Capítulo tres

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A veces solo es miedo a querer otra vez.
Pero ahí estaba queriendo de todas maneras.

Despertar, sinónimo de abrir los ojos, pero Fluke aun cuando estaba despierto se negaba a abrirlos, sabia perfectamente todo lo que había pasado, sabía que se había desmayado, sabía que se había encontrado con su profesor y lo peor de aquello era que lo había hecho en sus brazos, por eso se negaba a enfrentarlo y mucho peor que eso, era saber que además se puso a cantar, ¡diablos!, si se sentía mal, Fluke se pondría a cantar para distraerse del dolor, lo malo de todo aquello es que creía que también se había puesto a gritar, era muy vergonzoso, ¿Por qué precisamente enfrente de ese pesado?, ¿Por qué de todas las personas del mundo tenia que haber sido Ohm Thitiwat?, como si no fuera suficiente haberle gritado la noche del accidente, ahora para rematar su mala suerte tenia que verlo en su peor momento.

- Abre los ojos señor Natouch. – Dijo él. – Ya sé que está despierto.Era terrible, ¿Por qué no se iba?, ¿Por qué seguía ahí? – De pronto recordó que aun no tenia el libro para esa clase y se sentó de golpe en la cama.

- ¿Dónde crees que vas?Preguntó otra voz.

- ¿P'Phom? – Fijo si vista en el doctor, ignorando al hombre de pie al otro lado.

- Creí haberte dicho que vengas en la tarde para tomarte una radiografía. – Dijo apuntándole con un termómetro la frente.

- Si, se me hizo algo tarde.

- Bueno, la fiebre parece haber cedido, sería bueno que te quedes esta noche. – De pronto entró en pánico, sería imposible, si se quedaba, ¿con que dinero pagaría después?, ya los gastos deberían ir por sobre su presupuesto.

- ¡No!, no es necesario, ya me siento bien, creo que es mejor que me vaya ahora. Si me ayuda a quitarme esto, sería mejor.

- Fluke, por lo que vi en tu ficha clínica sería mejor quedarte en observaciones.

- ¿Ficha clínica? – Preguntó P'Ohm, que hasta ese momento se había mantenido en absoluto silencio.

- No es nada. – Se apresuró a decir. – Nada en absoluto. – Dijo haciéndole un gesto al doctor que cerrara la boca.

- Se quedará. – Dijo P'Ohm, mirándolo. – Se quedará aquí señor Natouch.

- ¡Por supuesto que no!, ya le dije antes, usted no me manda.

- He firmado como tu guardián, así que sí, señor Natouch, yo mando ahora. Usted esta bajo mi responsabilidad. No permitiré que salgas de este hospital. – Cuando terminó de decir eso, arrugó la frente, su aspecto serio hizo suponer a Fluke que ni en sueños podría salir de aquella habitación. ¡Maldita sea!, ¿Cómo pagaría?

- Hazle caso a tu... amigo, es mejor que te quedes esta noche, además ya es muy tarde. Además estoy de guardia esta noche, cuidaré de ti. – Ohm desvió la mirada.

- ¡¿Qué hora es?! – Preguntó confundido.

- Las diez de la noche. – Respondió en doctor. Perdió la entrevista, perdió la oportunidad, todo por culpa de ese hombre, si él no lo hubiera encandilado con sus luces altas, si no se le hubiera cruzado en su camino, todo estaría bien, podía haber ido a su entrevista y todo estaría bien.

- ¿Estás bien Fluke? – Preguntó P'Phom.

- Déjenme solo, por favor. – Murmuró, si no se iban, era capaz de decir algo que de seguro lamentaría después.

UN ÁNGEL PARA MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora