Capítulo 8 - un par de acontecimientos

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Bell estaba genuinamente sorprendido, en un tablón del gremio estaba un papel con la imagen de ese tal Hyakinthos, el castaño había subido de nivel, provocando que los ojos del niño se quedaran fijos en el tres, que estaba al lado de la palabra nivel, él se estremeció al recordar el hecho de que había asesinado a una persona, ni siquiera cuando llego a Orario y salvo a Aiz asesino, solo genero una herida que detuvo el ataque, sin embargo, en esta ocasión sintió como sus ojos se empezaban a empañar.

Él cerró sus ojos conteniendo las lágrimas que se esforzaban por querer salir, las miradas de dos niñas se clavaron en él con confusión clara en sus rostros, sintiendo esas miradas, Bell se giró con una sonrisa en su rostro, una máscara puesta sobre su rostro, no dejando que ellas vieran la gran cantidad de sentimientos que giraban dentro de la cabeza de Bell como si de un huracán se tratara.

-¿Vamos? – Pregunto Bell con fingida alegría – hoy les pago la comida.

Ren había logrado tener un final feliz en cuanto a su dilema se trataba, sin embargo, él no sabía que sucedería después, sin embargo, haría todo lo que le fuera posible, incluido lo imposible, para que ahora sus cuatro novias fueran felices.

Sí, él no sabía cómo esto había ocurrido, al final solo habló sin saber muy bien que había dicho en esos momentos, solo recordaba que las vio verlo con miradas tristes pero con sonrisas en sus rostros, después de calmar a las cuatro chicas que estaban con él, regreso a la casa que ahora era la sede de la familia Hestia.

Cualquier alegría en el rostro de Ren se desvaneció cuando su hermano peliblanco regreso, acompañado por Lili, él vio el huracán de sentimientos que tenía su hermanito, colocando una máscara que eliminaba cualquier incertidumbre y preocupación de su rostro, sonrió dando la bienvenida a los dos niños que se acercaron a él con alegría genuina a pesar de la pelea interna en la cabeza de Bell.

Una vez, todos se fueron a sus propias habitaciones, Ren fue a dar una pequeña visita, él noto el vació en los ojos de Bell, comprendió al instante lo que había ocurrido, aquello que le toco hacer por la protección de aquellos que no podían pelear o que no tenían el poder para defenderse.

Escuche el toque repetido de la puerta, al menos tres o cuatro golpes antes de que contestara que podían pasar, no me sorprendió ver a mi hermano entrar en la habitación, sabía lo perceptivo que era él, lo que me sorprendió fue el hecho de que se demorara y no diera ninguna seña acerca de lo que íbamos a hablar.

Ya me había preparado para explicar todo lo que había ocurrido en el calabozo, sin embargo, no me espere que solo me abrazaba, estremeciéndome por la repentina ola de sentimientos que sentí venir de él y emerger de mí, no pude contener las lágrimas mientras las imágenes de las tres muertes que provoque, nii-san solo se quedó abrazándome mientras me consolaba, no nos hicieron falta palabras para que él me calmara, me sorprendió como con solo ese abrazo logró lo que a la mayoría le habrían costado minutos, tal vez horas.

-Ya estoy bien nii-san – Bell dijo una vez que sus lágrimas se detuvieron - ¿Dónde está Kami-sama?

Ren soltó poco a poco el abrazo mientras daba una pequeña sonrisa – está haciéndonos unos regalos, es probable que vuelva en cinco o seis días – contesto Ren con tranquilidad.

-Entonces supongo que tendremos que ocultar a Lili-chan hasta que vuelva – expreso Bell con un rostro pensativo.

Dando una sonrisa aún más grande, Ren contesto – tienes razón, hay que tener cuidado con ella, no estamos en condiciones de tener una guerra de familias.

-*suspiro* tal vez pueda hacer algo pero necesitaría ver cuánto crezco antes de intentar hacer lo que acabo de pensar – dijo Bell con ligera resignación.

El regreso de los más poderososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora