15

442 79 8
                                    

3/3

- ¿Sabes que es lo que me enoja de todo esto, Soyeonie? -después de una hora bebiendo en silencio alguien por fin hablaba.
- ¿Qué es Minnie?
La susodicha se levantó del sofá mas no pudo mantener el equilibrio y cayó de rodillas.
Ambas se rieron por el efecto de la sidra.
Soyeon se encontraba sentada en el sillón con las piernas abiertas de una manera vaga y su espalda se encontraba completamente recostada sobre el espaldar, hasta se podría considerar que se encontraba echada en el sillón. El demonio empezó a contar las estrellas que Minnie había mandado a pintar en el techo de su dormitorio.
El ángel empezó a gatear a su dirección sin ser vista por la contraria. Llegó hasta a ella y puso su mano en su rodilla, arrugando la tela de su pantalón para llamar su atención.
- Me enfurece que Soojin no esté aquí -Minnie sujetó la otra rodilla de Soyeon con su mano restante mientas se levantaba- Me enoja que siempre tenga que ser yo quien la busque -ahora Minnie posó su mano en el cuello del demonio- Odio esto, Soyeonie.
El ángel unió sus labios.
Soyeon podía saborear la sidra por parte de Minnie. Toda esta situación la tomó por sorpresa y se encontraba en un estado de shock.
- Vamos, Soyeonie -Minnie empezó a dejar besos en su clavícula mientras decía esto- eres un demonio, no te puedes negar a la tentación -el ángel mordió donde había besado, causando un pequeño escalofrío en Soyeon cuando dijo eso- especialmente si quién te está tentando es un ángel.
Soyeon la agarró del cabello y la obligó a dejar su cuello. Cuando la tuvo frente a ella, vió como de sus ojos se desprendía esa chispa de deseo. Su mundo se nublo por un instante y se dió cuanto de que realmente estaba ebria.
Minnie aprovechó ese momento de debilidad de la contraria y volvió a atacar sus belfos con mucha más agresividad y lujuria.
El angel subió a su regazo y daba pequeños saltitos.
Soyeon no sabía si era el efecto del alcohol pero una adrenalina empezó a despertar en ella.
El demonio la tomó de la nuca demandando más cercanía entre ellas y Minnie sonrió sin dejar de besarla.
Sus lenguas empezaron a juguetear, dando paso a una calidez con cierto toque de sidra.
Soyeon la soltó y Minnie volvió a besar su cuello, mordiendo, chupando, succionado.
En eso, el querubín empezó de deshacerse de la vestimenta propia dejando al descubierto sus senos y abdomen.
Minnie dejó de hacer lo que estaba haciendo y esperaba ser tocada por Soyeon. Sin embargo ese momento nunca llegó.
- Necesito que te bajes -la voz del demonio sonó demandante y demasiado grave por lo cual el ángel no desobedeció.
El demonio se paró y le pidió que se cambiara y durmiera un poco. Soyeon caminó lo más recto puedo y salió de la habitación sin decir más.
☁️
Shuhua subió a la segunda planta para pedir por un descanso, había estado ordenando libros por casi tres horas y aún no iba ni por la mitad de la primera planta.
Buscó a Soojin pero parecía que la rubia no se encontraba ahí. Siguió divagando hasta que encontró una puerta.
La abrió con cuidado y pudo ver la espalda de la rubia. Al parecer estaba sentada y no podía ver muy bien lo que estaba haciendo.
- ¿Soojin? -la susodicha se dió la vuelta y la invitó a pasar.
- ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Tres horas.
- Oh, sí que me distraje. Acércate, te quiero mostrar en lo que estaba trabajando, ya está terminado y necesito una opinión.
Shuhua se acercó a la mesa y vió una botella transparente con un pequeño barco dentro, estaba sobre un pequeño grupo de piedras que simulaban el orilla y del otro lado había agua interpretando el mar.
La parte superior de la botella estaba pintada de un azul oscuro y con pedazos de algodón de un tono un poco más claro que vendrían siendo las nubes.
Se dió cuenta que habían destellos dorados y plateados siendo estos las estrellas.
El barco era grande y llegaba a tocar de manera sutil el cielo.
Era realmente hermoso y no podía creer que Soojin pudiera crear algo tan bello y etéreo.
- ¿Y que opinas, Shuhua?
- Es realmente impresionante.
- Lo es... Sin embargo aún no tiene nombre. ¿Alguna sugerencia? Puedes nombrarlo sí quieres.
- No se me ocurre nada, lo siento -el serafín bajo la cabeza apenada y con cierto sonrojo ante la amabilidad de Soojin a dejarla nombrar su obra.
- No te preocupes, puedes darle un nombre luego.
- Gra-gracias.
Era la primera vez que Shuhua no era tan insolente y desafiante. Se alegraba poder hacerla sentir cómoda.
- Debes tener hambre, podemos continuar mañana con la biblioteca. Vamos a comer, Shu.
- Me gustaría comer con mi hermana Yuqi, si no es mucha molestia.
La ilusión que tenía la rubia por poder compartir una comida con el serafín murió pero entendió que para ganarse su confianza requeriría más que un barco dentro de una botella.
- Claro, cuando termines por favor búscame en mi oficina. Estaré con Soyeon.
La contraria asintió y se retiró sin antes dar una pequeña reverencia.
La situación intrigaba demasiado a Soojin.
¿Cómo era posible que se sienta tan vulnerable ante Shuhua y esta podía estar tan tranquila o ser capaz de llevarle la contra?
Se suponía que su presencia asustaba a los ángeles, no era un demonio cualquiera.
Salió de su pequeño taller y empezó a buscar un libro sobre ángeles que tenía por ahí.
Empezó a leer y a leer para poder entender lo que sucedía. Y así lo hizo al ver un pequeño pergamino caer cuando pasó la página.
" Será entonces cuando ángel y demonio se amen con locura. El ser más amado por su creador se unirá a su enemigo y serán uno. El demonio será capaz de adorar y el serafín será adorado. Su lazo no se podrá romper, están destinados a ser amantes y ni el mismo Dios podrá interferir. El blanco será teñido de oscuridad y el negro será iluminado. Cuando ambos despierten su amor será infinito y su actuar será demente. Inquebrantable"
Cuando ambos despierten... Soojin sabía que esto se trataba de ambas pero ¿Cómo haría que Shuhua despierte? ¿Qué es lo que la mantiene dormida?

HONEY ~Oh My God~ (G) I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora