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Soyeon empezó a abrir los ojos con pesadez, se había quedado dormida en el cuarto de los ángeles. Tenía a Yuqi rodeándola en un abrazo en su cintura y Shuhua estaba en el otro extremo de la cama con todo el edredón a su al rededor, ahora entendía porqué estaba temblando demasiado.
Si iba a volver a dormir con Yuqi debería traer una nueva cama para Shuhua.
Se levantó con cuidado de no despertar a los ángeles y de pasó tapó al querubín con otra colcha, al parecer el serafín se rehusaba a soltar un poco la manta.
Tropezó un par de veces con las pinturas de Shuhua hasta que al fin llegó a la puerta, no la culpen, aún no amanecía y Soueon no tiene muy buena visión nocturna.
Cruzó el pasillo y se adentró a su habitación, se puso algo cómodo y se sumergió en sus sábanas.
No podía dormir. Y las ganas de querer regresar al otro dormitorio empezaban a desesperarla.
¿Por qué se sentía así? ¿Acaso empezaba a sentir algo por Yuqi? ¿A dónde habían ido sus sentimientos por Minnie?
Tal vez ya la había superado. Tal vez era hora de darse una oportunidad con alguien más, y que sea con Yuqi le agradaba demasiado.
Cuando estaba a punto de conciliar el sueño alguien tocó a su puerta.
El corazón empezó a palpitarle con rapidez, y en serio deseaba que sea Yuqi detrás de la puerta, mas al abrirla no se encontró con esos rizos con los que empezaba a  soñar, sin embargo, no le desagrado que Minnie sea quien la visitaba.
- ¿Pasó algo, Minnie? -Soyeon se acomodó el cabello y bostezó.
- No... No podía dormir y necesitaba a alguien. Soojin no estaba en su habitación y no se me ocurrió un mejor lugar al que acudir.
- Claro, pasa -el demonio se hizo a un lado y cerró la puerta.
- Soyeonie, tengo miedo -Minnie la abrazó por la cintura y Soyeon le correspondió.
- ¿A qué, Minnie?
- Es demasiado lo que me está pasando. Vivo con el amor de mi vida y mis hermanas están en el Inframundo... -Soyoen pensó en decirle que se encontraban en el cuarto de al frente, pero era demasiado tarde como para despertar a los ángeles.
- Entiendo, es normal que le temas a ser feliz cuando te costó tanto conseguirlo.
- Soyeonie, no sé si estoy lista...
- ¿Para ver a tus amigas?
- No...
- ¿Entonces?
- Con Soojin estuvimos hablando y salió el tema de... -Soyeon miraba expectante a que la contraria termine su oración- Ya sabes... Entregarme -esto último fue casi inaudible para el demonio pero logró entenderlo.
- Oh... Bueno, no sé qué decirte... Supongo que cuando sea el momento indicado lo harán. -decirlo le dolió considerablemente menos de lo que hubiera pensado y eso le alegró
- Sí... Eso le dije.
- No pienses mucho en eso, si ambas quieren que pase va a pasar -Soyeon le acarició la cabeza e intentó no asustarla tanto con el tema, sabía que los ángeles usualmente no tenían mucho conocimiento sobre el sexo- Bueno, ya es tarde y creo que deberías ir a descansar, Minnie.
- ¿Me puedo quedar a dormir contigo?
- Claro -Soyeon le sonrió y ambas se arroparon, quedando espalda con espalda.
Obviamente olvidar por completo a Minnie no iba a ser tan rápido y fácil, pero no era imposible y la idea de tener un futuro con Yuqi hacía que su corazón latiera erráticamente.
                              ☁️
Soojin apenas despertaba sobre su escritorio. Había pasado toda la noche intentando entender cómo funcionaba ese collar e intentando comunicarse con aquel ángel que no salía de su cabeza.
Si alguien sabía de cosas extrañas del otro mundo sería Soyeon, el demonio se había leído todo los libros sobre el Edén que podían existir en el inframundo, definitivamente Soyeon debía saber aunque sea algo.
Se acomodó la ropa y se dirigió a un baño para lavar su rostro.
Se encaminó al otro extremo del castillo y cuando se acercaba a la habitación de Soyeon chocó con una desconocida, dueña de unos hermosos rulos.
- Lo siento -Soojin se disculpó, no sabía que Soyeon tenía visitas.
- Y-yo -el ángel se paralizó al escuchar que no era Soyeon y cierto miedo se apoderó de su cuerpo.
- No eres de por acá, ¿no? -Soojin se acercó demasiado para el gusto del querubín, pero así era Soojin, le gustaba llamar la atención, especialmente si se trataba de alguien atractivo.
- No... -Soojin notó que la rizada no era un demonio, al parecer a Soyeon también le iba los ángeles.
Cuando la rubia estuvo a punto de hablar, Soyeon abrió la puerta con una apariencia demasiado desaliñada, especialmente su cabello.
- Vaya, sí que tuviste una noche salvaje, Soyeonie -la mencionada la miró mal, no por su comentario, si no porque estaba incluso más cerca de su ángel que antes.
- ¿No conoces el espacio personal, Soojin? -la rubia negó y se dió cuenta de cuánto le molestaba a su amiga que esté cerca del ángel, por lo cual se acercó aún más y puso su brazo sobre los hombros de la rizada- Aléjate, Soojin -Soyeon la empujó y puso a Yuqi detrás de ella.
- Al parecer alguien se despertó de mal humor -la rubia se recostó sobre la pared con los brazos cruzados- Como sea... Me gustaría hablar contigo, a solas -le lanzó una mirada sería a Soyeon y luego a la rizada, pero esta fue mucho más amigable.
- Yuqi, ¿me puedes esperar adentro? Luego te presentaré a Soojin.
El querubín asintió y cerró la puerta cuando ingresó al cuarto del demonio.
- Necesito tu cerebro.
- ¿Qué?
- Bueno, no exactamente tu cerebro, necesito tus conocimientos mas bien.
- ¿En qué quieres que te ayude?
- Verás, conseguí un collar y de la nada me muestra algo.
- ¿Algo? -Soojin no podía decirle que veía a alguien y que esta la volvía loca, sabía que si lo hacía Soyeon no le iba a ayudar.
- Sí, pero no decifro exactamente como controlarlo, como ser yo la que inicie el contacto.
- Que yo sepa en el Inframundo nunca hemos tenido algo así...
- Por eso necesito de tu ayuda o tal vez la de tu amiga... -Soojin usó un tono que al demonio no le agradó para nada.
- No la metas, yo te ayudaré ¿sí?
- Eso quería oir, Soyeonie -La rubia procedió a despeinar la cabellera del demonio y a abrazarla mientras reían- ¿Cuándo pensabas decirme de tu aventura con este angelito?
- No es una aventura y no la llames así -Soyeon reía mientras empujaba a Soojin.
- Así que es serio...
- Aún no lo sé... Lamento no haberte dicho que tenía compañía, Soojin.
- No te preocupes, Soyeon, esta es tu parte del castillo, puedes traer a quien quieras, cuando quieras y por el tiempo que quieras. Me haría feliz que estés con alguien que alegre tus días, Soyeonie...
- Gracias, supongo que si todo sale bien ya no serás la única con pareja -la rubia se tensó y evitó mirar a Soyeon a los ojos- Porque planeas presentarla como tu pareja, ¿verdad?
- Soyeon, sabes que no me gusta hablar de eso... Y no, no lo veo probable, pero ya se me ocurrirá algo.
- Con tal de que no la lastimes...
- No te prometo nada, es algo inevitable pero te prometo darle un buen futuro. Ahora, necesito que dejes a tu ángel de rizos por un momento y me ayudes con esa estúpida fiesta y luego veremos lo del collar.
- ¿Los príncipes siguen insistiendo con esa fiesta?
- Sí, no creo librarme de ella, especialmente si es en mi palacio.
- Está bien, me cambiaré y te veo en tu estudio.
Soyeon regresó a su habitación y cuando la rubia se iba a retirar escuchó un tarareo de la habitación contraria.
Estuvo unos minutos esperando a volver escuchar algo pero no sucedió.





🌼
Holi UwU
Bue,... Ggg, una duda :v ¿Les incomodaría si escribo lemon en esta historia?
Esa era le pregunta UwU
No se olviden de votar :3 me anima mucho para seguir con la historia.
uWu tengan una linda noche bbs

HONEY ~Oh My God~ (G) I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora