Capítulo 30

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Kaito solo río leve ante el comentario de su viejo asistente; llegando a pensar qué tal vez en alguna otra vida, Shinichi habría sido al igual o algo parecido a él, un criminal transcendental buscado a nivel internacional o algo parecido.

Aquella idea, se debía a lo muy fácil y rápido que lograba actuar el detective en frente de una complicada circunstancia, usando todos los recursos que tenía a su alcance para poder planear una solución que no le perjudicará demasiado o en lo absoluto.

El ejemplo más obvio que había visto el cleptómano, había sido el mismo doctor que le había enyesado la pierna sin tener ningún hueso roto. Kuroba sabía que el ojiazul debería conocer algunos médicos bastante confiables, ya sea por mera precaución o por lo muy riesgoso que era su trabajo; más nunca espero, que la gente que lo apoyaba y cuidaba llegaría hasta tal extremo, sin tener nada de información sobre lo sucedido y posiblemente jamás la tengan.

--El plan de Shinichi me sorprendió mucho --Por fin hablo el ojivioleta, mientras dejaba caer su pierna enyesada sobre uno de los bancos que estaban a un lado de él --Por un momento pensé que la pequeña científica o el profesor entrarían al hospital y fingirian ser doctores para ponerme el yeso sin problemas.

--Yo también creí eso, joven amo --declaro sonriente el anciano, pensando lo alocados que eran hoy en día los jóvenes ---¿Cómo dijo que se llama el médico que lo atendió?

--¿Araime?... ¿Araise?... ¿Araide? --respondio algo confuso el mago, intentando recordar el nombre del sujeto tan amable y extraño que había visto --Creo que era algo asi... La verdad, me preocupe más por las miradas que Akako y Hakuba me lanzaban, que por aprenderme el posible nombre del doctor.

Jii solo asintió tranquilo, sabiendo lo muy difícil que le era al ojivioleta guardar las apariencias ante sus amigos más calculadores, sabiendo lo demasiado observadores que son sobre cada cosa que hacia o incluso decía.

El silencio entre ambos de un momento a otro comenzó a aparecer despues de su pequeño intento de conversa, intentando relajar y deseatresar los aunque sea un poco del atraco que estaba a pocas horas de pasar.

--Espero que esto no tarde mucho --musito el ojivioleta, queriendo que el tiempo comenzará a ir mucho más rápido --Ya quiero quitarme este molesto yeso aunque sea por unas cuantas horas.

El anciano solo asintió y comenzó a limpiar con calma la barra del bar, sabiendo que el ojivioleta tendría que esperar al menos unos cuantos minutos o incluso horas para poder recibir alguna noticia sobre Kudo y su estado actual.

No obstante, el viejo asistente del primer Kid a pesar de sonreírle y actuar bastante calmado, no podía evitar sentirse bastante nervioso por todo el atraco que iba a pasar dentro de muy poco; ese sería el primer atraco al que no podría ir y ayudar en cualquier cosa a su joven amo, teniendo que dejar todo en manos de él o de Kudo.

Jii no dudaba en absoluto en las habilidades del prestigitador o la protección que le daría Kudo; no obstante, había veces que el ojivioleta necesitaba más de un plan de emergencia o algo urgente para una nueva situación y esta vez no podría sugerirle o apoyarle en nada al cleptómano.

--¿Recuerdas aún el plan, Jii? --cuestiono con seriedad el aspirante a mago, recibiendo un pequeño y rápido asentimiento del anciano --Mientras Shinichi y yo estamos en el atraco, tú tendrás que crearme una falsa coartada para que el molestó de Hakuba deje de molestarme por al menos una corta temporada --Comenzo a explicar, queriendo repetir todo lo que haría su fiel ayudante solo por mera precaución --Con ayuda de la pajarita de Shinichi y el micrófono que nos dio ése bastardo de Hakuba, usarás mi voz y hablaras como yo durante todo el atraco... --Dicho eso, saco de uno de los bolsillos de su chaqueta el pequeño corbatín del detective junto con el micrófono que el mismo británico le había dado --Solo di cualquier insulto o tontería para molestarlo, será mucho más fácil de creer, que tener una plática sería por más de media hora y sin ningún insulto.

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