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Yuqi escuchó como llamaban a la puerta y se secó las lágrimas. Soyeon al fin llegaba y podía abrazarla, necesitaba sentirse protegida. Shuhua había despertado pero se volvió a dormir.
Al abrir la puerta se dió cuenta que se trataba de Soojin.
- Buenas tardes, Yuqi. ¿Te molestaría si veo a Shuhua un momento?
- Se volvió a quedar dormida, puede venir mañana -Yuqi intentó cerrar la puerta pero Soojin se lo impidió.
- Necesito ver qué está bien -Yuqi la miró confundida- Soyeon me pidió que revisara su estado. Ella tiene un pequeño percance en estos momentos pero de seguro ya vuelve -la rizada aún no cedía en dejarla entrar- Soyeon me pidió que haga esto, por favor, no quiero que mi amiga de preocupe -Soojin sabía que con esto la dejaría entrar y así fue.
La rubia se acercó a la cama dónde su serafín descansaba, pudo sentir como si corazón se relajaba y los colores volvían a sus cachetes. Shuhua estaba bien, sin embargo notó como su mano sostenía algo. Al tocarla pudo sentir como el cuerpo del ángel se relajó.
Abrió su mano y vió la amatista de la que Oh Sehun hablaba.
- Creo que está despertando de nuevo -Yuqi la apartó y se instaló frente a ella.
"Dormida"
Soojin escondió la amatista en su bolsillo y quería ver cómo despertaba pero Yuqi le pidió que se retirara.
- Creo que ya puede comunicarle a Soyeon que todo está en orden.
El tono de la rizada era entre triste y enojado. La rubia se dirigió a la puerta mas una pregunta de parte del querubín hizo que se detuviera.
- ¿Podría decirle que se apure? La necesito aquí...
Soojin le sonrió con empatía, por primera vez pudo entender el sentimiento de necesitar ver a alguien.
- Lo haré, Yuqi. Cuida a Shuhua.
Se despidió y salió para encontrarse con un Sehun mucho más curioso que antes.
- ¿Ya despertó?
- Sí, mocoso, ya despertó.
- ¿Por qué la necesidad de verla y mentir en nombre de Soyeon?
- ¿Cómo sabes que mentí?
- No lo sabía, pero acaba de probar mi teoría.
- Eres un metiche.
- Puede que sea verdad, digamos que la curiosidad de los humanos se me pegó después de tantos años.
- ¿Qué sabes de las amatistas?
- Bueno, sé que son un regalo para los serafines. Al ser estos los más fieles a Dios tienen estas piedras que los protegen de cosas malignas... Como nosotros.
- ¿A qué te refieres con proteger?
- A que no pueden ser tentados y adoptan la actitud del mismísimo Dios cuando se encuentran frente a demonios.
- ¿Pueden hacerles daño?
- ¿Las amatistas? No lo creo, son hechas para protegerlos no lastimarlos. Sin embargo, al estar aquí puede que el poder de estas sean demasiado y los agobien. Eso puede ser lo que pasó con el ángel boni... -Sehun no pudo terminar su oración por la cara amenazante de Soojin- Si me dijera su nombre no tendría que llamarla por aquel apodo.
- No te lo diré.
- ¿Por qué?
- No eres digno, Oh Sehun.
☁️
Soyeon despertó al recibir un balde de agua fría.
- Hasta que despiertas. Ya puedes retirarte. -Soojin despacho al demonio que le tiró agua.
Soyeon apenas despertó sintió un malestar en el pecho mucho más grande que el dolor en su cabeza.
- Eso te pasa por no saber beber y conocer tus límites. -Soojin le extendió su ropa lavada- Los príncipes ya llegaron y en unos minutos es la cena. Necesito que estés presente, pero primero necesito que vayas a ver a Yuqi.
Al escuchar ese nombre el ardor en su pecho solo empeoró.
- ¿Está bien? ¿Qué le pasó? -Soyeon se levantó demasiado rápido pero logró mantenerse en pie.
- Ella está bien quiero suponer, pero se veía realmente afligida por tu ausencia, ¿le hiciste algo?
- Tenía que almorzar con ella...
- Ya veo... Espero que eso sea todo. Deberías apurarte.
Soojin salió de su habitación y dejó que se cambiara con privacidad.
- ¡Ah! - sintió como algo se desprendía de su interior, empezó a sentirse culpable. Levantarse le costó demasiado pero sabía que tenía que ver a Yuqi.
Se cambió rápido y salió disparada hacia su dormitorio.
Sin tocar la puerta entró al cuarto. Yuqi al verla se lanzó a abrazarla.
Su ángel se encontraba llorando y su agarre solo se hizo más fuerte.
- ¿Don-dónde estabas? -a la rizada le costaba hablar por los hipidos-- Tenía mucho miedo, sentí que te perdía cuando no fuiste a almorzar. Sé que puede sonar tonto y dependiente pero en serio sentí que te ibas. Shuhua no despertaba y no sabía dónde estabas.
Soyeon empezó a desesperarse, intentaba calmar a su ángel pero no sabía como y su sentimiento de culpa más el ardor y vacío en su pecho no ayudaba.
- Sh sh, estoy aquí -el demonio empezó a jugar con sus rizos- No pienso irme, aquí estoy...
- No sé que me pasa, yo...
Soyeon la calló besando sus cachetes y cuando iba a darle un beso cómo debía los recuerdos en la habitación de Minnie azotaron su cabeza haciendo que cayera de rodillas.
Una tristeza y culpa invadió su cuerpo.
- ¡Soyeon! -Yuqi se asustó al ver como caía- ¿Estás bien? -la preocupación se apoderó de su rostro mas el demonio no podía hablar.
Tenía un nudo en la garganta y le era imposible pronunciar alguna palabra.
- Ne-necesito salir un momento -Soyeon salió corriendo, como si estuviera huyendo de lo que sea que se encontrara en esa habitación.
Entró a cualquier salon y cerró la puerta tras ella. Cayó al piso con la espalda sobre la puerta ya cerrada, juntó sus piernas a su pecho, donde el dolor aún no pasaba.
Su cuerpo empezó a temblar y en su cabeza se proyectaban los momentos con Minnie comuna tortura visual.
Su corazón no le dejaba de doler y el ardor se trasladó a su espalda.
Se paró y empezó a destruir todo lo que veía en ese cuarto sin piedad alguna.
Había traicionado a quien más amaba y ni siquiera podía mirarla a los ojos.
Se sentía destruida, se sentía miserable, se sentía perdida.

HONEY ~Oh My God~ (G) I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora