Capitulo 18

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Miedo. Eso es lo único que ahora lograba sentir Shinichi, por más que lo intentaba de una u otra forma no lo conseguía, más no sé rendía, no podía dejarlo así, era su amigo, tenía que ayudarlo; pero no sabía cómo, ahora él solo pensaba lo muy torpe que había sido, no había pensado bien las cosas y estas fueron las consecuencias.
 
--todo esto es mi culpa --Penso con remordimiento, mientras movía cada vez más fuerte el cuerpo inerte del mago --por favor Kaito, despierta... Por favor... Perdóname... 

Más este aún no lograba reaccionar. Shinichi buscaba en tanto, alguna otra solución rápida; no podía llamar a una ambulancia, tardaría mucho tiempo en lo que llega allí, sumándole a ello el poco tiempo que su amigo llevaba así; no podía llevarlo al hospital, sabía que a estas horas de la noche ya no habría taxis disponibles y el llevarlo cargando no era una opción.

Sin lograr conseguir otra alternativa; tomo su celular y busco entre los tantos contactos que tenía uno en específico, al encontrarlo llamó y espero a que alguien contestara mientras sonaba repetidas veces el mismo tono de espera.

--... ¿Bueno? --Se escucho por la línea una voz joven bastante cansada y altanera --¿Sabes qué hora es?

--Si, si, si. Lo sé Haibara... --contesto algo alterado, cosa que no paso por desapercibido para la castaña, quien ahora solo lo escuchaba algo preocupada --pero necesito que vengas a Ekoda lo más rápido que puedas... Es urgente.

Dicho eso; noto como la castaña le colgaba casi de inmediato, dejando al ojiazul en espera de su respuesta, Shinichi sabía mejor que nadie que vendría y pronto, pero también que no se salvaba de el posible regaño de esta.

En poco mas de media hora había llegado a la casa de Kaito la castaña, cosa que ha Shinichi sorprendió mucho porque nunca le dio una dirección en concreto, más no le tomo importancia alguna, por ahora.

El ojiazul le contó todo lo que habia sucedido lo más claro posible, alarmando un poco a la científica, quien despues de escuchar toda su explicación solo se dejó guiar por el detective a la habitación en donde estaba el mago.

Haibara fue la primera en entrar al cuarto, seguida de Shinichi quien parecía algo dolido por causarle dolor a su amigo; la castaña solo ignoro esa tan conocida faceta del detective para ver el estado del ojivioleta y poder sacar un examen completo sobre su estado, desde su nivel de pulsaciones hasta sus reflejos.

--por suerte, no fue nada grave --susurro Haibara, llamando la atención del ojiazul mientras guardaba todos los instrumentos que había usado --tuviste suerte esta vez... No te preocupes solo fue un colapso, forzó demasiado su memoria, estará mejor cuando despierte pero te recomiendo que no se esfuerce mucho... --recomendo, tranquilizando al chico que lo acompañaba --es recomendable que mañana no vaya a la escuela... Y no te preocupes; puedes seguir tratando de hacerlo recordar, pero cuando tenga este tipo de episodios debes dejarlo hasta ahí ¿De acuerdo?

Este solo asintió, saliendo detrás de Haibara de la habitación pensando en lo peor que hubiera pasado de no tener aún el número de aquella chica científica.

--¿Cómo te sientes tú? --pregunto la encogida, bajando el resto de escalones que faltaban para mirar seria al chico --recuerda alimentarte y cuidarte, se que existen pocos riesgos pero no quiero tener más problemas con todo lo que ya dejamos en el pasado.

--estoy bien --dijo con algo de duda en su voz, mientras aun veía la puerta de la habitación donde estaba Kaito --no te preocupes... Solo fue el susto de todo esto... Estaré bien.

Esta solo lo miro con una mirada acusadora, para ir directo a la sala y sentarse en el sillón más cercano, asiendole señas al ojiazul para que se sentará a su lado. Cuando esté se dio cuenta que no tenia forma alguna de escapar de la castaña, solo soltó un suspiro y tomo asiento a un lado de donde estaba ella.

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