El regreso de los más poderosos

Capítulo 27 - Epilogo

Tres meses habían pasado desde aquel intento del calabozo por mostrar que no era lo que todos pensaban de ella, no es como si los dioses o aventureros se hubieran dado cuenta de esto, tampoco le importaba eso a la madre de los monstruos, por primera vez luego de mucho tiempo se sentía libre al no tener esa gran torre sobre lo que se podría decir que era su cabeza, así que como un agradecimiento a sus hijos que le permitieron que eso fuera posible, dejo que sus hermanos, los que todavía no habían nacido, siguieran durmiendo con tranquilidad, sabía que pronto los mortales volverían a bajar para seguir robando algo de ella, pero de momento solo dormiría con alegría.

Bell ya ni siquiera sabía que nivel era, sabía que seguía creciendo luego de que Hestia hubiera intentado solucionar lo de su Estado, pero al no conseguir nada solo dio una actualización a sus estadísticas o eso le gustaba pensar a ella, aunque por lo que sentía viniendo del falna del chico, sabía que estaba creciendo, aunque a un ritmo igual de lento al de su hermano.

-Umm, Bell-kun – ella llamo, recibiendo la completa atención del chico, que se encontraba jugando a las cartas con los demás - ¿dónde está tu hermano?

-Dijo algo sobre estar ocupado preparando un picnic fuera de Orario, con cosas sobre que por lo ocurrido los aventureros pueden salir y entrar hasta que la situación se normalice, a todo esto, gane – él dijo con una sonrisa.

Hestia solo ignoro las múltiples quejas que vinieron con la proclamación de victoria del peliblanco menor, le pareció gracioso que el aventurero más fuerte, al menos de momento se encontrara preocupado por mantener felices a todas las chicas que lo rodeaban, no era que le pareciera mal el gesto, por el contrario, le parecía genial que el chico se tomara en serio la relación que mantenía con todas, algo que Bell también parecía estar haciendo, al menos en lo correspondiente a la amistad que mantenía que todos, era muy temprano para él.

Ella volteo para mirar a Welf, quien parecía estar escondiendo algo dentro de su ropa, sabía del regalo que el niño le había empezado a fabricar después de que pasara todo el asunto con los monstruos rex, quiso maldecir a los ciudadanos que susurraban todas esas cosas cada vez que la veían, pero lo evito luego de recordar qué si lo hacía, era posible que de verdad los maldijera, incluso si de cierta manera su poder estaba sellado.

-umm, Hestia-sama – el pelirrojo llamo, sacándola de sus pensamientos.

-Dime Welf-kun.

-Te hice este regalo por aceptarme en tu Familia, por darme la idea sobre una espada mágica con cualidad durandal y por muchas cosas más.

En sus manos había un delicado collar plateado, con una brillante joya colgando, ella pensó que debió tratarse de una esmeralda por el color verde, se dio cuenta de que en realidad era un cuarzo verde luego de sostener el regalo entre sus manos, su sentido como diosa le señalo el obvio aprecio y amor que el niño delante de ella le estaba dirigiendo, fue por ello por lo que dando una sonrisa y un suave beso en la frente de Welf, ella hablo.

-Estaré atenta a cuando crees tu primera espada mágica irrompible, también espero que te conviertas en un gran hombre y aventurero que me escolte a todos los eventos a los que sea invitada, ahh, puedes decirme solo Hestia.

-Incluso si tengo que superarlos a ellos, me volveré la persona que te cuidara en cualquier momento y lugar – él exclamo con gran alegría.

Bell estaba divertido, él había escuchado todo lo que Welf y Hestia se habían dicho entre ellos, no es que fuera su culpa por completo, su Estado había mejorado sus sentidos de una manera abrumadora, así que solo podía dejar que los sonidos ingresaran en sus tímpanos, otra cosa era que después de que su diosa mostrara el collar podría molestar a Welf, no sería algo muy serio, solo ligeras burlas de un compañero de Familia, aunque, si lo pensaba bien, no creía que fuera una buena idea teniendo en cuenta a las chicas que lo rodeaban, pero después solucionaría ese asunto.