El celo del bosque

Alucinaciones táctiles 2

Decidí hacer de una vez esta parte.
Izuna no quiere reprimir a Madara, solo está muy preocupado por su hermano. Además sus instintos alfa lo están presionando para cuidar al Omega de su manada (su manada instintivamente solo serían Madara, Itama y él) y el pobre ni siquiera sabe porque.
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No he podido pegar el ojo en toda la noche. A este paso voy a volver a enfermarme. ¿Cómo voy a poder descansar sí Izuna no ha dejado de venir cada 10 minutos a vigilar mi cuarto?.

Cansado de la actitud de mierda de mi hermano y sobretodo la sumisión que estoy mostrando
Salí de mi cuarto y en cuanto ví a Izuna le dí un puñetazo en la cara.
Su nariz empezó a gotear como un grifo.

-¡Ya basta de creerte mi maldito carcelero! ¡¿Pero que te has creído?!
Por si los has olvidado ¡Yo soy el mayor aquí! ¡Me debes respeto!-

-Pero, nii-san...-

-¡Me vale un... comino! ¡Tienes boca, así que usala o voy a romperte los dientes maldito insolente! ¡A mí no me estés encerrado! Si algo pasa soy lo suficientemente mayor para entender con pa-la-bras. ¿Si te acuerdas de ellas,no? ¿O voy a tener que volver a enseñartelas? ¿Cuántos años tienes,cinco acaso?-

¡Oh, no! ¡Maldito niño! Ya empezó a hacer ese puchero, ese que hacía cada vez que era la hora de amamantarlo. Va a...Está llorando. ¿Cómo es que tiene unos pulmones tan fuertes?

Zuzu siempre ha sufrido de espasmo de sollozo, o mejor dicho, cada que llora deja de respirar y empieza a ahogarse.
Así que aquí me tienes aguantando las ganas de sacarle la verdad a golpes y dándole unas palmadas en la espalda para que mi niño no se asfixie.

Ya calmados mis ánimos y con un Izuna menos azul. Nos sentamos en la sala a los costados de nuestro muy enojado y desvelado padre.

Resulta que el té de anís, además de ser mi favorito suelta la lengua de Izuna muy rápido. ¿Cómo es que padre lo sabe y yo no? No me he despegado de Zuzu desde que nació.

Volviendo al tema. Izuna estaba siendo un patán porque cree que el incidente de la raíz era todo menos una coincidencia y temió por mi seguridad. Padre nos castigó a ambos, a Zuzu por faltarme al respeto y tratarme como ladrón, y a mí por romperle la nariz a mi hermano fuera de un entrenamiento.
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El castigo era simple. Mañana tendríamos que encargarnos de entrenar a los niños más pequeños del clan. La maestra del turno diurno había pedido el día libre por su aniversario (una de las mujeres afortunadas cuyo marido aún no se había muerto en batalla).
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Antes de retirarme a descansar, padre me pidió que me quedara a hablar con él.
Pensé que me preguntaría por el incidente del río pero lo que hizo fue preguntarme sí Izuna había estado actuando raro conmigo desde que salió de su celo( resulta que padre me corrigió, la época se llama celo para los tres subgéneros alfa,beta y Omega;pero en el caso de los omegas se le dice estro y a los alfas se dice que entraron en calor).

La pregunta obviamente me tenía confundido, así que padre me explicó que aunque sea raro el alfa de Izuna debido a que apenas había despertado podría llegar a confundir mi cercanía con Zuzu y verme como una pareja potencial ya que lo estaba emparejado y este alfa no estaba familiarizado conmigo ni el lazo de sangre que teníamos. Así que tenía que tener cuidado. ¡Por el amor del gran sabio! ¡Es mi hermano! Ahora tenía que enfrentarme a un nuevo problema, cómo si no tuviera bastantes.

El problema se resolvería fácilmente sí yo sacará a mi Omega y Zuzu el suyo. Así el alfa de mi hermano podría reconocer la relación consanguínea entre nosotros. Pero esa habilidad se adquiere a partir del segundo celo. El cual ninguno habíamos desarrollado. En conclusión, hasta entonces tenía que demostrarle al alfa de Izuna su lugar en el caso de que confundiera las cosas.