Segunda pubertad

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Cómo dije esta semana fue muy pesada. No tuve mucho ánimo y entre tanto trabajo, apenas vengo.
Una disculpa...Trataré de por lo menos actualizar el fin de semana.
Por lo mismo este capítulo tendrá un tono mucho más tranquilo que el anterior.
Según la encuesta, Tenshi será beta por mayoría de votos. Muchas gracias por participar.
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Sangre caliente, hirviendo palpita por mis venas. Tan rápido que siento que mis vasos sanguíneos van a reventar antes de que mi polla pueda acabar de erguirse. Ha sido automático, ni siquiera acabé de procesar su irrupción cuándo ya estaba en este estado.

¿Cómo me encontró? ¿Por que se ve así tan... Así? Tan sensual, salvaje, sin embargo no es el habitual...Esto es nuevo...
Esta no es la criatura melancólica y casi rota que dejé en aquella cama del hospital.
Él es diferente...Pero se siente como si este fuera su verdadero yo. Como si todas las piezas estuvieran en su lugar.

Creí que ya era fuerte... Que error...Ahora, no hay duda de que estaba sumamente debilitado. El chackra tenaz y fuerte se ha ido. Ahora emerge de él una fuerza monstruosa, capaz de arrasar todo a su alcance.

Su cuerpo es lo segundo que más a cambiado. De ser una criatura bella y fascinante ahora es un ser imponente y magestuoso; como ver a un depredador directo a los ojos. Su cabellera negra que brillaba como la noche ahora tiene la fuerza de un eclipse y solo él sabe que augurios promete.
Su mirada aún más afilada, me ha dejado clavado en mi asiento. Ya no esconde anhelos. Estos ojos solo podrían ser de alguien que tiene el poder de labrarse el futuro que desee y te juzgan como si pudieran leerte el alma.
Si lo hacen ¿Va a matarme por lo que he hecho?

El delicado hombre era la sombra...La trampa de un devastador fenómeno de la naturaleza. Esta es la gloriosa figura del caos. Su imagen, presencia, su porte, su lenguaje corporal...Todo él tienen el mismo talle que una premonición o una azotadora tormenta eléctrica​.

Sus ojos ahora rojos me miran cómo si fuera una presa. No sonríe pero su postura me dice claramente que ya sabe quién soy. El solo encogimiento​ de mis hombros parece complacerlo tanto. Ni siquiera puedo decidir si esconderme en el escritorio y pedir perdón o arrojarme a sus pies y dejar que hiciera conmigo lo que quiera.

...Y en ese momento Tobirama entró a la oficina...
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Tajima había tenido todo tipo de problemas al educar a sus hijos. Aúnque Madara se creía el más tranquilo de los dos, en verdad fue el peor. El campamento entero se despertaba cada vez que lloraba, pero sus gritos sonaban tan dolorosos que un doctor se mudó al lado de ellos pensando que el bebé sufría una enfermedad misteriosa. Resultó que solo tenía buenos pulmones, tardaron 2 años y medio en descubrirlo.

Sí su madre no lo amamantaba cuándo quería...en cuánto lo acercaba a su pecho, él le arrancaba el cabello. Su esposa tuvo que dejar de ser una kunoichi para vigilarlo en el momento en que aprendió a gatear porque si alguno lo descuidaba acaban enviando a todos los exploradores a buscarlo al bosque. Sólo kami sabe cómo llegaba tan lejos en tan poco tiempo y sin ser visto.
Además, con su primer dentición, Madara adquirio la mala costumbre de llevarse cualquier tela a la boca y cómo está no mejorara sus molestias, la rompía. Así perdieron mucha ropa, cojines, carpas, paños, sábanas, bufandas y bolsas.
Era un bebé terco y berrinchudo.

Cuándo cumplió tres años, todo eso desapareció. En la mañana de su cumpleaños, Madara estaba completamente reformado y se convirtió, de ese momento en adelante, en un hijo modelo.

Izuna en cambio era mucho más tranquilo. No pasaba de llorar si se pegaba ( y aunque se ahogaba con su llanto no es nada comparado a su hermano mayor), rayar lonas y paredes, aguantar la respiración si no se cumplían sus caprichos y tirar o romper cosas por andar corriendo. A Madara se le hacía muy revoltoso porque lo comparaba con su yo de más de tres años y no estaba dispuesto a creer las historias de sus primeras etapas.

El celo del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora