HONEY ~Oh My God~ (G) I-DLE

5

Shuhua estaba inquieta, ya iba a ser la hora de cenar y la ausencia de Minnie sería muy obvia en la mesa, no podía mentirle a Miyeon pero tampoco quería decirle que Minnie se había ido para siempre. Aunque, Shuhua la traería a casa de vuelta, sólo necesitaría tiempo.
Y para lograr su cometido tendría que conocer a Soojin, si es que tanto quería a Minnie, la dejaría volver. Shuhua sabía que esto podría considerarse ser un egoísta pero se rehusaba a perder a su mejor amiga ante una total desconocida.... Mas el nombre "Soojin" se le hacía muy familiar, solo que no recordaba de dónde.
Shuhua estaba preguntando a todos los ángeles inferiores si conocían a una tal "Soojin" y al parecer nadie sabía de un angel llamado de tal forma.
La pálida se dirigió al grupo de Serafines mayores, tal vez ellos tenían información que le podría servir.
- Shushu, ¿no deberías estar en el palacio? Ya es un poco tarde para tí -una Serafín de cabello rojizo que respondía al nombre de Joy se le acercó.
- Unnie... Ya estaba a punto de regresar pero es que tengo una duda y pensaba que tal vez podrías ayudarme.
- Claro, ¿cuál es tu duda?
- ¿Sabes quién es Soojin? -al pronunciar estás cuatro palabras los ojos de Joy se abrieron como platos y palideció un poco.
- Shhh -Joy le indicó un poco asustada y la alejó del grupo- escúchame, Shuhua, Soojin es... Digamos que no pertenece a lo celestial y su nombre causa un gran conflicto con el de Miyeon.
Con eso bastaba para que Shuhua comprendiera la gravedad de esto. La existencia de Soojin había sido borrada para los ángeles inferiores o menores y así no ponerlos en peligro, al parecer, esto no habría funcionando tan bien.
El miedo invadió el cuerpo de Yeh, su querida Minnie había bajado al infierno y ni más ni menos que por Soojin.
                              ☁️
Yuqi rodeaba ese pozo por séptima vez, estaba anocheciendo y nadie salía de él. Un puchero se instaló en el rostro del querubín pero luego se vió reemplazado por una pequeña sonrisa que contenía cierta ilusión, Yuqi tenía una idea.
Buscó cinco piedras de todos los tamaños posibles y empezó a tirar una por una al interior del portal. Tal vez las piedras no iban a ser suficientes, pensó... ¿Y si saltaba? No, era muy riesgoso, mejor esperaría la respuesta a sus piedritas.
La gran campana sonó, indicando que la cena ya estaba servida, probablemente en la mesa sólo estarían Shuhua y Miyeon, así que corrió lo más rápido que podía hacia el palacio, no quería causar más problemas en casa.
Cuando estaba a punto de abrir la puerta, esta fue abierta por una castaña que Yuqi habría deseado no ver por ahora, mucho menos al chocar estrepitosamente contra ella.
- Un-nie...
- Aquí estabas, ¿dónde está Minnie y Shuhua?
- ¿Shuhua no está contigo?
- No, estaba completamente sola, saben que no me gusta comer sola -Miyeon seguía buscando con la mirada a sus otros ángeles de manera sutil y aún así le prestaba atención a Yuqi- Bueno, es obvio que no están aquí aún... Entremos y cenemos, Yuqi -Miyeon tomó su mano y se la llevó entre risas  hacia el comedor, todo eso pasaba mientras el miedo que tenía Yuqi se transformaba en mariposas que nacían en su estómago.
Se sentaron en la gran mesa pero la distancia entre sus asientos era una tortura para la mayor, que le pidió a Yuqi  se sentará sobre su regazo, podía pedirle que acercara su silla, pero por alguna razón que Miyeon desconocía en ese entonces le pidió que se sentará sobre ella.
- ¿Estás bien, Yuqi? -la castaña preguntó acariciando los rizos de la contraria.
- S-si -los dedos de Miyeon ahora se posaban en su cachete y bajaban hacia sus belfos.
- Yuqi... ¿No me quieres decir nada?
Miyeon se acercó demasiado y por primera vez, Yuqi hizo algún tipo de movimiento, la rizada la besó.
La mano de Miyeon se posicionó en la nuca de Yuqi, el beso de alguna manera se había vuelto más salvaje.
La lengua húmeda de Miyeon tocó el labio inferior de Yuqi como si pidiera permiso para emtrar, cosa que Yuqi obviamente aceptó. Sus lenguas se encontraron en un vaivén húmedo y agresivo, a la par Miyeon jalaba el cabello de Yuqi para acercarla más.
Se separaron al escuchar nuevamente la campana, Miyeon se levantó de su asiento casi botando a la contraria al piso.
- Si Minnie y Shuhua se dignan a venir, les dices que vayan a verme.
Miyeon salió del comedor, dejando al querubín con una explosión de mariposas en su estómago y con los labios muy rojos e hinchados.
                             ☁️
Shuhua subía corriendo hacia el cuarto de Minnie.
El querubín dejó todo según ella pero existía una pequeña posibilidad de que sí haya escapado con el cofre.
Shuhua buscó debajo de la cama, en los roperos y en el balcón que tenía, pero su pequeña investigación se detuvo cuando alguien abrió la puerta, haciendo que el Serafín se oculte entre las cortinas.
- ¿Minnie? -Shuhua salió de su escondite al reconocer la voz de Yuqi - ¿Shuhua, qué haces aquí?
- Unnie, tengo una idea para traer de regreso a Minnie. Primero, ayúdame a buscar el cofre que nos dió Miyeon el día que nos mudamos con ella.
Los dos ángeles buscaron por toda la habitación y no había rastro de aquella caja.
- Shuhua, ya buscamos por todo lugar y no está, creo que sí se la llevó.
- Bien, significa que tiene el collar, lo que significa que podemos comunicarnos con ella, hasta traerla de regreso.
Ambos ángeles se miraron con ilusión, podían recuperar a su hermana.
                             ☁️
Minnie estaba dormida, Soojin la había dejado descansar mientras ella se encargaba de acomodar su nueva habitación. Minnie se había sentido un poco decepcionada al saber que no dormiría con Soojin pero al menos la vería todos los días, o al menos eso esperaba.
Empezó a escuchar que algo chocaba sobre su mesita de noche y despertó. Era la caja de madera, no podía hablar con ellas ahora, era muy pronto y sería demasiado doloroso.
Minnie tomó la caja y la ocultó entre las sábanas que habían en un armario. Al menos eso detendría el sonido por ahora.
                                ☁️
Soojin se dirigía a su habitación cuando chocó con Soyeon, quién se sobaba la cabeza.
- ¿Qué te pasó? -no pudo evitar reírse al preguntarle eso. Soyeon estaba completamente roja y parecía que de sus orejas salían humo.
- Un ángel imbécil estuvo lanzando piedras al pozo y me cayeron en la cabeza.