el control remoto el cual daría descargas como esas cada que ella protestara - Bien, Clarissa, hazlo.

La joven eriza encendió el enorme láser que estaba frente a la gris y, disparó, la energía la cual era blanca después se comenzó a tornar turqueza, en señal de que el extractor estaba funcionando y comenzaba a robar los poderes de la chica, lo que ninguno de ellos esperaba era que Anelisse comenzará a gritar de dolor, sus ojos destellaban en un azul celeste y su cuerpo se retorcía, al parecer, ese invento tenía sentimientos.

- Apagalo - pidió el doctor; al hacerlo se acercó a ella y la miró, sus ojos ahora eran celestes, tenían algo de brillo, pero no como antes de encontrarla.

- Según mi análisis hemos logrado extraer un 40% de su poder.

- 40%... Valla, y eso casi te mata, encargate de mantenerte viva, aun no hemos terminado contigo...

Los días fueron empeorando hasta lograr sacar el 70% de su poder, de ahí, ya no lograban obtener más, el doctor se negaba a aceptar la derrota, eso hizo que viviera para robar el poder de la gata.

Ella por su parte estaba empeorando, sus ojos se tornaron azul oscuro, en señal de que casi no quedaba vida en su interior, su cuerpo estaba esquelético por todas las descargas y daños de los experimentos, además de que su ánimo estaba por el suelo, pero no, no se permitirá morir, no hasta hacer que ese armadillo pagara por lo que le estaban haciendo.

Tiempo actual

Su ritmo cardíaco incremento bastante, llevaba sudor frío en la frente mientras que una migraña infernal estaba apoderándose de ella.

- ¿Qué fue eso? - se cuestionó sentándose en la que era su cama.

De la nada, tuvo el presentimiento de que no fue la única que tuvo ese extraño sueño - Sonic The Hedgehog... - Murmuró - ... Qué sorpresa tendrás para mi ahora...

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Continuará...

El despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora