Capítulo 4: La Plaza Magna

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Chiara Caballero

Al paso al que íbamos estábamos perfectos, no habíamos tardado más de dos horas en llegar a la gran Plaza Magna, la mayor en todo Gran Khala, con cualquier tipo de servicios y mercaderes. Ahí estaba el negocio de una familia de herreros que por mucho tiempo forjaron las armaduras y armas de mi familia. Debía tener trato con esa persona.

Aunque también, mientras iba revisando el libro en busca de más ayuda, encontré algo que hizo ruido en mi cabeza. Ahí apareció, el templo Xeranoth. Despertó mi curiosidad, así que decidí leer. No había mucha información, solamente hablaba sobre una tal espada Xeranoth, y de qué material estaba hecha, sus creadores e historia, además su rol en la profecía oscura. Pero nada sobre su ubicación o poder, luego de toda la información había un acertijo a descifrar.

Pero decía algo muy poderoso. Era una espada forjada por la mismísima titánide de la forja, Jahan, con la sangre de la titánide de la guerra, Samara. Era capaz de cortar cualquier superficie, su portador debía ser alguien que fuese capaz de mantener un equilibrio constante en su mente, pero como nadie que la usó vivió para averiguar y poner en prueba el arma, todo era un misterio.
Se decía que había sido bendecida por todos los titanes, por eso los glifos en su filo, tenían distintos tipos de poderes. No elementales, temporales o mágicos. De resistencia, poder, filo... Era increíble todo lo que estaba leyendo. Declaraba que el arma tenía el mismo poder que Rin, el titán de la muerte y Vittaria, la mismísima titánide de la vida.

—...Darío, creo que necesitaremos esto—le informé mostrándole la biografía del arma.

Él tomó despacio su creación y parpadeó un par de veces y luego me miró.

—Tienes razón... Pero es complicado... Está oculta completamente, sin rastro alguno de su paradero...

—En simples palabras, no será tan fácil conseguir esa espada, Caballero—Balbuceó Alomus.

—... La espada además de estar oculta es escoltada por un guardia... Nadie sabe quién es, solo lo sabe Vittaria y ella nunca ha revelado su identidad... Conociéndola es capaz de hacer cualquier cosa por mantener a salvo esa arma.—Aclaró el sacerdote.

—Vaya... Entonces además de limarme la cabeza para encontrarla hay que luchar... Una espada de este calibre no debe ser protegido por cualquiera.

—En eso estás en lo cierto... Puede ser cualquier héroe antiguo, Vittaria es capaz de hacer hasta lo imposible con tal de mantener a Terys segura, incluso regresar a la vida a algunas personas.

Eso me perturbó muchísimo, todo se veía tan complicado... Di un suspiro y continuamos caminando. Próximamente iba a tener que buscar aquella espada si quiero derrotar a Rin, mientras seguiré averiguando y leyendo sobre ella. Intentando recolectar la mayor información posible.

La Plaza Magna tenía conexión con muchos otros pueblos, era la salida/entrada de Gran Khala, entonces era un gran punto de comercio estratégico. Antes de la salida, había una tienda con un escaparate negro y un cartel de madera de un yunque. Ahí supe que era el lugar. Darío y yo entramos al lugar, era una forja común y corriente. Aunque todo lucía de una estatura baja para mi. Por un momento creí que era una sala irreal. Toqué una campana y esperé a ser atendida. También vendían los ropajes y uniformes para otros tipos de oficios.. Como arqueros, caballeros, sicarios... Y ladrones.

Mientras mirábamos la variedad, apareció una mujer enana de muchos años de edad, tenía gafas y era una semidemonio de piel violácea y cabello negro con algunas canas. Ajustó sus gafas de lente redondo al vernos, especialmente a mi.

—Vaya vaya, chica de cabello azabache. Tu eres de la Casa Caballero sin duda, ¿A que sí?

Deducción del cabello, claramente no le iba a mentir.

Metamaniac I: Profecía MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora