Capítulo 13 - déjame tener un día solo contigo

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Bell estaba cansado, ya había pasado una semana desde aquel incidente con Evilus y él no se sentía feliz, sus estadísticas habían empezado a crecer poco a poco pero no era algo que lo apresurara, estaba ayudando a Lili y Haruhime a crecer así que no era algo malo, tampoco es que hubiera pedido una actualización, eso sí, le gustaría pasar tiempo con su otra amiga y quien sabe, buscar a alguien más que quisiera unirse a su familia.

Ya teniendo suficiente de no hacer nada, salió de su cuarto, empezando a caminar hacia la cocina mientras recordaba el fin de semana pasado, tiempo en el que visitaron a su abuela, Hera, fue divertido tener que escapar por un lado de la muralla sin ser visto por los guardias, lo tedioso fue el encuentra de ambas diosas, las cuales en principio se empezaron a debatir cuál de las dos querían más al pequeño peliblanco, solo para ser vencidas cuando el chico guiaba al peliblanco mayor por toda la aldea, ignorando sus intentos por acercarse.

Bell solo pudo reír por lo bajo cuando recordó como ignoro a ambas diosas que al final terminaron siendo amigas con Ren como su adversario a vencer, sus ojos parecieron iluminarse cuando recordó algo.

-Kami-sama fue a tomar té con Astraea-sama y los demás fueron en algo así como una expedición de solo chicas, y nii-san, bueno, es el único que puede explorar los pisos más allá de los profundos.

Las palabras salieron de su boca, no era para nadie en particular, solo lo dijo porque podía decirlo, sus ojos pronto se levantaron al sentir un par de miradas, le seguían siendo similares, lo hicieron sentirse acompañado a pesar de estar solo, eso lo hizo sonreír mientras se sentía tan feliz, tanto que incluso creyó sentir el abrazo de alguien desde su espalda a la vez que la luz parecía volverse más amena.

Al instante sintió que tenía algo que hacer, no era que hubiera tenido un mal presentimiento, no, solo era una divertida idea, una idea que provocaría locura dentro de cierta familia y en cierta diosa pelirroja, a la cual Bell no quería comprender por motivos que tampoco quería revelar, sonriendo, desapareció de allí con una velocidad que incluso las primeras clases no podrían seguir mientras sentía que el nombre de una habilidad cruzaba su mente.

-(Tal vez te elija, después de todo no siempre se puede pelear) – Bell pensó a modo de respuesta a algo que no alcanzo a comprender pero sabía que de cierto modo era una parte suya.

Los pies del chico solo corrieron mientras sus ojos luchaban por seguir el ritmo, sus oídos zumbaban por la abrumadora velocidad, momento en el que él, decidió hacer que su cuerpo se adaptara, el rojo fue cambiado por el azul mientras la magia de electricidad empezaba a hacer que su cuerpo se adaptara y superara su estado, no era mucho, no era algo que le fuera a dar una ventaja abrumadora sobre alguien o algo, solo lo quiso así para no ser superado por el poder que empezaba a tener, sin embargo, el color de sus ojos volvió a cambiar cuando se encontró con cierta niña de cabello y ojos dorados, el verde y el plateado volvió a ser visto y la naturaleza de su amiga le fue descrita en un instante.

-Vamos – él dijo mientras extendía una mano que su ahora sonriente compañera, quien la acepto, instantáneamente siendo cubierta por un brillo blanco divino y el viento siendo activado de manera instantánea.

Tal y como Bell pensó, la locura empezó poco después de que Aiz desapareciera de la vista de Finn, el hobbit ni siquiera pudo ver que había sido lo que ocurrió durante esa sesión de entrenamiento con la chica, su pulgar tembló, provocando que un mal presentimiento empezara justo al instante que una diosa grito algo sobre un niño peliblanco que comenzaba a odiar.

-¿No crees que te pasaste un poco haciéndole esa broma a Loki? – Aiz pregunto mientras corría al lado del chico siguiendo con un poco de dificultad a Bell.

-Se lo merece al intentar "jugar" con una de sus miembros – el niño contesto con voz tranquila a la vez que seguía corriendo, ahora guiando a Aiz hacia la muralla.

El regreso de los más poderososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora