-----------------------------♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠----------------------------Shinichi Kudo... Un gran detective que después de su desaparición por casi cinco largos meses, por fin regreso para alivio de la policía metropolitana de Japón.
Eso era lo que ahora, todos los medios de comunicación decían en su primera plana. Desde el incidente que había pasado cuando fue al Tropical Land con Ran, Shinichi o mejor dicho Conan, no dejo de buscar a los hombres de negro de la organización que lo había dejado en ese estado, para llevarlos a manos de la justicia y conseguir asi algún antídoto para poder contraer los efectos de la droga de forma definitiva.
Durante esos cinco largos meses; logro llevar una vida bastante tranquila y divertida, si se podía decir; conoció al gran detective del oeste, Heiji Hattori, quien ahora era uno de sus mejores amigos y además conocia su gran secreto, también conoció a todos los chicos que hoy en día conforman la liga juvenil de detectives en la primaria Teitan y que habían resuelto varios casos a su lado, mostrando sus grandes dotes de observación y análisis que tenían a pesar de su edad.
Shinichi, gracias a la ayuda de uno de los prototipos del antídoto que habia creado Haibara, logro por fin confesarle sus sentimientos a la karateca en Londres, quien felizmente aceptó.
Más aquel noviazgo que ambos tenían, no duró el tiempo que ambos hubieran deseado; ya que después de que el antídoto dejara de hacer su efecto, tuvo que regresar a ser el mismo niño que fingía ser y hacer creer a los Mouri que Shinichi aún tenia un caso que resolver antes de regresar. Pero por cada día que pasaba, Ran ya no lograba soportarlo... No podía dejar de pensar en el bienestar del joven detective y en lo mucho que lo extrañaba.
Él ojiazul al verla así, comenzo a creer que de verdad era un completo egoísta, él no poder dejarla ir y dejar que continuará con su vida con alguien más. Sin alguna otra alternativa, él ojiazul decidió contar todo lo que le había pasado y ahora le pasaba, revelando así su gran secreto a la azabache y darle la gran oportunidad a los hombres de negro para poner en un peligro aún mayor a todos sus seres queridos. Dejando que todo pasara... Ya sea bueno o malo.
Decepción, engaño, tristeza... Lastima, eso era lo único que definía en ese momento a Ran.
De todas las personas que creyó que le podían engañar o esconder algo, nunca creyó que Shinichi, siendo un detective de gran prestigio, siendo su mejor amigo, su amigo de la infancia, sería una de ellas. Ahora no sabía cómo actuar, no sabía cómo debía afrontar esta situación, para ella todo esto era algo nuevo e incluso podía decirse que algo absurdo, su mente por un lado solo le decía que le golpeara hasta sentirse satisfecha y que nunca le volviera a dirigir en su vida la palabra, pero también su corazón le decía que entendiera sus razones y que continuará a su lado como la amiga-novia que siempre ha sido.
Pero no todo es como lo deseamos...
Ran había optado por seguir a su corazón y comprender todo lo que había hecho Shinichi, pero por más que pasaba el tiempo no lograba acostumbrarse. La karateca ahora solo lo miraba con extrañeza, desconfianza e incluso incomodidad al ojiazul, no sabía cómo comportarse frente a él... Ahora ella veía a Shinichi como Conan, su pequeño gran hermanito.
Él joven detective al ver el nuevo comportamiento de Ran, no tuvo más alternativa que dejarla ir, logrando sentir como un gran peso se iba de su espalda. Mas, continuo viviendo a su lado hasta terminar con el asunto de la organización.
El FBI, la CIA, la policía japonesa, la policía secreta y otras organizaciones más le prestaron ayuda al ojiazul en todo el tiempo en que estuvo buscando a la organización; así como el día en que logro por fin encerrar a Rei Karasuma junto a todos sus subordinados y conseguir así también la cura definitiva a la droga que le habían obligado a beber.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra Melodía ×Actualizaciones Lentas×
FanfictionLo que había empezado como un castigo para un pequeño detective de siete años, paso a convertirse en el inicio de uno de los mejores momentos que en toda su vida a vivido... Dicen que la gente no puede olvidar nunca una melodía que tanto a apreciad...