-Ábrelo más -indico Temo en el oído de Aristóteles. Su voz era demandante y necesitada.
-No sé si pueda -se quejaba Ari mientras lo sostenía con ambas manos -. Me estoy lastimando.
-Ya casi está entrando -reitero Temo, estaba sudando mientras seguía empujando -. Solo un poco más.
-Temo...-dijo Ari en un grito desesperado. No podría aguantar más. Necesitaba terminar ya,
-Espera, ya casi...
-Te lo juro que no puedo más, termina ya de meterlo o me voy -dijo Ari, ya desesperado
Un montón de sonidos guturales, algunos jadeos bajos y gotas de sudor, por fin Temo termino lo que estaba haciendo.
-Por fin -dijo Temo viendo con la tela estaba lista para bordar.
Aunque Aristóteles adoraba los bonitos bordados que hacia su novio, odiaba cada vez que tenía que poner la tela dentro del horrible aro de madera. Ari entendía por qué eran tan estrecho, pero era un infierno tratar de abrirla para poner la tela, pero su novio valia todos los esfuerzos del mundo.
-¿Feliz? -pregunto Ari. Le dolían las manos por tanto separar el aro del bordado.
-Muy feliz -dijo Temo, viendo con interés la rueda con tela.
-¿Y qué vas a hacer? -pregunto Ari sentándose en la cama a lado de su novio.
-Voy a preparar el regalo de navidad para la persona que más amo en el mundo -dijo Temo, acercando su caja con los hilos.
Una sonrisa apareció en la cara de Ari al escuchar lo que su novio planeaba.
-¿En serio? Estoy seguro de que a él le encantara lo que sea que hagas -dijo Ari, mirando con dulzura las rosadas mejillas de Temo que destacaban bajo la luz del foco del cuarto.
-Eso espero porque le voy a poner muchas flores, girasoles, una abejita bonita... -respondió Temo volteando a ver a Ari -. ¿Crees que a Diego le guste más si le hago las florecitas rojas o amarillas?
-Hijo de...-respondió Ari al entender lo que Temo insinuaba, tomando una de las almohadas más cercanas y pegándole juguetonamente con ella.
-Auxilio -gritaba Temo mientras reía y recibía los golpes suaves de la almohada.
Ari no tuvo piedad y en lugar de parar, cambio su ataque a uno de cosquillas, que incremento los gritos y risas de Temo al doble.
Cuando por fin Aristóteles estuvo satisfecho con su venganza se detuvo y observo a su novio, acostado debajo de él, viéndolo con ojos brillosos llenos de alegría y transmitiendo una vibra de pureza y ternura que no debería de ser permitida en el mundo
Sin poder evitarlo, Aristóteles bajo su cuerpo y junto sus bocas, comenzando un beso lento pero pasional. Lleno de sentimiento.. Desde que se habían besado por primera vez no habían podido detenerse.
Pasaron unos cuantos minutos besándose, cambiando de posición cada cierto tiempo, pero la diversión termino cuando al dar una vuelta, Ari sintió un pinchazo en su nalga derecha.
-Auch -gimió Ari, alejando a Temo de su cuerpo.
-¿Qué pasa? ¿Te lastimé? -pregunto preocupado Temo.
-No, algo me pincho...-respondió Ari, doblando su cuerpo de una manera extraña para tratar de ver que era lo que sentía. Aun sin poder identificar el objeto, Ari se asustó cuando Temo dejo salir un suspiro sorprendido.
-¿Qué? ¿Qué pasa? -pregunto Ari, asustándose por la reacción de Temo quien aún seguía perplejo sin contestar
-Temo sé que mi trasero es muy bonito, pero necesito respuestas -dijo Ari desesperado, logrando distraer a Temo para que por fin lo viera.
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Kiss You • Aristemo
RomanceUn beso puede significar mucho más que la simple acción de juntar los labios, puede darse en diferentes situaciones y decir lo que aveces las palabras no son capaces de expresar. "Voy a besarte toda la vida" Serie de One Shots sobre los tipos de bes...