--------------------------------♠♣♠♣♠♣♠♣♠♣♠♣♠♣♠♠--------------------------------Los rayos del sol siempre hacían lo mismo cada mañana, siempre lograban transpasar su cortina algo blanquecina, llegando a hacerle sentir como un pequeño aló de luz le alumbraba y le calentaba una pequeña fracción de sus párpados y cara, algo molestó e irritante algunas veces.
--Aun no... --Gruño algo somnoliento Kaito escondiendo su rostro bajo la almohada, mientras jalaba más sus cobijas para poder refugiarse por completo en su cómoda --¿Por qué el tiempo pasa tan rápido cuando uno duerme? ¿Por qué no pasa igual de lento que las clases de historia o matemáticas?
Kaito odiaba levantarse temprano y más si no dormia lo suficiente por cualquier motivo que fuera más allá de ser un ladrón fantasma. Detestaba sentir como su mente comenzaba a funcionar, mientras que todo su cuerpo y párpados solo lo incitaban a volverse a dormir sin preocupaciones.
El susodicho estrujó más fuerte su almohada mientras pensaba en las posibles consecuencias que traería no ir a la escuela ese día. Haibara y Shinichi no podían culparlo, se estaba recuperando de una dolorosa herida y curación, además de una cita con una chica algo caprichosa y extraña que a pesar de haberle parecido hermosa e inocente, no era para nada de su tipo.
Luego de unos cuantos minutos analizando la situación, pensó en no asistir; no había nada importante en la escuela ese día, era lunes y lo único bueno de ese día era que no había nada de tareas que entregar o algún posible proyecto que hacer; Aoko tal vez lo regañé pero no era ya una novedad aquello y también podría escapar de la molesta mirada de Hakuba que le lanzaba siempre en diferentes momentos. Con aquella idea en mente comenzó a arroparse mejor y dejar que los suaves brazos de Morfeo lo tomen; más de repente, su mente lo golpeó con un inesperado recuerdo de que esa misma semana era temporada de exámenes y que no podía faltar solo porque le apetecía.
Después de una que otra maldición lanzada hacia la mala suerte que comenzaba a tener y a el poco tiempo que había estado descansado estos últimos días; revisó con un poco de molestia la hora en su despertador, notando que solo faltaban unos cuantos minutos para que sonara su alarma, haciendo que prefiera levantarse de su cómoda cama y hacer su típica rutina a hacer otra rabieta infantil que posiblemente solo haga que vuelva a llegar de nuevo tarde al instituto.
Cuando logró levantarse; primero fue con su lento andar hacia el baño que estaba a un lado de su habitación, yendo allí para despejarse mejor y hacer sus necesidades básicas; más detuvo sus pasos al no escuchar ningún sonido dentro del cuarto del detective, haciéndole creer que de nuevo este se había quedado dormido por culpa de toda la serie de eventos estresantes de la noche anterior.
--Shinichi... Soy yo --Llamo con cierta obviedad el mago respetando su privacidad, pero permaneciendo ese toque insistente en su cansada voz --Ya levántate... No quiero llegar tarde de nuevo por tu culpa, esta vez juro que te dejaré.
Más no logró escuchar nada, ni un quejido o gruñido tan siquiera. Tocó la puerta dos veces más pero nadie abrió, volvió a tocar con mucha más fuerza e insistencia pero aún así no obtuvo resultados; después de la tercera llamada, Kaito prefirió solo adentrarse como cualquier criminal o madre alarmada a la habitación, forzando la sencilla cerradura con sus típicas herramientas que siempre llevaba consigo en un nuevo tiempo récord.
Cuando logró abrirla, su cuerpo no pudo evitar alarmarse al no encontrarlo en ningún lado de la habitación, haciéndole creer que algo mucho peor le había pasado al ojiazul, ya que nunca le comento nada sobre algún compromiso que tuviera para ese día.
Bajo algo apresurado las escaleras y comenzó a buscarlo solo con la mirada; pero a pesar de mirar detenidamente todo su hogar, no halló rastro alguno del antiguo encogido.
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Nuestra Melodía ×Actualizaciones Lentas×
FanficLo que había empezado como un castigo para un pequeño detective de siete años, paso a convertirse en el inicio de uno de los mejores momentos que en toda su vida a vivido... Dicen que la gente no puede olvidar nunca una melodía que tanto a apreciad...