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Soyeon corría por todos lados supervisando que los cuartos estén listos para los herederos mayores, al parecer solo serían tres los que los acompañarían por cinco días.
Buscó a Soojin por una hora mas no la encontró. Se dió cuenta que perdía el tiempo y se concentró en ordenar todo.
Ya habían pasado dos horas y todo se encontraba en orden, sólo tenía que esperar a los herederos, recibirlos y dejarlos en sus aposentos hasta la cena.
Soyeon volvió en su búsqueda por Soojin y en una vaga idea fue al cuarto de Minnie, despues de todo seguían juntas.
No escuchaba ruido alguno cuando se encontraba frente a la puerta. Tocó un par de veces y en unos minutos el ángel le abrió la puerta.
El querubín apestaba a sidra y su cabello se encontraba revuelto y desordenado.
- ¿Es un mal momento, Minnie?
- ¡No, claro que no! Pasa, Soyeon -el ángel hablaba con entusiasmo y sus palabras chocaban entre ellas por el efecto del alcohol.
Soyeon esperaba encontrar a Soojin en la habitación, no había pensado en la posibilidad de que Minnie estuviera ebria por su cuenta.
- ¿Qué se te ofrece, Soyeonie? -el ser celestial se acostó de lado en el largo sofá rosa aún con un vaso de alcohol en la mano.
- Estoy buscando a Soojin
- Ya somos dos, Soyeonie... No la he visto ¿Es importante?
- Se podría decir... ¿Estás bien, Minnie?
- ¿Quieres un poco? -el querubín le extendió la botella de cidra esperando a que el demonio la tome - Sabes que no me gusta beber sola...
Fue en ese momento cuando el demonio aceptó su invitación para beber. Se sentó en el sillón de al frente y tomó un trago directo de la botella.
- Sí que bebes, Soyeonie.
- ¿Estás bien, Minnie?
- No, estoy demasiado ansiosa... No soy idiota, Soyeon. Sé que todos esperan que en esta fiesta se presente la pareja oficial de Soojin pero ella aún no ha dicho nada ¡Ni siquiera me ha dicho algo a mí!
El ángel guardó silencio y siguió bebiendo de otra botella.
- Sabes que puedes confiar en mí, Minnie.
- Soyeon, sólo bebe.
El demonio obedeció y ambas bebieron en silencio por un buen rato.
☁️
- Muy bien, Shuhua, tu primera tarea como mi asistente es... -Soojin miró al rededor de su escritorio, definitivamente se había atrasado con ciertos deberes pero de algo tendrían que servir ahora- Necesito que órdenes estos documentos, no sé cual es su secuencia y no tengo mucho tiempo para leer las quince páginas.
Le pasó aquella carpeta al serafín y vió como esta se sentaba y empezaba a leer y a unir las hojas para formar un orden.
Soojin se sentó y observaba cómo la pálida hacía caras graciosas al no entender lo que leía o al darse cuenta que el orden en que las estaba acomodando no era coherente.
- Olvida eso, Soyeon lo hará más tarde. Te puedo usar para otra cosa... Vamos.
Soojin la tomó de la mano y salieron de su oficina. La rubia se sentía de maravilla que se puso a correr con el ángel de la mano.
Se dirigieron a una gran puerta gris con picaporte dorado.
- ¿Dónde estamos?
- Ya verás, Shu -Soojin abrió la puerta sin más, dejando a la vista una gran biblioteca con un segundo piso que mostraba más estantes llenos de libros.
- ¿Una biblioteca?
- Exacto, estoy un poco estresada y me gusta leer. Sin embargo, nunca puede encontrar un libro porque este lugar es un desastre. Tu tarea en estos momentos es que la ordenes.
Shuhua soltó su mano y avanzó con timidez.
- No te preocupes, Shu, no estarás sola. Otra de tus tareas es estar a mi lado las veinticuatro horas del día... Bueno, no las veinticuatro pero me entiendes.
Ángel y demonio se adentraron a la biblioteca.
Soojin tomó asiento en la gran mesa del centro y Shuhua contaba en su cabeza la cantidad de estantes que habían en esa habitación.
- Son treinta y cinco estantes, en cada estante hay doscientos libros.
- ¡¿Quiere que ordene siete mil libros?!
- Sí que son muchos, ¿no?
- Eso es un abuso...
- ¡Hey! Tú fuiste la que quiso hacer el trato.
El ángel empezó a divagar por los pasillos intentando pensar en un orden para los siete mil libros del lugar.
Se le ocurrió un sistema para organizarlos después de diez minutos y empezó en la planta de abajo.
Quitó los libros del primer estante y los ponía en un carrito que había encontrado por ahí.
Continuó con los libros del segundo y cuando estaba sacando uno de tapa verde oscura se sorprendió al ver a Soojin.
- ¿Necesita algo, Soojin?
- Te dije que dejaras los formalismos, Shuhua. Y sí, necesito algo. Estaba sentada y me acordé y de la falta que cometiste más temprano y me dí cuenta que no llegué a castigarte...
- Oh... -los labios del ángel formaron una "o" haciéndola ver más que adorable para Soojin.
- La situación es que como no puedes separte de mí y necesito que estés a mi disposición, tendrás que ser mi cita para la fiesta de pasado mañana.
- ¿Y-yo? ¿Qué hay de Minnie?
- No puedo llevar a Minnie, quieren que presente mi pareja oficial en esta fiesta y no pienso hacerlo. Llevar a Minnie sería inapropiado y si voy sola me empezarán a mostrar a sus hijos. No quiero que Minnie se sienta mal y que lleve a su amiga cómo muestra de que no estaré con ningún demonio me parece la ideal.
- ¿Por qué le cuesta tanto presentarla como su pareja?
- Deberías estar feliz por eso, si la presento como mi pareja no te la podrás llevar de regreso al Edén, además no me siento preparada para ese grado de compromiso con alguien.
Shuhua se dió cuenta que le convenía que Minnie no sea presentada como "futura consorte" ya que solo generaría problemas con la élite del Inframundo. Y por lo que había escuchado por Miyeon los príncipes podrían ser muy desquiciados y cometer locuras cuando no se cumplen sus caprichos.
- Esta bien...
- Muy bien, Shushu. Estaré en el segundo piso buscando algo, ya mañana veremos el vestido que usarás. Después de todo serás mi cita y debes estar presentable.

HONEY ~Oh My God~ (G) I-DLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora