Capítulo 10 - Allá vamos

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Soma solo podía mirar con curiosidad al niño parado en la puerta de su cuarto de trabajo, las palabras de Bell despertaron el interés del dios más que el vino perfecto que estaba intentando crear desde que llego al mundo.

-¿Por qué debería aceptar tu pedido? – Soma pregunto con voz cansada pero sin soberbia alguna.

-Porque soy su héroe y no dejare que miembros de esta u otras familias la tengan para hacerle daño – Bell respondió con extrema seriedad, no pareciendo un niño.

-Supongo que es una buena respuesta, sin embargo, no aceptare sin ver tu determinación, así que – dijo Soma mientras servía un líquido rojo en un vaso – si logras beber esto sin sucumbir a sus efectos aceptare tu...

Soma no pudo terminar de hablar porque el vaso le fue arrebatado a una gran velocidad, estando ahora en la mano derecha de Bell, el líquido ya había sido bebido por el niño.

-Supongo que eso lo dice todo – Bell exclamo, no dejando ver la revuelta mental que ese vino raro había causado en él.

Soma solo pudo parpadear ante el niño delante de él, no podía ver si Bell le estaba mintiendo o le estaba diciendo la verdad, eso agregado al hecho de que el niño parecía verlo con mayor intensidad le hizo tener un escalofrío, sin embargo, él cumpliría con su palabra, les hizo una seña a Lili y a Hestia para que lo siguieran.

Una vez estuvo solo Bell cayo arrodillado agarrándose la cabeza, intentando superar el efecto del vino, era como si algo intentara entrar en su cabeza y controlarlo, enojándose consigo mismo por sucumbir ante una estúpida bebida según él, se levantó haciendo que su magia oscura recorriera su cabeza, casi al instante sintió como la locura se alejaba siendo reemplazada por una ligera irritación en sus ojos.

Sus ojos fulminaron el líquido rojo que se encontraba dentro de un caldero un poco más pequeño que él, quiso enviar un firebolt a ese líquido pero se contuvo de hacerlo no queriendo tener una guerra real con la familia Soma, soltando un suspiro resignado, Bell salió del cuarto en dirección a donde sentía la presencia de su diosa y Lili.

La pequeña pallum no podía estar más feliz, su héroe la había sacado de una familia en la que los miembros la trataban como basura, sin embargo, su alegría se convirtió en preocupación al recordar el hecho de que no podría ayudar en la próxima guerra contra dos familias.

-Kami-sama, levante a Lili, hay otros dos dioses que visitar – Bell exclamo, su diosa teniendo que obedecer al saber lo que planeaba su "hijo".

Una fina capa blanca envolvió al peliblanco resplandeciendo al igual que sus ojos, el rojo rubí acompañando el potente blanco, fue entonces cuando diosa y dependientes desaparecieron en una flecha blanca que pareció atravesar la pared, siendo solo un efecto visual.

En la salida de la mansión de la familia Soma, un aventurero de cabello gris, ojos del mismo color con gafas y ropas que asimilaban una túnica detuvo la carrera recién iniciada de Bell, su espada estaba desenvainada mientras era apuntada al peliblanco.

-No sé qué habrás hecho después de venir aquí pero no puedo dejar que te lleves a una preciada miembro de nuestra familia – el hombre habló con evidente sarcasmo en su voz, cosa que enojo a Bell de gran manera.

-Ella ya no pertenece a la familia Soma y si nos disculpas nos iremos o tendré que golpearte – Bell amenazo, el aura blanca a su alrededor brillando con más potencia.

Zanis, el nombre del peligris se enojó al saber que su convenio no saldría bien si esa información se filtraba, fue por ello que decidió atacar al niño que estaba arruinando sus planes para volverse rico, sin saber que estaba siendo observado por su dios, el cual no estaba para contento con su comportamiento.

El regreso de los más poderososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora