Beso Celoso (Parte 1 de 5)

4.1K 238 511
                                    

Sentado en medio de la sala mientras comía una rica hamburguesa al lado de sus amigos y su prometido, Aristóteles estaba disfrutando su último día de soltería.

-¿Así que van a ir de luna de miel a Paris? –dijo Carlota, comiendo su hamburguesa desde su esquina -. ¿Que tienen planeado hacer allá?

-Tener sexo como conejos –respondió Aristóteles aun con comida en su boca, ganándose un manotazo por parte de Temo -. ¿Por qué me pegas? Esa es la verdad, para eso son las lunas de miel.

Ignorando el reclamo de Aristóteles, Temo volteo a ver a su amiga.

-Pues lo normal, recorrer las calles, ir a la Torre Eiffel, museos y parques. Yo había pensado que nos podríamos tirar por paracaídas pero a Aristóteles le da miedo –respondió Temo, aprovechando la distracción para robar una papa francesa del plato de su novio.

-¡No te robes mis papas! –exclamo Ari tan pronto como lo noto.

-Ash –respondió Temo, luciendo ofendido -. ¿Qué paso con "lo mío es tuyo"?

-Eso es hasta mañana. No antes –respondió Ari, comiendo más papas, sin dejar de mirar a Temo. Les encantaba bromear con esto.

-Entonces quiero el divorcio –dijo Temo, dando un trago a su soda.

-Para eso tendremos que primero casarnos cariño–respondió Ari, masticando su comida.

-Que bien que mañana nos casamos – dijo Temo -. Así nos podremos divorciar lo más pronto posible.

Sus amigos rodaron sus ojos al ver como otra vez Ari y Temo volvían a ser asquerosos juntos, jugando entre ellos con sus bromas sin sentido.

-Boda, boda, boda –se burló Carlota -. No puedo esperar a que pase mañana para ya no tener que escuchar esa palabra otra vez.

La sonrisa en la cara de los dos jóvenes se borró. No era un secreto entre ellos que sus amigos fingían estar hartos de su boda solo para molestarlos.

-Dicen que la gente se vuelve odiosa cuando se casa –hablo Mateo, jugando con el vaso entre sus manos -. Pero Ari y Temo son la prueba viviente que la gente puede ser molesta desde antes.

-Creo que es mejor que pare de tomar coca –dijo Thiago, alejando su bebida -. Mañana en la boda va a haber mucho azúcar con sus cursis discursos y no quiero que me de diabetes.

La pareja iba a defenderse pero el claro tintineo de una cuchara chocando en repetidas ocasiones contra una copa, distrajo a todos de su comida para voltear a ver como Diego iba entrando en la habitación con una botella y varias copas.

-Ya que mañana se casaran los tortolos favoritos de todos, quisiera dar un brindis en honor a los próximos señores Córcega–López –grito animado Diego. Temo y Ari compartieron una mirada sorprendida. Le habían dicho a Diego que daría un discurso pero en la ceremonia oficial, no en esta pequeña fiesta entre amigos.

-¿Es necesario? -pregunto Lota, incomoda.

-Muy necesario -dijo Diego -. Mi regalo para Temo y Ari es no ser una molestia mañana, por lo  que debo de asegurarme de  que lo  que diga no los moleste. Ademas, se  que todo lo  que hago es perfecto pero esto es otro nivel.

Intrigados, todos los amigos aceptaron y vieron a Diego frente a él levantar una copa y comenzar a hablar.

-Primero iba a hacer una broma sobre como Aristóteles se va a casar con mi ex pero como le tengo aprecio a mi vida y no quiero que Temo me mate, lo cambie a algo más serio –explico Diego, mirando hacia el horizonte. Se le daba bien hablar entre la gente -. Debo decir que fui desafortunado por tener que ver todos los altibajos de esta relación a través de los años. Desde sus peleas sin sentido hasta sus reconciliaciones todo lo vi de primera mano, así que créanme cuando digo esto: El amor que estos dos se tienen no se puede comparar a ningún otro amor.

Kiss You • AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora