HONEY ~Oh My God~ (G) I-DLE

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Shuhua caminaba decidida hacia la oficina de Soojin, tenía un plan.
Tocó tres veces la puerta y esperó paciente por una respuesta que llegó unos segundos después.
- Adelante -una voz neutra se escuchaba desde adentro.
El ángel entró con una seguridad que se esfumó al ver a la rubia sentada en ese gran sillón con una copa en la mano, vestía un entallado vestido celeste con un estampado negro de símbolos que no lograba comprender.
- Oh... Buen día, Shuhua -Soojin se levantó para dejar su copa sobre la pequeña mesa de centro- No espera que fueras tú la responsable de nuestro próximo encuentro -posó su mano en su cadera mientras observaba al ángel-¿Qué se te ofrece?
- Le tengo un trato.
- ¿De qué se trata, Shuhua? -Soojin la vió con cierta sorpresa, no sabía que los ángeles podrían llegar a negociar con un demonio, especialmente ella.
- Le ofrezco tesoros, vino, hasta objetos celestiales, lo que sea que usted pida, si convence a Minnie de que regrese con nosotras al Edén.
- ¿Nosotras? No creo que esa idea le agrade demasiado a Yuqi...
- Yuqi preferiría estar con su familia a quedarse en un lugar como este, sin ofender.
- Aunque digas "sin ofender" me sigue doliendo que alguien pueda menospreciar mi reino, Shuhua -Soojin se acercó a ella pero no la tocó, la actitud del ángel la confundía, ¿no deberían ser los ángeles sumisos y tenerles miedo?- ¿Crees que Yuqi pueda despedirse así de simple de Soyeon?
- Yuqi entenderá, además Soyeon puede visitarnos. Miyeon aceptaría eso...
- ¿Estás segura? ¿Qué pasa si yo no acepto que Soyeon esté del Edén al Inframundo?
- Por eso vengo a negociar... -Shuhua no sabía aún como dirigirse a ella.
- Llámame Soojin, dejemos las formalidades para otro momento - ¿Así que su ángel quería volver al paraíso? No podía permitir que se vaya sin siquiera haber convivido con ella.
- Prefiero mantener las formalidades... Pero está bien.
- Lo que me pides es demasiado, Yeh Shuhua -Soojin tomó asiento de nuevo y analizó la situación- Me pides que deje ir a Minnie, quién quiere quedarse, y autorice visitas de mi mano derecha a un lugar donde no dudarían en encerrarla y torturarla...
- Si usted le pide a Minnie que vuelva ella lo hará y puedo asegurar que Soyeon estará segura en el Edén.
- Es un poco ilógico, ángel. Le pedí a Minnie que viniera y ¿ahora mandarla de regreso? -a pesar de que quería terminar su relación con el querubín no había considerado enviarla de regreso al cielo donde la considerarían una traidora y probablemente su rango disminuya o hasta desaparezca. Tampoco podía dejar ir a Shuhua, si la idea de que no estaba a su lado después de su encuentro la mataba no podía imaginarla en otro mundo. Se preguntaba si el ángel también se sentía así o solo era ella la afectada por su encuentro.
- Sé que es un poco trillado pero Miyeon unnie lo aceptará.
- ¿Qué tipo de relación tienes con Miyeon, Shuhua?... Eres un serafín, ¿no? Supongo que son demasiado cercanas... Sumándole al hecho que ustedes tres vivían con ella...
- Sólo quiero que mis hermanas y yo regresemos a nuestro hogar.
- Sabes Shuhua, este podría ser tu hogar si te lo permitieras - ¿Cómo podría convencerla de que se quede?
- No gracias, me gustaría saber si ya tiene que pedir a cambio de lo que pido.
- Suena un poco frívolo exigir un precio... Me confundes en demasía, Shuhua.
La rubia empezó a mirar al rededor de la habitación intentando ingeniar un plan para que se queden.
- Te tengo una propuesta, Shuhua, trabajarás para mí unas semanas y si después de eso ves imposible al Inframundo como tu hogar haré lo que me pediste en un inicio. ¿Te parece bien?
¿Trabajar para quien rige el Infierno?
- Después de todo, ángel, ¿qué mejor que te sirva el serafín y uno de los seres más amados por Miyeon? Creo que es mucho mejor que cualquier tesoro.
La idea de estar tan cerca de Soojin por tanto tiempo le aterraba pero era un precio que estaría dispuesta a pagar por su familia.
- Lo haré.
- Buena decisión, ángel.
La rubia se levantó para unir sus manos y en el momento que hubo contacto entre ellas los ojos de ambas desprendieron cierto brillo.
Un trato entre un demonio, la dueña del Infierno, y un ángel, el más amado por Dios, se había pactado.
☁️
Soyeon paseaba por los pasillos del castillo tarareando una canción que Yuqi le había ensañado.
- ¿De buen humor, Jeon? - uno de los príncipes del infierno le preguntó mientras los demás guardaban silencio.
- Buen día, príncipes -Soyeon los saludó con un reverencia.
- Esperaba que puedas escoltarnos al gran salón, nos gustaría ver cómo está quedando, recuerda que la fiesta es pasado mañana, Soyeon.
- Claro, siganme.
Todos empezaron a seguir al demonio en silencio, observaban cada detalle del castillo en el camino, se podría decir que los príncipes eran amantes de las fiestas y esperaban que todo sea perfecto.
- Y dime, Soyeon, ¿Soojin ya tiene a quien presentar como su pareja? Nosotros esperamos que la presente en la fiesta...
- No podría decirle, su alteza. Soojin es muy reservada en cuanto a su vida privada -la verdad es que no sabía lo que planeaba la rubia y prefería guardar silencio.
- Sabes, podrías decirle que nuestros herederos son buenos candidatos. Además, creo que ya conoce a mi sobrina Lía, ¿No es así Soojong? Creo que tu hija sería una gran consorte.
Choi sólo asentía con la cabeza y arreglaba su cabello.
Soyeon soltó una pequeña risa intentando llenar el silencio incómodo que se había instalado en la habitación.
- Se lo haré saber a Soojin, gracias por su interés.
Llegaron al salón y los príncipes inspeccionaron todo lo que encontraron en la sala.
- Parece que todo está perfecto. Buen trabajo, Soyeon -por primera vez Choi Soojong habló- nuestros hijos llegarán en unas horas para instalarse.
- ¿Disculpe? -el demonio no entendía a lo que se refería el mayor.
- No me digas que lo han olvidado -Soyeon seguía mirando expectante por una explicación- Se había acordado que nuestros herederos se quedarían unos días antes y después de la fiesta para que todo salga perfecto y tenga más experiencia... Se le podría decir para que tengan más experiencia política, después de todo esta fiesta no puede estar ausente algún tratado.
- Claro, los cuartos estarán listos en unos minutos y estaremos ansiosos por recibirlos.