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--¿Aún no entiendo, Kudo? --pregunto el de tez morena jugando torpemente con el balón de fútbol de su amigo, mientras veía como este empacaba varias de sus cosas en una de sus maletas y en alguna que otra caja --¿Estás diciendo que ahora vivirás con un amigo que no has visto desde casi diez años?
--Si... Básicamente si --contesto Shinichi entusiasmado, sin mirar a su amigo de Osaka --pero no te confundas... Desde que lo conocí nos hicimos amigos casi de inmediato, además que ambos nos prometimos nunca olvidarnos del otro, por mucho tiempo que pasara... Eso no es para nada raro Hattori o al menos para mí.
El moreno solo continuó moviendo de un lado hacia el otro con su pie dominante el balón, viendo aún al ojiazul con cierta duda sobre la situación.
Heiji después de tanto tiempo de no haber visto o hablado con Shinichi desde que este había vuelto a su verdadero cuerpo, había decidido ir el solo a Beika para visitarlo sin comentarle nada de su visita para sorprenderle; más al llegar a las afueras de la casa del detective, notó como un automóvil estaba a lado de la casa de su amigo con varias cajas con cosas que reconocía a primera vista que eran de Kudo.
Justo cuando Heiji estaba apunto de llamar a la policía por un presunto "robo y allanamiento", notó como su mejor amigo sonría de par en par mientras salía de su casa con una caja llena de cosas diversas y las colocaba adentro del auto.
El primogénito de los Kudo al verlo, dejo de guardar aquellas cosas en el automóvil de su madre para sonreírle muy animadamente al moreno, quien solo le veía un poco extrañado por su forma de actuar.
Al oír el saludo tan animado del ojiazul al moreno, este penso que había tenido una muy buena mañana o había conseguido algo que le alegraba mucho; ya que solo lo había visto actuar unas cuantas veces asi, aunque fuera solo por viajes o algún partido de fútbol.
Shinichi casi de manera inmediata; invito a su amigo a pasar y de paso a llevarlo justo a su habitación, que ahora se encontraba un poco más vacía que antes.
Kudo al ver como Heiji se encontraba demasiado confundido; le dijo que ese mismo día se mudaría a casa de un amigo, debido a que se había cambiado ayer de instituto y que el auto a donde estaba llevando ahora sus cosas era de su madre.
Aquello en vez de calmarle un poco desconcerto aún mas al moreno, esa decisión le era muy drástica y según él hasta cierto punto imprudente; pero al escuchar como la gente que le rodeaba le era un tanto incomoda y tendía a dejarlo solo por sus propias razones, prefirió mejor apoyarle en todo lo que fuera posible como el buen amigo que se suponía debía ser.
No obstante; al enterarse que aquel amigo del que tanto hablaba Kudo no lo había visto prácticamente desde hace diez años, comenzó a preocuparle y a asustarle demasiado. Ya que, aunque hayan sido muy buenos amigos en aquellos tiempos, no le parecía para nada normal que de la noche a la mañana el ojiazul apareciera de nuevo en su vida y más como un huésped en su propia casa.
--Oye kudo... --Llamo Hattori logrando atraer la atención de su amigo, mientras señalaba hacia la parte baja de la cama --¿Qué es eso de ahí abajo? ¿No me digas que escondes tus perversiones?
Shinichi solo miro un poco confundido al detective del oeste, girándose hacia donde señaló su amigo y comenzar a buscar en la parte baja de su cama.
Al poco tiempo; este logro sentir una pequeña caja, que inmediatamente tomo para verla mucho más de cerca. Era una caja un tanto vieja hecha de madera, que estaba pintada de un curioso color carmín bastante antiguo con varios toques llamativos hechos con pintura negra; aquella caja era algo pequeña pero bastante ancha como para tener que usar ambas manos para tomarla además de tener una gran cantidad de polvo.
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Nuestra Melodía ×Actualizaciones Lentas×
FanficLo que había empezado como un castigo para un pequeño detective de siete años, paso a convertirse en el inicio de uno de los mejores momentos que en toda su vida a vivido... Dicen que la gente no puede olvidar nunca una melodía que tanto a apreciad...